El cariño se junta con la caridad

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 18 años.
PUBLICIDAD
CARIñO bien recibido tras meses de depresión y mañanas sin rumbo en las calles.
José Ramón Rivera González, quien estuvo sin techo por cerca de dos meses, dio gracias ayer por el cariño y la alegría brindada a él y a decenas de deambulantes por parte de los organizadores de un almuerzo de Acción de Gracias en la placita Rafael Cordero, en Santurce.
“En un día como hoy, nosotros, que no tenemos nada, recibimos a gente que viene a darnos cariño y a traernos alegría”, resumió Rivera su sentir.
Pero, meses antes su vida carecía de ambos sentimientos.
Las calles se convirtieron en su hogar porque, tras quedarse sin empleo, no pudo continuar pagando la renta de su residencia.
“Me quedé desamparado. Me sentía bien deprimido. Dormía en la calle, en las gradas de algún parque... en un sofá a la orilla del río”, contó José Ramón, quien también fue usuario de marihuana y crack.
“Es bien deprimente levantarte en la mañana sin rumbo, sin saber a dónde vas... Me sentía perdido, sin fe ni esperanza... Es bien difícil, (una situación) incómoda. No se la desearía a nadie”, destacó.
Durante esos meses, recordó, recibió ayuda de “gente” que conocía en algunos comercios. También sobrevivió con cupones y “chivitos”.
El vicio de las drogas lo superó con la ayuda del programa Teen Challenge, aunque admite que tuvo una recaída.
“Estoy tratando de no volver hacia ese mundo (de las drogas), porque no vale la pena”, afirmó.
También aseguró que agradece la vida a pesar de que ha pasado por malos momentos.
Y es que “a veces, eso (los problemas) nos los buscamos nosotros mismos”, confesó.
“Nadie tiene la culpa de la candela que yo me busqué”, agregó José Ramón, quien se separó de su esposa y cuyos padres fallecieron.
Hoy, el hombre de 54 años busca vivienda, a través de la Fondita de Jesús, y trabajo, ya que ha laborado como cocinero en restaurantes.
“Hasta ahora nadie se ha envenenado”, comentó entre risas tras PRIMERA HORA preguntarle si cocinaba rico.
Pero, en lo que consigue un hogar, José Ramón depende del techo, la comida y servicios para bañarse del Proyecto Esperanza de la organización Salvation Army, donde está desde hace dos meses.
Al igual que José Ramón, decenas de deambulantes disfrutaron de un almuerzo, les regalaron ropa, se recortaron el cabello y se hicieron exámenes de la vista.
También recibieron productos de primera necesidad y servicios de vacunación.
La actividad se llevó a cabo en la placita Rafael Cordero, en Santurce y estuvo a cargo del Centro de Ayuda Social, el Club Me Importas Tú de Fondos Unidos y el Club de Leones.
Allí fueron recortados por Vicente Martínez, un estilista, maquillista y pastor, que en el pasado utilizó drogas.
Martínez destacó que hay esperanza para las personas sin hogar y usuarios de sustancias controladas; sin embargo, la persona tiene que querer cambiar, subrayó.
“Te puedo tirar la soga pero si no la quieres agarrar de nada vale”, apuntó Martínez.
Mientras, Ismael Ortiz, presidente del Club, apuntó que “hoy (ayer) es un día para compartir con nuestras familias y amigos, por eso decidimos reunirnos con las personas sin hogar y convertirnos en su familia por este día”.