El gobierno ha estado explorando la posibilidad de una reapertura gradual de la economía, luego de que prácticamente se paralizara por las medidas de acuartelamiento y toque de queda impuestas para combatir la pandemia del coronavirus Covid-19. De igual forma, evalúa la posibilidad de ir liberando poco a poco la libertad de movimiento de la gente, que actualmente, salvo los trabajadores de servicios esenciales, están confinadas a su vivienda con la excepción de salidas para comprar alimentos y artículos relacionados a la emergencia, o atender asuntos médicos y financieros.

De hecho, hasta se presentó un borrador de lo que sería una eventual apertura por fases, con sectores como el de la construcción que podrían ser de los primeros en ver un regreso de los trabajadores a laborar.

Por otro lado, desde el sector empresarial también se ha lanzado una ofensiva para impulsar esa reapertura de la economía.

No obstante, persisten los llamados a mantener la cautela, de forma tal que esa reapertura no suponga un repunte de los contagios que termine produciendo más muertes y obligando a retomar medidas de distanciamiento social extremas, como el acuartelamiento de la gente, o “lockdown”, como también se le llama cotidianamente.

El economista Joaquín Villamil, quien es parte del Task Force Económico que está ofreciendo asesoría al gobierno, se hizo eco de esa necesidad de obrar con cautela, y además se expresó preocupado por la insuficiencia de datos precisos con relación al alcance de letal virus a través de la Isla.

“Creo que hay un consenso en que se tiene que flexibilizar el acuartelamiento (de la gente). Ahora, esa decisión tiene que venir después de una evaluación muy concienzuda, seria y objetiva de si Puerto Rico reúne hoy las condiciones para lograrlo”, opinó Villamil.

Abundó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado que para que las naciones puedan rescindir las medidas de cuarentena sobre su población, es necesario tener unas condiciones. “Así que hay que estar seguros de reunir esas condiciones”.

“Hay que destacar que el acuartelamiento ha sido muy exitoso. Creo que en eso coincidimos todos. Pero el tema es que, una vez flexibilizas ese acuartelamiento, se debilita su efecto, y no tenemos idea del impacto de esa flexibilización en la población, porque la base de datos es muy imprecisa”, agregó Villamil.

De hecho, uno de los reclamos más fuertes contra el gobierno ha sido por su pobre manejo de los datos relacionados a contagios con el coronavirus, así como la poca cantidad de pruebas administradas, lo que limita el conocimiento del alcance del virus desde la óptica epidemiológica y de prevención.

“Para mí es primordial que podamos contestar esa pregunta de si estamos seguros de si se minimiza el riesgo de contagios, muertes y un nuevo brote”, insistió Villamil. “Hay información que deberíamos tener y no tenemos. Y eso es importante”.

El también economista Juan Lara, coincidió con la idea de la reapertura de la economía poco a poco y siempre bajo la observación de estrictos parámetros epidemiológicos.

“Mi opinión como economista es que el costro económico de este cierre va a ser sumamente alto, ya lo está siendo. Evidentemente, eso no quita el valor de lo que se está haciendo para protegernos del virus. Pero hay que tener un balance entre ambas cosas”, evaluó Lara, también parte del Task Force Económico que asesora al gobierno.

“La economía hay que ir reactivándola poco a poco, hay que tener un plan para eso”, agregó. “Obviamente no se le puede decir a todo el mundo que vaya mañana a trabajar. Si se hace eso sería un gran error, y todo lo que se hizo hasta ahora se pierde. Todo parece indicar que el cierre ha sido bastante efectivo en evitar la propagación del virus, y no queremos que eso se malogre”.

“Pero debemos ir pensando en el plan para ir reabriendo, ir pensando qué actividades se pueden ir reabriendo, cómo se puede hacer. Y claro todo tendrá que ser con el asesoramiento médico y epidemiológico que es fundamental en esto”, insistió Lara.

Agregó que es claro que ese retorno a la actividad económica con toda seguridad va a suponer costos adicionales en nuevos protocolos de seguridad para las empresas y negocios. Pero aseguró que las empresas están dispuestas a eso porque no les conviene ni permanecer sin operar ni que se enfermen sus empleados y sean forzadas a cerrar nuevamente.

“Por eso es importante hacerlo observando los indicadores relevantes, para ver cuándo se tendrían que tomar ciertas medidas, si se hace necesario echar todo atrás y volver al cierre. Y por eso es importante establecer qué sectores se vana a abrir, cómo se haría, qué parámetros epidemiológicos hay que observar”, reiteró Lara.

Por otro lado, ante las preguntas de muchos sobre la posibilidad de reabrir a la población el uso de espacios como las playas, Villamil consideró que no haría mucho sentido en estos momentos, mientras que Lara opinó que esa decisión la tendrían los expertos médicos.

“Eso sería parte de la decisión más amplia de flexibilizar o no. Si flexibilizas, la recreación es parte de eso. Pero contestar específicamente sobre las playas (si se reabren o no) eso no hace mucho sentido”, opinó Villamil.

“Francamente, esa pregunta (sobre una reapertura de las playar) no sabría contestarla. Los médicos son los que tienen la información para poder hablar de eso. Pero, personalmente, no me cogen en una playa llena de gente hasta que todo esto se acabe”, afirmó Lara.

De hecho, al secretario de Salud, doctor Lorenzo González, también se le preguntó específicamente sobre el tema de reabrir las playas durante su comparecencia al programa informativo del gobierno en WIPR, y se expresó contrario a tal medida, insistiendo en que, al menos por ahora, sigue siendo esencial mantener medidas de distanciamiento social.

De hecho, González criticó la decisión del estado de Florida de abrir sus playas, calificándolo como un acto irresponsable, en particular porque ese estado está considerado como una de las áreas con mayor nivel de infección y contagio.

“Estoy totalmente en desacuerdo con abrir las playas, como lo hizo Florida. Eso es un gran riesgo, para ellos y también para nosotros”, afirmó el secretario, destacando la conexión entre Puerto Rico y ese estado, donde viven cientos de miles de boricuas.

El plan de reapertura paulatina que presentó el gobierno no hace mención a la reapertura de lugares como las playas.