El cura fatulo ahora es actor

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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¿Recuerdan a Manuel Tobaja Villegas, mejor conocido por estos lares como “el cura fatulo”?.
Pues volverá a ser cura de mentiritas, pero esta vez en una película.
En una extensa entrevista con el periódico Diario de Sevilla, Tobaja Villegas, de 53 años, habló de sus años como convicto, prófugo y nuevamente preso en cárceles de Puerto Rico y Estados Unidos. Afirmó haber sido víctima de una gran conspiración que comenzó en el mismísimo Arzobispado de San Juan y contó que ahora es asesor artístico en una película, en la que tiene “un papelito”, nada más y nada menos que de cura.
Admite Tobaja en esta entrevista que había sido un estafador que huyó de Sevilla.
¿Cuáles fueron los delitos por los que le condenaron?
–Tuve algunas sentencias menores en los juzgados de lo Penal de Sevilla por varios casos de falsificación de documento mercantil, que no alcanzaban penas de cumplimiento en prisión. La única sentencia final y firme que me impusieron en Sevilla fue por un delito de falsificación en documento mercantil... Me condenaron a una pena de tres años y seis meses de prisión, en el año 2000. Pero cuando fue dictada, ya me había ido a Puerto Rico.
“Conspiración”
En la entrevista sobre su novelesca vida, Tobaja Villegas, quien cumplió seis años de cárcel por fuga y apropiación ilegal, asegura que al poco tiempo de llegar a San Juan, en el 2000, unos curas le propusieron ordenarlo sacerdote para infiltrarlo “en una importante reunión de altos dignatarios eclesiásticos de Puerto Rico y el Caribe”. La reunión era en Cidra, y Tobaja da a entender que se trataba de un cónclave para derrocar al recién nombrado arzobispo Roberto González Nieves.
Buscaban un traductor de francés porque ése era el idioma que hablaba uno de los asistentes que representaban al Vaticano. El problema era que necesitaban que el traductor fuera cura. Ante esto, Tobaja Villegas asegura que fue ordenado en una iglesia de Puerto Rico, en una ceremonia presidida por un obispo americano. Según puntualiza, “el ordenamiento no fue tramitado oficialmente, pero es un acto que imprime carácter ante Dios y ante los hombres”.
En la reunión eclesiásica en Cidra se planteó que se habló de obligar a González Nieves a dejar su cargo porque tenía detractores influyentes que lo consideraban independentista. “Emplearon un lenguaje soez, sin nada de caridad fraterna. Fue una reunión vergonzosa, indigna de eclesiásticos”, recuerda.
El Padre Manolo
Luego Tobaja Villegas pronto pasó a ser el padre Manolo, como le llamaban sus feligreses de Playita, en Barrio Obrero de Santurce, un sector marginal de la periferia de San Juan, donde compartió con drogadictos, delincuentes, ex presidiarios, pobres y marginados. Realizó bodas, bautizos, confesiones, misas pero se complicó todo cuando lo acusaron de quedarse con dinero de feligreses y lo denunciaron como falso cura.
“Fui imputado por cuatro cargos de "impostura", según el artículo 191 del Código Penal, entonces vigente en Puerto Rico, y por otros tantos de "apropiación ilegal", por los artículos 165 y 166 del aludido Cuerpo Legal”, comenta en la entrevista. “Todo ello ocurrió entre febrero y marzo de 2001, a cuenta de mi ordenación como sacerdote. Me decían "el cura fatulo". El día 9 de mayo del mismo año, las sentencias me fueron sobreseídas y archivadas, por falta de evidencias; además se firmó un acuerdo por el que me culpé de un delito menor para ser entregado a las autoridades federales de Inmigración y Naturalización, con el fin de ser extraditado a España, una vez que mi sentencia de Sevilla ya era firme”.
En total, estuvo seis años, nueve meses y 15 días en cárceles de Puerto Rico y Estados Unidos, aunque estuvo un tiempo prófugo en la Isla luego que la facilitaran la fuga, según aseguró.
En una prisión norteamericana hasta presenció un asesinato en una celda. La jueza puertorriqueña María del Carmen Gómez determinó que a Tobajas se le indemnizara con $60,000 por daños causados durante su traslado irregular a prisiones en EE.UU.
Al regresar a España en el 2007, narra el artículo, “no se adaptaba a la libertad” y pasó más de cuatro meses de oración y meditación en un monasterio de La Rioja. Mantuvo contacto por correo electrónico con los presos de Puerto Rico y colaboró con el programa radial boricua “A ciencia cierta”. Comenta que quería vivir con discreción, casi en secreto y que su renacer espiritual es genuino. “He comprobado que el Reino de Dios está en el corazón del hombre”, dijo.
“Eso es anecdótico”, explicó Tobaja “He colaborado como asesor artístico en la última película de Pilar Távora, “Mi madre amadísima”, que se estrenará en los próximos meses. Interpreto un papelito. Por cierto, hago de cura y caso a los padres del protagonista”. En el breve cameo como sacerdote casa a los padres de Alfredito, el protagonista del filme.
“Ésta del cine es la única boda que he oficiado en mi vida”, dice el ex “padre Manolo”.
Ahora a Manuel Tobaja, el ex cura fatulo, solo le faltaría en algún momento llevar al cine un filme sobre su vida, que sin duda es de película.