El boricua Kenny Marrero lleva siete años viajando con su coquí a donde quiera que va.

Regalo de un primo a una de sus hijas, el militar estacionado en Italia ha llevado el ‘Coquí Viajero’ a unos 20 países, incluyendo, Eslovaquia, Alemania, Irak y Holanda.

El orocoveño junto a su esposa Vivian Otero viajó a Estados Unidos y luego de tres años, en el 2003, se enlistó en el ejército.

Ya cumple 17 años en el cuerpo castrense y pertenece a la Fuerza Aérea donde trabaja en el área de comunicaciones, explicó a Primera Hora en entrevista telefónica desde Italia.

El militar de 41 años ha estado destacado en Alemania, Corea, Turquía, Irak, Florida y Las Vegas.

El peluche de coquí, con ojos saltones y colores marrón y crema lleva la bandera de Puerto Rico en la panza y ‘canta coquí, coquí’ cada vez que le aprietan la barriguita.

En realidad son dos los anfibios que llegaron desde Puerto Rico para cada una de sus hijas: Gabriela (11) y Natalia (8) Marrero Otero y lo único que los distingue es que fueron marcados, uno con la letra G y el otro con la N.

Pero al que le gusta viajar es al de Natalia.

“Si vamos a salir, ella rápido dice, ‘papi, el coquí’ y hay que correr a ver dónde está”, dijo riendo el sargento E-6.

El de Gabriela, es más casero y disfruta quedándose en el cuarto de su protectora.

Pero, además del coquí, la bandera de Puerto Rico también ocupa un espacio único en la vida de este orocoveño. La lleva a todas partes, incluyendo su oficina, “llevando a Puerto Rico alante”.

Hacía casi seis años que no viajaba a la Isla, y en las navidades pasadas llegó para darle una sorpresa a los suyos.

Dejó el país el 26 de diciembre, dos días antes de que comenzarán a sentirse los temblores que han afectado a la Isla desde entonces.

Sin embargo, no tiene familia en el área suroeste que es la más afectada.

Marrero llegó a Italia en el 2017. Allí debe permanecer cuatro años y luego estará otros dos en otro lugar, que aún desconoce. Sin embargo, en mayo próximo, cuando se trabaja la lista de ascensos, podría subir al rango de Sargento E-7.

Este confesó que además del coquí extraña muchas otras cosas de aquí, incluyendo los dulces

Por eso su cuñada le envía por correo golosinas orocoveñas como cucas y besitos de coco.

La última vez “me envío ajices; mi esposa los sembró acá en Italia y hasta hizo sofrito”.

Pero esta no es la única experiencia culinaria que disfrutan, ya que hace poco hicieron pasteles de arroz. Tampoco puede faltar los de masa.

“Mi esposa siempre se inventa algo para mantener las tradiciones con nuestras hijas. Y también hace un flan riquísimo”, agregó.