Ponce. “En el Paquito Montaner estaba bueno, pero después con la lluvia allí se podía nadar. Eso fue horrible”.

Esta fue la experiencia que vivió anoche Lou Marie Rodríguez Santiago, una residente del American Housing, que se encontraba refugiada en el estadio Francisco “Paquito” Montaner hasta que anoche las fuertes lluvias provocadas por un frente frío inundaron por segunda vez el parque.

La situación fue tal que a la medianoche los cientos de refugiados que hay en el campamento oficial del gobierno tras los terremotos registrados a principio de mes fueron trasladados de emergencia en las guaguas del municipio a la escuela vocacional Bernardino Cordero Bernard.

Según los refugiados entrevistados por Primera Hora, la inundación formó un “caos” en el Paquito Montaner. Esto se debe a que los catres y las pertenencias se mojaron.

“Parece que allí no hay desagüe y se llenó de agua. Nos sacaron de lo más bien, no hubo problema con eso”, comentó Rodríguez Santiago.

Ángel Luis Figueroa, quien residía en una égida afectada por los sismos, dijo que la acumulación de agua fue de entre dos a cinco pulgadas.

“Anoche estábamos de lo más bien allá, en el Paquito Montaner, pero surgió las inundaciones y la lluvia fue fuerte. No quedó otro remedio que traernos aquí (a la escuela vocacional)”, expresó.

En la escuela vocacional, que presenta algunas grietas a causa de los terremotos, había personas acomodados en los pasillos y dentro de los salones. Algunos dormían, participaban de actividades o simplemente charlaban entre sí.

Los entrevistados por Primera Hora coincidieron que ahora que se encuentran en la escuela están en una mejor condición que en el Paquito Montaner. Indicaron que prefieren quedarse allí.

“Yo creo que aquí estamos mucho mejor, en el sentido de que no estamos a la intemperie”, afirmó José Rodríguez Pabón, quien reside en uno de los edificios multiviviendas afectados por los sismos, el Darlington.

Comentó que no teme estar en la escuela, porque “esto ha aplacado un poco, la cuestión de los temblores. Me siento mejor aquí”.

Cruz Reyes, de 73 años y también residente del edificio Darlington, indicó que ahora en la escuela está “más tranquila”.

Lo que le apenó fue que tuvo que botar su almohada, pues se mojó durante la inundación.

“Llovía y no paraba, y hacía un frío… Aquí estoy mejor”, manifestó.

María Ortiz Medina, quien decidió refugiarse por el nerviosismo que siente de que ocurra otro temblor, se quejó que el traslado de los refugiados del estadio a la escuela no fuese a tiempo. Dijo que se dio a las 12:00 a.m.

“Eso fue malísimo. Yo me mojé. Eso fue un aguacero y nos trajeron a las 12:00 a.m. Eso era para estar tempranito (anoche) aquí”, soltó.

La mujer también comentó que se siente más segura durmiendo en la escuela que en el Paquito Montaner. Indicó que tienen mejores comodidades.

Hasta Edwin Negrón Camacho, residente de Los Lirios del Sur, dijo sentirse más cómodo en la escuela. Esto, a pesar de que uno de los edificios presenta algunas grietas.

“Mi casa está peor”, reconoció el hombre, al indicar que lo único que tenía que hacer era evitar ese edificio.

Esta tarde la Guardia Nacional emitió un comunicado en el que estableció que la escuela será el nuevo campamento base de Ponce. Indicaron que allí se prestarán todos los servicios básicos que incluye cuidado médico, lavado de ropa y apoyo sicológico, entre otras cosas.

El comunicado no mencionaba nada sobre si la escuela pasó la inspección realizada por ingenieros estructurales.

Por otro lado, una familia de Santa Isabel, los Rodríguez Cartagena, llegó esta tarde a la escuela vocacional a llevar hotdogs y refrescos a los damnificados.

El portavoz de la familia, Roberto Rodríguez, indicó que tomaron la iniciativa, porque “entendemos que esta es la manera de responder a la necesidad de nuestro pueblo. No siempre podemos esperar que al que le toca hacer algo, lo haga”.