El sofocón que se ha sentido en los últimos días en la Isla es insoportable y lo peor de todo es que la cosa se pondrá más pelúa, pues la ola de calor que azota a Puerto Rico apenas comienza y se extenderá ¡hasta septiembre!

Así lo informó a Primera Hora la meteoróloga Deborah Martorell, quien dijo que es común que con el reciente inicio de la temporada de verano el calor se intensifique.

“El verano comenzó oficialmente el 21 de junio, por lo que ya entramos a la temporada más caliente de Puerto Rico. De ahora en adelante, vamos a tener temperaturas diarias de entre 68 a 92 grados, pero el calor se sentirá mucho más en el ambiente por diferentes factores”, dijo Martorell, y agregó que el mes más sofocante podría ser septiembre, precisamente cuando ocurre el pico de la temporada de huracanes.

Y es que la especialista alertó que la alta humedad que se registra por lapsos durante el día aumentará la sensación de calor, aun cuando las temperaturas registradas sean normales para la temporada.

“Por ejemplo, el día que vino el presidente (Barack) Obama, la temperatura estaba en San Juan a 92 grados, pero el porciento de humedad era tan alto que en la zona metropolitana el índice de calor fue de 105 grados. Por eso la gente se sentía sofocada, sudó tanto y sentía esa sensación de pegajosidad en el cuerpo”, explicó Martorell, al añadir que cuando el viento sopla del sur, el calor se intensifica en el norte, y cuando los vientos llegan del este, el calor se muda para la región sur y oeste del país.

Y, en efecto, eso es lo que ha ocurrido, y sepa que si en la zona metropolitana algunos han sentido que se derriten, en Ponce y Mayagüez el asunto es peor. En la Sultana del Oeste las personas casi desean andar desnudas.

Y no es para menos, en días recientes la gente del oeste llegó a sentir un índice de calor de hasta 115 grados, el más alto registrado durante este año en Puerto Rico.

La historia también se repite en pueblos como Salinas, donde los residentes, aun cuando están acostumbrados al clima caliente, han sentido que este año la situación es mucho más aguda.

“Aquí no hay quien viva, esto es un desierto”, dijo Miguel Núñez, vecino del Pueblo del Mojo, y quien optó por comprar una piscina para refrescarse.

Otro residente, Julio Roche, destacó que en estos días ha tenido que hidratarse con más frecuencia.

“Es que se siente uno más cansado y débil”, mencionó.

De hecho, la ola de calor es de tal preocupación en el sur de Puerto Rico que en Salinas, por ejemplo, hay una intensa campaña de orientación a la ciudadanía sobre la importancia de protegerse durante estos días.

“Les decimos que deben hidratarse más y utilizar bloqueador solar”, explicó Jessie Rodríguez, director de la Oficina de Manejo de Emergencias Municipal.

no es relajo

No obstante, aunque las temperaturas han estado sobre lo normal (que son los 88 grados), no se ha impuesto algún récord a nivel local.

Según el portal del Servicio Nacional de Meteorología (SNM), la temperatura más alta registrada en San Juan se elevó a 98 grados y ocurrió el 9 de octubre de 1981. A estos grados, el índice de calor pudo haber sobrepasado los 120 grados. ¡Uf! ¡Imagínese!

Lo cierto es que el calor, según el SNM, es un factor peligroso y, según datos estadísticos ,causa más muertes en Estados Unidos, unas 162 al año, que cualquier otro fenómeno o factor climatológico como inundaciones, relámpagos, tornados o huracanes.

“Definitivamente, es peligroso. En especial, debemos tener cuidado con los niños y los ancianos. Tenemos que hidratarlos constantemente”, sugirió Martorell, quien advirtió que a la ola de calor se suman otros factores de riesgo para la salud, como el polvo del Sahara y la proliferación de unas colonias de hongos producidas por las lluvias de principios de junio.

Por último, la meteoróloga quiso aclarar que, contrario a lo que muchas personas piensan, las temperaturas calientes no están vinculadas a los movimientos telúricos.

“Eso es un mito. Mucha gente piensa que, cuando hace mucho calor, podría ocurrir un terremoto o temblores. Eso es falso. El calor no tiene que ver nada con los movimientos sísmicos”, explicó.

 

Maelo Vargas Saavedra colaboró con esta historia