"El infierno yo lo viví ese día cuando vi a mi hija tendida en la camilla de un hospital”
Mirelis Ramos sufrió un derrame cerebral, dos paros renales y varias complicaciones que transformaron su vida y ahora necesita de todos

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Desde muy pequeña, Mirelis Ramos, de 12 años, demostró su osadía para defender las causas justas, perseguir sus metas y darle rienda suelta a su espíritu altruista. Pero la vida, en un abrir y cerrar de ojos, la condujo por un sendero difícil tras sufrir un derrame cerebral que la mantiene encamada.
No hubo forma de prevenir el duro golpe que azotó a la pequeña y a su familia el 4 de octubre de 2013. Ese día, Yanira Machado lo guarda en su corazón como la peor experiencia de vida como madre. “Dicen que el infierno está luego de la muerte, pero eso no es así. El infierno yo lo viví ese día cuando vi a mi hija tendida en la camilla de un hospital”, dijo la mujer.
Mirelis tenía una vida normal y feliz. Ese día estaba en un cumpleaños, compartía con sus amiguitas; era la primera vez que su mamá la dejaba salir sola, narró Machado.
Pero un fuerte dolor de cabeza precedió el colapso de la menor dando paso al inesperado diagnóstico: Había sufrido un aneurisma cerebral.
“Cuando viene el neurólogo, me dice: ‘mamá, es un sangrado de cabeza abundante y está grave. No sabemos si sobreviva. La pasaron a intensivo’”, recordó la mujer entre sollozos.
El cuadro clínico de Mirelis -quien soñaba con viajar a Haití a ayudar a los niños pobres, según lo escribió en una carta antes del incidente cerebrovascular-, la llevó a permanecer hospitalizada cinco meses en el Centro Médico de Río Piedras.
“Todo su lado derecho murió y parte de su lado izquierdo. Es que como tenía tanta sangre dentro del cerebro… Para entonces no había actividad cerebral. Fue un infarto isquémico bilateral masivo. No sé cómo ella sobrevivió”, dijo Machado, quien visitaba a Mirelis en intensivo una hora en la mañana -como es permitido en los hospitales- y luego se iba al redondel de la institución a esperar a que llegara el tiempo de volver a ver su pequeña en la noche. Era una escena que le desgarra el corazón al más fuerte.
“La veía con esa tranquilidad, relajadita. No mostraba ansiedad ni dolor… una paz que sobrepasa todo entendimiento. Ahí le dije: ‘Mirelis, tú no estás aquí; tú estás en el cielo. Dile a Papá Dios, por favor, que te deje un ratito más conmigo. Yo no quiero que te vayas; recuerdo que me tiré al piso y lloré. Días más tarde, la oración lo cambió todo y Mirelis -dentro de su condición- mejoró y me la dieron de alta”, manifestó la madre, quien es maestra.
La pequeña, que siempre mantiene su rostro angelical, perdió su movilidad, su capacidad de hablar y depende de un tubo gástrico para alimentarse. Toma 14 medicamentos diarios y la leche que consume cuesta $1,700 al mes, pero todo lo han suplido muchos ángeles que ha tenido en el camino.
Ahora necesita un vehículo especial para transportarse, por lo que la familia recaba la ayuda ciudadana para cumplir este propósito.
En un esfuerzo para recaudar fondos, se organizó un evento que se llevará a cabo este sábado, 3 de marzo en distintos semáforos de Isabela y en la plaza pública ese municipio, a partir de las 8:00 a.m.
En tarima, se presentará el cuatrista Edwin Colón Zayas y el coro de la Universidad Interamericana de Aguadilla. Habrá artesanías, kioskos y exhibición de carros antiguos, además de un sorteo de regalos.
“Al día de hoy, nunca me ha faltado una mano amiga. Gente que vino a ayudarme sin conocerme y que me dicen: ‘vamos a tener ese vehículo para Mirelis’. Hay que ver la fe con la que ellos trabajan. Es algo que solo Dios puede estar haciendo, Él está aquí con nosotros”, dijo Machado.
Si desea ayudar, puede hacerlo a través de ATH Móvil al 939-417-2979 o mediante la cuenta del Banco Popular 083-566-821. También accediendo la página www.gofundme.com/mirelisangelica.