Como si nada hubiese ocurrido. Así está Emiliano Nahuel González Suárez, el niño con malformación craneofacial que fue operado el lunes para corregir un problema en su pequeño corazoncito.

Igual de alerta que antes de su intervención y con una gran sonrisa, lo encontramos ayer ya en su casa, al ser dado de alta mucho antes de lo que su mamá Rosaelena Suárez Sierra esperaba, luego de que se recuperara de manera excelente.

“Me dio mucha alegría y estaba sorprendidísima que tan rápido pudiera recuperarse este chiquito”, dijo emocionada Rosaelena con Emiliano en sus brazos.

“(El martes) estaba sonriente, no le estaban dando medicamento para el dolor, estaba comiendo bien, estaba haciendo sus necesidades, estaba alerta y ha seguido así, en franca recuperación”, describió la mujer sobre el panorama médico del pequeñín. Lo único que vigilan ahora es la herida de la operación que mide alrededor de dos pulgadas.

Sobre la operación, que se llevó a cabo el lunes en el Centro Cardiovascular de Puerto Rico y del Caribe, Rosaelena narró que, “él entró a sala de operaciones como a las 8:00 de la mañana y un poquito llegando a las 10:00 de la mañana salió el doctor a decirme que estaba bien”. Una hora más tarde ella pudo ver al niño.

“Él estaba todavía sedado, aparentaba estar dormido plácidamente. Le estaban dando medicamentos para el dolor, no pude ver la herida porque es en el costado izquierdo y está tapadita pero dentro de las circunstancias estaba bien”, recordó mamá.

“Finalmente, lo que hicieron fue que el anillo de la aorta, más que removerlo lo cortaron porque (el tejido) estaba creando el anillo alrededor del esófago y la tráquea y fue más simple de lo que pensaban porque de hecho ya está en casa con nosotros”, manifestó.

Emiliano estuvo solo una noche en intensivo, a pesar de que esperaban que estuviera tres y lo subieron a habitación por protocolo para darle de alta el martes.

“(Ahora) está más tranquilo, él parece que sabe que no puede dar vueltas y voltearse porque cuando lo dejo en la cuna no trata de voltearse como antes”, describió quien espera que en la próxima cita con el cardiólogo le indiquen que todo marcha bien con Emiliano.

“Yo lo veo como si no hubiese pasado nada”, indicó.

A pesar de esa condición en su corazón, Emiliano nunca presentó síntomas de que le faltara el aire o de que tuviera mala oxigenación de la sangre.

“La operación se decidió hacer por la importancia de que él tuviera esa vía respiratoria y el esófago sin ese compromiso de salud para las futuras operaciones quirúrgicas”, indicó Rosaelena sobre lo que todavía le falta enfrentar.

A finales de octubre o principios de noviembre, Emiliano viajará junto con su mamá a Boston, Massachusetts, para la operación más importante en la que cerrarán unas aperturas en el cráneo del menor e intentarán reconstruir su rostro. Emiliano nació sin un ojo ni el oído izquierdo y su mandíbula está en posición diagonal.

Para esta operación Rosaelena estaba pidiendo la ayuda del público ya que solo los deducibles y los gastos previos a la cirugía sumaban $50 mil. Luego de publicada su historia en Primera Hora el sábado pasado, en menos de 48 horas alcanzó la meta.

“Estoy superagradecida con todo el mundo que está cooperando, que siguen cooperando. Pasamos esa primera meta que establecimos para la primera operación... Son muchas las operaciones que van a tener que hacer para que él pueda recuperar su rostro y ya hemos creado un comité de amigos para que sea un fondo recurrente para que podamos lograr que él tenga su reconstrucción de rostro total”, dijo la madre soltera.

Rosaelena cuenta con el apoyo incondicional de sus padres Ivonne Sierra y Luis Amauri Suárez.