El arreglo de los hogares en la época navideña es sin dudas una cultura que tenemos muy arraigada en nuestra tradición. Por ello, empleados del municipio de Guaynabo se dieron a la tarea de reconstruir varias residencias deterioradas cuyos moradores son personas con algún tipo de discapacidad o muy entrados en edad.

Las estructuras fueron remozadas gracias a la labor voluntaria de los empleados municipales, quienes se vieron motivados a hacer estas mejoras en varios lugares donde la pobreza es palpable en la infraestructura vial y residencial.

Casas de Amor es el nombre del proyecto filantrópico que llevó al paramédico Fredy Boria y a su equipo de trabajo a arreglar la casa y entorno de doña María García Rosario en el sector Korea del barrio Guaraguao.

Doña María García fue una de las personas beneficiadas.
Doña María García fue una de las personas beneficiadas. (Ramon "Tonito" Zayas)

La mujer se encuentra encamada y junto a su nieta, Verónica Sepúlveda Urbina, reside al cobijo de la estructura de madera que fue pintada en su totalidad y remodelada en sus exteriores gracias al esfuerzo del grupo de empleados municipales.

“Esto fue algo de sorpresa. Al principio los vi como en su rutina de inspección. Entonces, al tiempo me indican que mi casa fue seleccionada para este proyecto de mejoras en Navidad. Yo creía que iban a ser cosas misceláneas, pero habilitaron la casa de una forma, que se puede tener mejor calidad de vida y pasar unas mejores navidades”, declaró Sepúlveda Urbina entre lágrimas.

La joven se mostró agradecida por la atención brindada a su residencia y aprovechó la ocasión para expresar sus sentimientos por esta acción a todos y a cada uno de los participantes.

“Que Dios les dé muchas bendiciones hoy, mañana y siempre. Muchas gracias por ser empáticos con los demás, que cuando hacían las cosas las hacían bien, con amor. Que estas navidades les llenen de bendiciones como hicieron con nosotras”, compartió.

Boria, por su parte, reiteró lo satisfecho que se siente por hacer labor comunitaria.

“Cuando me hicieron el acercamiento, mi directora me nombra líder del grupo de paramédicos y comenzamos a organizar los diferentes equipos de trabajo en pintura y ornato. Estamos todos emocionados, fueron cuatro dependencias que respondieron al llamado. Se le infla el pecho a cualquiera al poner a una familia feliz”, manifestó.

No lejos de allí, en el barrio Sonadora, los voluntarios hacían las últimas reparaciones a la residencia de Álida Berríos, una exempleada municipal y quien desde el 2017 quedó ciega.

Los empleados ofrecieron su labor voluntaria para remozar las casas a de personas con alguna necesidad, muchos ellos solos y ya mayores.
Los empleados ofrecieron su labor voluntaria para remozar las casas a de personas con alguna necesidad, muchos ellos solos y ya mayores. (Ramon "Tonito" Zayas)

“Esta casa tenía un problema estructural serio en el techo. Aquí se trabajó con la cablería, las tuberías, cocina… en fin, todo. Estaba muy deteriorada”, detalló Madeline Ortiz Morales, directora del Departamento de Obras Públicas de Guaynabo.

“Comenzamos desde octubre. Primero los trabajos de limpieza e impermeabilizar el techo. Como se trata de una dama no vidente y excompañera de labores, los empleados municipales se motivaron y donaron su tiempo y conocimiento para rehabilitar esta residencia”, explicó, por su parte, Luis Iván Díaz, director de la Oficina de Manejo de Emergencias municipal.

“En esta época de Navidad es importante dar con amor lo mejor de uno. Nosotros somos empleados públicos y decidimos de forma voluntaria hacer esta aportación con mucho cariño. Decidimos dar la milla extra”, añadió Díaz.

Para Berríos, esta ayuda significa un gran progreso en sus intenciones de vivir la residencia de manera permanente, ya que debido al deterioro de la estructura tuvo que abandonarla antes del huracan María, que terminó con destrozarla.

“Mucha salud y bendiciones a mis compañeros de trabajo que hicieron esto por mí. Estoy más que agradecida”, declaró la agradecida mujer.

Continuidad a la ayuda

El programa Casas de Amor retoma las labores que años anteriores realizaba el municipio de Guaynabo y que cuenta con la colaboración de diferentes dependencias municipales, entre éstas el Departamento de la Vivienda y Rehabilitación de Hogares.

“Estos trabajos no se realizan desde hace cinco años. Esto necesita una coordinación, porque es un trabajo en equipo. Aquí el trabajo es voluntario. Nosotros ponemos los materiales y los empleados su tiempo y esfuerzo. Hacemos un pote entre todos, porque siempre se compran enseres y otros artículos necesarios para un hogar y así completar las labores”, destacó por su parte el alcalde, Edward O’Neill.

Esta vez los empleados también llevaron compras, artículos de higiene, pañales de adultos y demás artículos necesitados por la población en necesidad.

Además de los casos mencionados, en esta ocasión también se hicieron labores en otras residencias localizadas en los barrios Santa Rosa 2, Santa Rosa 3, Juan Domingo y Amelia.

Verónica Sepúlveda se emocionó por la ayuda recibida para su abuela.
Verónica Sepúlveda se emocionó por la ayuda recibida para su abuela. (Ramon "Tonito" Zayas)