Vecinos de los barrios Hatillo, Caguabo y Playa de este municipio llevan semanas lidiando con el humo, al igual que las comunidades aledañas al vertedero municipal, que el pasado viernes quedaron atrapados por una enorme humareda provocada por un incendio de grandes proporciones en ese lugar.

Y es que cada vez son más comunes los fuegos en esta región, la mayoría provocada por mano humana, ya sea en el monte, la playa o cualquier lugar que haya pastizal o basura.

Las columnas de humo pueden divisarse a kilómetros de distancia y el verdor que arropaba las montañas de esos sectores poco a poco se han carbonizado debido a los fuegos que, según algunos residentes, comenzaron a finales del mes de enero y todavía continúan.

“Llevamos como tres semanas o un mes en esto. Los bomberos vienen y apagan lo que pueden, pero es que no se acaba”, manifestó Roberto Maldonado, vecino del barrio Hatillo.

La poca precipitación ha empeorado la situación, que ya ha comenzado a alterar la vida cotidiana de los vecinos.

“Mi suegro vivía aquí y se tuvo que ir porque no pudo seguir. Le estaba causando problemas”, contó Maldonado. 

Para poder lidiar con esta molestia, los vecinos han tenido que tomar medidas drásticas.

“Hay que vivir encerrados. A veces ponemos abanicos hacia afuera para sacar el humo. Cuando se pone difícil la cosa, nos tenemos que ir un rato en lo que baja la intensidad porque es imposible”, contó Maldonado.

“En mi caso yo tengo una piscina en la parte de atrás de la casa y tuve que vaciarla porque se llena de cenizas. ¡Es horrible!”, contó, por su parte, Aidé González, quien vive con su mamá anciana y teme que el constante humo le cause problemas respiratorios.

Según contaron los vecinos, al menos tres o cuatro fuegos por semana se registran en el montañoso barrio Hatillo, que cuenta con una envidiable vista a la bahía de Añasco. Pero dependiendo de cómo sople el viento, puede afectar otras comunidades como Caguabo, un barrio contiguo, y Playa, que ubica en la parte llana, frente al mar. 

Suroeste constató que un fuego que se registró en el monte alcanzó los alrededores de una residencia que estaba clausurada y quemó por completo varios autos detenidos que se encontraban en el lugar. 

El incendio levantó una enorme columna de humo que se extendió por todo el barrio; otras áreas de maleza fueron devoradas por las llamas y la nube gris arropó las casas cercanas, lo que complicaba la visibilidad y la respiración.

Pero ese es apenas uno de decenas de fuego que se reportan en la zona, algunos de grandes proporciones, como el que se registró el pasado viernes en el vertedero de Añasco y requirió la intervención de bomberos de Añasco, Mayagüez, Aguadilla y Aguada, entre otros.

Según el portavoz del municipio, Misael Vargas, se cree que el incidente se trató precisamente de un fuego forestal que alcanzó el área del vertedero.

Mientras, en otros municipios como Mayagüez y Rincón también se han registrado fuegos.

Para el veterano bombero Jorge Seda, del distrito de Aguadilla, el 98% de los incendios son provocados por las personas, al tiempo que exhortó a los vecinos a que denuncien a los responsables.

“Es muy difícil que un fuego comience de forma espontánea. Puede ser un accidente, que alguien tire una colilla de cigarrillos y ahí empiece el fuego, pero la mayoría de las personas lo provocan y luego se les va de las manos”, manifestó Seda, con 21 años de experiencia y destacas en el Distrito de Aguadilla. 

“Muchas veces las personas que crían caballos y otros animales, queman el pasto para eliminar las garrapatas y el pica pica, pero cuando el fuego crece, no saben cómo detenerlo. Eso es un peligro, porque no se dan cuenta del daño que le hacen a los niños y ancianos”, apuntó.

“Por eso, el llamado es a que denuncien a los responsables para evitar que cosas así sucedan”, agregó Seda.

Los meses de enero a abril son los más propensos a incendios, por eso se le conoce precisamente como la época de fuego, según explicó. Sin embargo, por momentos los bomberos no son suficientes para atender tantos casos.

“A veces tenemos que atender 20 o 30 fuegos al día y la verdad es que no damos abasto. Hay pueblos en los que hay uno o dos bomberos por turno y tenemos que apoyarlos desde acá” (Distrito), señaló.