Humacao. A poco más de un año y tres meses de vivir el capítulo más doloroso de su vida al perder a su hija por culpa de un conductor borracho, Brenda Amaro siente el consuelo de haberle puesto punto final a la historia, al menos en términos judiciales.

Lo anterior porque, no importa el tiempo de cárcel que le impusieron al responsable de la muerte de su hija, el dolor del vacío la acompañará para siempre.

La jueza María Trigo, del centro judicial de Humacao, sentenció ayer a 10 años de prisión a Samuel García Santell tras ser encontrado culpable por cargos de homicidio negligente, negligencia al conducir un vehículo de motor, manejar en estado de embriaguez y conducir sin licencia, por el incidente en el que murió Valeria Ayala Amaro, de cinco años, el 28 de mayo de 2012.

“El dolor sigue porque se extraña a mi hija. Ella era la princesa de la casa junto a su hermanita Alondra”, dijo Amaro a su salida de la sala 202 donde fue sentenciado García Santell.

A Amaro no sólo le queda el vacío de la pérdida, sino también el dolor de que García Santell no acepte su responsabilidad por los hechos que desembocaron en la muerte de Valeria.

“Él no aceptó su culpabilidad porque él no tiene hijos, él no entiende lo que es perder un hijo. Es incómodo (escuchar que no se responsabiliza), pero nada, él pagará porque la justicia ya le dio su castigo y él va a crear conciencia aunque no sea de la mejor manera”, dijo Amaro acompañada de su esposo Luis Ayala, quien afectado por la situación no pudo realizar expresiones.

“Él nos destrozó, nos ha destrozado demasiado. La familia no es la misma porque está el vacío de nuestra hija”, puntualizó la mujer.

Amaro relató que el poco más de un año sin Valeria ha sido muy difícil, no solo por la pérdida, sino por las consecuencias emocionales que tuvo para toda la familia su abrupta y dolorosa partida.

“Es un proceso bien difícil. No se puede dormir, es un recuerdo constante, es un dolor inmenso. Yo estoy sufriendo aunque no se vea físicamente. Bien no estoy. Mi hija (la hermana de Valaeria) no está bien porque ella presenció todo y su papá no está bien porque por su depresión tuvo que dejar el trabajo”, explicó Amaro, quien dijo que la niña está bajo tratamiento psicólogico y su esposo en cuidado psiquiátrico.

Los hechos de este caso ocurrieron en las parcelas Jardines de Bordaleza en Maunabo, cuando García Santell chocó su vehículo contra otro auto y luego continuó la marcha sin control en dirección a donde estaba Valeria junto a su hermana en la marquesina de una casa del sector.

La menor se ponía unos patines que le habían regalado por motivo de su cumpleaños cuando fue impactada por García Santell, causándole la muerte.

El hombre arrojó .24% en la prueba para detectar alcohol en la sangre. En un incidente previo, reportado en el 2010, García Santell dio positivo a alcohol en la sangre con un .24%.

Durante la vista para dictar sentencia, el licenciado Juan B. Casillas presentó una moción de atenuantes para que la jueza tomará en consideración la edad de su cliente, 65 años, y las múltiples condiciones médicas que padece, entre ellas, diabetes, hipertensión y enfermedad del hígado. Casillas, además, pidió al Tribunal que tomará en consideración que el delito que cometió su cliente fue de negligencia y no intencional.

Mientras, el fiscal Héctor del Valle, presentó a su vez una moción de agravantes para que se tomará en cuenta la indefensión de la niña por su corta edad.

La jueza sentenció a García Santell a 10 años por el cargo de homicidio negligente; a seis meses por cada cargo de violación al artículo 5.07 de la Ley de Tránsito; una multa de $100 o su equivalente, dos días de cárcel, por manejar sin licencia (artículo 3.23) y a 30 días o una multa de $750 por manejar vehículos de motor en estado de embriaguez, (artículo 7.02). Por ser la segunda vez que el hombre era convicto de este último delito se ordenó la confiscación del vehículo en el que ocurrieron los hechos. Además se ordenó que el Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP) no expida una licencia de conducir al hombre hasta seis meses después de haber cumplido la condena. Las penas se cumplirán de manera concurrente.