Río Grande. Educar y crear conciencia sobre la sustentabilidad alimentaria ha sido por años el norte del agricultor Francisco Castro Barreto, quien encaminó un innovador proyecto agrícola, llamado Finca Neo Jibairo, que ha resultado en el escenario de emprendimiento e innovación para muchos jóvenes y donde se cultivan alimentos saludables y libres de contaminantes.

Su visión educativa sobre el tema alimentario comenzó desde el patio de su casa en la zona urbana de San Juan. Allí sembraba de todo cuanto pudiera y educaba a sus vecinos sobre la importancia de los huertos caseros. Sin embargo, el agricultor amplió su visión y decidió invertir en la finca de siete cuerdas en Río Grande, que se ha convertido en su proyecto de vida.

El terreno, de fácil acceso para el público cuando se transita por la carretera PR-187, cuenta con una siembra de árboles de 26 tipos de frutas, hortalizas y tabaco; opera con un sistema de placas solares y se sirve de agua de lluvia.

Francisco Castro, co-fundador de la finca agroecológica, Finca Neo Jibairo, ubicada en Río Grande.
Francisco Castro, co-fundador de la finca agroecológica, Finca Neo Jibairo, ubicada en Río Grande. (Isabel Ferré Sadurní)

“Aquí hacemos desde la siembra de la semilla, trasplante, cosecha, empaque y distribución de todos nuestros productos. Es una finca sustentable por placas solares y recogido de agua de lluvia. Educamos a las personas para que siembren, que hagan sus huertos, sus hortalizas; que hagan trueques con el vecino”, dijo el joven agricultor con 15 años de experiencia en esta práctica y quien junto a su hermano, Antonio, y su colega, Cristina González, operan el espacio.

Agregó que la finca tiene su base en el servicio comunitario y promueve la creación de huertos, la siembra y el consumo de productos naturales libres de pesticidas ni químicos.

Somos Río Grande recorrió el proyecto agrícola innovador donde cosechan 26 tipos de frutas, hortalizas y tabaco de manera sustentable.

“Nos especializamos en todo; hacemos (sembramos) frutas, vegetales, hortalizas, hidropónicos, compostas; hacemos todo lo macerado que necesita la tierra; los insecticidas, los pesticidas, el abono orgánico. La naturaleza tiene el poder de nutrirse por ella misma y repeler las plagas sin necesidad de químicos industriales. (Tenemos) parcha, lechuga, berenjena… hierbas, especias, ranchos de tabaco, col rizada y todo tipo de tubérculos”, desglosó.

En cuanto al tabaco, este trío de agricultores ha puesto manos a la obra artesanal. Trabajan desde la siembra de la semilla, anejo de la hoja y tuerce de un cigarro puertorriqueño.

“Está hecho al estilo cubano. Su proceso es en piso, en tierra, madera, techos altos, temperatura y humedad controlada. Se trabaja la hoja, se hila, se cose, se cuelga y se seca. Aquí está 49 días y luego pasa de uno a cuatro años a nuestro salón de añejo. Este que está aquí sale en el 2023. Es un proceso que toma de uno a cuatro años. Todo hecho a mano”, explicó.

Y todos esos atractivos, sumados a su interés de educar, son lo que han despertado la curiosidad de muchos.

“De 10 a 12 mil personas visitan anualmente la finca. Recibimos muchos niños y estudiantes. Queremos que esto sea como una escuela didáctica y de práctica para que los niños aprendan. Hacemos recorridos agroturísticos con una duración de una hora a una hora y media. Y pueden reservarlos a través de nuestra página fincaneojibairo.com”, agregó Castro Barreto.

Los viernes, sábados y domingos son los días que el público frecuenta más la finca. Y, no solo buscan educarse o adquirir los productos que se cosechan allí, también con su visita patrocinan a otros emprendedores a quienes la finca les sirve de escenario para promover sus productos.

“Una vez al mes tratamos de fusionar lo que es el alimento con la cocina, porque mucha gente no sabe cómo utilizar los productos agrícolas y creamos este espacio, un café jardín en el cual viene un chef y cocina los alimentos de la finca”, dijo el joven emprendedor.

En tanto, el trío de agricultores ha iniciado un proyecto similar en el municipio de Bayamón.

“La meta es que otros me copien y que en todos los pueblos de la Isla haya muchas fincas como esta”, concluyó Castro Barreto.

Para información adicional, puede llamar al 787-598-0240.