Identificar y atender las necesidades más apremiantes de las 800 familias que viven en el barrio Cucharillas, en Cataño, ha sido el norte de un grupo de voluntarios que, desde el 2006, se ha enrollado las mangas para sacar a flote esta comunidad.

Se trata del Comité de Líderes Comunitarios: Comunidad Organizada de Cucharillas, capitaneado por María Millet Vidot y Denice González Vázquez, quienes encabezan un conjunto de iniciativas, entre las que se destacan servicios de enfermería, cuidadores, personal de apoyo emocional, así como la coordinación de ferias de salud y atención de emergencias en caso de desastres.

El grupo, que opera desde el centro comunal del sector, ha apostado a la voluntad de su gente para enfrentar la adversidad e impulsar proyectos de autogestión y recreación.

“Una vez iniciamos el trabajo en el centro comunal, comenzamos inmediatamente el primer campamento de verano para los muchachos del barrio, que para ese momento eran como 97. Pero, al pasar los años, han mermado las actividades y las aportaciones para equipos y materiales que se necesitan para atender los campamentos y tutorías. Pero, si un muchacho viene con la necesidad de estudiar, yo lo llevo a casa donde tengo un ‘printer’ y le ayudo a hacer sus trabajos, porque aquí no hay el equipo”, señaló Millet Vidot tras destacar los retos económicos que enfrentan.

De hecho, para allegar fondos a la comunidad y como medio de sustento individual, las voluntarias, quienes son artesanas certificadas, elaboran y venden piezas en mosaico.

Y es que la dinámica de este arte plantó bandera en el barrio Cucharillas desde el 2003, como una alternativa de recreación.

“En el 2001, inició el programa de Comunidades Especiales y para el 2003 comenzaron los talleres, entre ellos los de los mosaicos y de ahí fue que comenzó esta terapia que a la vez sirve para levantar fondos para el Comité de Líderes Comunitarios: Comunidad Organizada de Cucharillas, ayudada en sus orígenes por la Asociación Pro-juventud”, contó Millet Vidot al destacar que le gusta hacer trabajos relacionados a la flora y fauna; y piezas de Reyes Magos, entre otros.

“En el 2003, se realizó una asamblea de la comunidad para exponer las necesidades que había y se acordó la creación de un centro comunal porque aquí no había. Entonces, cuando se logró conseguir este espacio en el 2006, emprendimos con los mosaicos porque no puede haber desarrollo comunitario sin desarrollo económico. El grupo de la Asociación Pro-juventud labora en el desarrollo comunitario y entonces a nosotras nos corresponde el económico, en un lugar donde abunda la pobreza y enfermedades”, agregó, por su parte, González Vázquez, entusiasta de las piezas de lugares turísticos como El Morro; la creación de la bandera de Puerto Rico, faros y elaboraciones dirigidas a distintas especialidades médicas.

Los trabajos artesanales se exhiben y se venden en distintos festivales y eventos alrededor de la isla, como las Fiestas de la Calle San Sebastián. Además, las obreras del arte popular participan en la Galería Artesanal en el centro comercial Río Hondo, en Bayamón.

“Para seguir hacia delante necesitamos mucho apoyo profesional y económico. Hacemos bingos y bazares para pagar la electricidad y otras necesidades. Es por eso que también completamos con las ventas de nuestras piezas de mosaicos”, manifestó Millet Vidot.

Para información, puede llamar a los números telefónicos 787-788-0839, 787-944-9889 o al 939-256-0383.

Los trabajos artesanales se exhiben y se venden en distintos festivales y eventos alrededor de la isla.
Los trabajos artesanales se exhiben y se venden en distintos festivales y eventos alrededor de la isla. (WANDA LIZ VEGA)