Uno de los placeres de la vida es satisfacer nuestro paladar con una exquisita variedad de platos con ese sabor que te transporta a la mejor cocina familiar, ese sabor único que solo se consigue cuando las cosas se hacen con amor y dedicación.

Esa pasión por destacar en los detalles, es lo que se encuentra en El Sabrochón, restaurante que por 25 años deleita a sus clientes con preferencia a la comida criolla de carne ahumada de pavo, lechón, costillas y pollo, viandas, arroces, jugos naturales y postres de ensueño.

Ubicado en la carretera PR 848 del Barrio Saint Just de Trujillo Alto, el local en su modalidad de ‘servicarro’ es atendido por Edwin Fuentes Delgado, quien junto a sus hijas Jeniffer y Loraine, su hijo Edwin y empleados, reciben diariamente decenas de clientes asiduos y recientes quienes saben lo que es darse un buen banquete.

“Todos en mi familia son cocineros. Mis padres los mejores; mi hermano Juanito, entonces todas las cenas de las bodas familiares se cocinaban en casa”, comenzó a explicar Fuentes Delgado sobre el origen de su pasión por la cocina.

Sentados en una terreza exterior en proceso avanzado de reconstrucción para retomar la costumbre del cliente en mesa, Fuentes Delgado reiteró que desea nuevamente esa relación con los comensales. “Ya sabes que con lo de la pandemia todos los comerciantes tuvimos que actualizarnos y adaptarnos o te quedabas sin negocio. De esta manera aplicamos el concepto del servicarro y tuvimos que modificar muchas cosas en el restaurante”, expresó.

“Por mi mente nunca me pasó que hiciera este tipo de negocio, porque me dedicaba a mi otra pasión; la radio y televisión”, manifestó. “Silvio Iglesias Padre me dio una oportunidad en Salsa 63 de WQBS en 1981. Allí me ayudó mucho el compañero Víctor Feliciano. Eso y con mis apariciones como maestro de ceremonias en diferentes actividades, desarrollé ese gusto de compartir y tratar bien a la gente”, agregó con semblante relajado, quien también moderó en la década de 1990, ‘La Mejor Música Latina’ en Radio Voz y luego en el Canal 18.

El negocio, que sirve en modalidad de servi-carro desde la pandemia, ubica en el barrio Saint Just, en Trujillo Alto.
El negocio, que sirve en modalidad de servi-carro desde la pandemia, ubica en el barrio Saint Just, en Trujillo Alto. (XAVIER GARCIA)

Retomando el tema sobre el origen de El Sabrochón, Fuentes Delgado detalló que, “sucede que mi papá tenía una receta muy deliciosa para hacer pavos y cuando emprendí en el 1997 este negocio, la gente solo comía pavo en el Día de Acción de Gracias, entonces la tendencia era para ese momento que la buena alimentación estaba relacionada a buena salud, empecé a hacer pavos con la receta del viejo”.

La original idea fue recriminada por muchos entre éstos el antiguo propietario del local que no le vio futuro al nuevo concepto. “Me preguntaba que cómo era posible que me pusiera a vender pavos cuando la venta del pollo asado era un palo. Pero mi perseverancia y el sabor del adobo de mi papá, hicieron la diferencia”, sostuvo con una sonrisa victoriosa.

“Cuando aplico la receta no lo puedo hacer Pavochón porque soy intolerante a la pimienta y si tu quieres un resultado que alcance el sabor del lechón pues tienes que añadirle pimienta. A la receta de orégano, ajos frescos, sal y el truco que se hace, nació el primo hermano del Pavochón que es el Sabrochón”, destacó.

“Esto lo que demuestra en la vida, es que las cosas hay que hacerlas bien desde el principio. Fue bien duro y difícil, pero llevamos 25 años dando servicio. Tengo seis hijos, todos con sus estudios y ellos deciden llevar este negocio a otro nivel. Tengo aquí dos nenas y un varón y el resto en sus compromisos laborales. Ellos son los propietarios, pero se involucran en todas las tareas que un comercio de comida exige”, expresó Fuentes Delgado al añadir que tiene dos empleados no ligados a la familia inmediata, pero que así son tratados.

Entre la variada oferta con sabor a Navidad eterna, se destacan los majados de viandas, entre éstas la batalanga –batata y malanga- o la batata; cuando no hay malanga disponible. “Para mantener una calidad constante, aquí se vela por los detalles: la leña, la candela, el asador, el corazón y el amor. Porque tenemos amor por lo que hacemos”, puntualizó.

La conversación se desarrollaba mientras la fila de vehículos rodeaba la estructura de El Sabrochón a la hora pico del almuerzo. “El 90% de mis clientes son de otros lugares fuera de Saint Just. Viene gente de Hato Rey, Santurce y otros sitios. Recuerda que la mayoría de los residentes de este barrio son mayores de edad y están en sus casas principalmente, pero gozamos de sus simpatías porque yo soy de aquí”, dijo.

“Hay muchos planes que deseamos desarrollar, pero sin cambiar el gusto por lo que hacemos y el control y criterio que cada uno tiene por la comida que hacemos. Si una comida no tiene la calidad en frescura, sabor, color y apariencia, etcétera, ese día la sacamos de la oferta. Cada uno respeta las opiniones y sugerencias que se hacen sobre lo que vamos a ofrecer y si no cumple con los criterios de higiene, sabor y consistencia por ejemplo, eso no se vende. Vamos, lo que vendo es porque a nosotros nos gustaría comerlo”, destacó Fuentes Delgado.

Entre los planes de evolución para El Sabrochón, además de las terrazas al exterior para ubicar mesas y recibir comensales, se encuentra la apertura de una salón de actividades para 150 personas. “Yo aquí soy el administrador. Esto es para mis hijos y ellos tienen muchos planes con el negocio. Por lo que vislumbro, habrá Sabrochón por generaciones”, finalizó entre risas.

Para ordenar o detalles adicionales, comuníquese al 787 998-0243 o visite en redes sociales las páginas de El Sabrochón.