Eduardo Ibarra escribe carta al Papa en defensa del Arzobispo
El galeno salió en defensa del Monseñor.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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El ex presidente del Colegio de Médicos Eduardo Ibarra escribió una carta al Vaticano para apoyar las gestiones del arzobispo Roberto González Nieves al mando de la Iglesia Católica en Puerto Rico.
En su misiva dirigida al papa, Benedicto XVI, y a Antonio Arregui Yarza, arzobispo de Guayquil y quien dirige una investigación sobre González Nieves en Puerto Rico, Ibarra apoya la afirmación de nacionalidad del Arzobispo de San Juan y su gestión por comunidades marginadas como fue el caso de Villas del Sol en Toa Baja.
A continuación reproducimos la carta íntegra:
3 de noviembre del 2011
Santísimo Benedicto XVI
Sumo Pontífice
Venerable Antonio Arregui Yarza
Arzobispo de la Sede de Guayaquil
Su Santidad:
Soy solo un Ser Humano más. El destino me trajo en mi juventud desde mi natal México hasta estas hermosas tierras caribeñas y a esta Isla llamada originalmente por los nativos “Borikén” y cristianizada por Cristóbal Colón con el nombre del Apóstol “San Juan Bautista”, hoy Puerto Rico.
En los últimos 2 ó 3 días esta Nación se ha conmovido con la noticia de que su Santidad envió al venerable Arzobispo de Guayaquil, Antonio Arregui Yarza, como delegado apostólico a fin de investigar una serie de señalamientos relacionados con el actuar de nuestro Arzobispo de la Diócesis de San Juan, Venerable Roberto González Nieves.
Deseo situar a este prelado borincano en justo contexto a su obra y a su cumplimiento con la Encíclica Papal, inspiración de su santidad “Caritas in Veritate”. Es imperativo mencionar que más allá del cotidiano devenir del entorno puertorriqueño, nuestro arzobispo ha enfrentado con el valor auténtico de un verdadero discípulo de Cristo los retos que nuestra sociedad le ha presentado. Hay quien en estas latitudes opina que, debido a la situación política de Puerto Rico, la mera mención de la palabra “Patria”, “Nación” o el exponer la bandera nacional constituye un atentado a las relaciones de esta pequeña isla con el colosal imperio de los Estados Unidos. Esa visión del entorno político desde luego ignora la inevitable temporalidad de las naciones, la relatividad del poder y la riqueza y la eterna e inviolable dignidad de todos los Seres Humanos con base única en su propio Ser. Nuestro Arzobispo ha sabido erguirse ante las realidades políticas de esta Isla para defender los grandes, eternos, e imperecederos principios de libertad y dignidad que emanan del Cristianismo, inspirados por Cristo y enseñados por sus apóstoles durante más de 2,000 años. Estos principios, que envuelven al individuo, a su sociedad y a su nación, coinciden admirablemente con los conceptos modernos que todos conocemos como Derechos Humanos que no son otra cosa que la exposición en nuestros tiempos de la Caridad aunada a la Verdad como Cristo enseñó a sus discípulos.
La Caridad, en su más alto significado, no solo nos inspira, sino que nos obliga a perdonar a quienes inmisericordemente han injustamente señalado a este discípulo de Cristo. Discípulo que practica el principio encíclico de que “junto al bien individual, hay un bien relacionado con el vivir social de las personas: el bien común”. Nuestro Venerable Roberto González Nieves ha hecho propios los más altos principios del Cristianismo como el elevado ante el mundo por Juan Pablo II “el desarrollo humano integral supone la libertad responsable de la persona y de los pueblos” . Más aún el propio Juan Pablo VI en su carta encíclica Popularun Progressio obliga a nuestro Roberto González Nieves a incentivar con urgencia las reformas, recordándole además que “ante las grandes injusticias en el desarrollo de los pueblos se actúe con valor y sin demora”. En cumplimiento con esa, la misión Cristiana, el Arzobispo Roberto González Nieves supo durante casi una década brindar misericordia a nuestros humildes hermanos mexicanos en la ciudad de Corpus Christi en su lucha por sobrevivir e igualmente a los humildes habitantes de las comunidades más pobres de Puerto Rico ejemplarizadas con la conocida como “Villas del Sol”.
Con la humildad que nuestro destino común nos demanda, con la altivez que la verdad nos otorga y con la esperanza que la caridad nos confiere, le solicito a usted que imparta a nuestro Venerable Arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves las bendiciones para que continúe su obra y su apostolado que emula los principios filosóficos de la Cristiandad y los más altos designios de una Humanidad que día a día lucha por encontrar su razón moral de ser y la verdad en la consecución de sus destinos.
Dr. Eduardo Ibarra