La suerte llega en cualquier momento. Esa ha sido la experiencia de Jorge “Jorgito” Olivero Cardona, al frente de Pérez Mini Market, en Cataño, lugar al que acuden decenas de clientes a buscar la recompensa grande de la Lotería Electrónica, pues allí es donde se dice que “la máquina suelta buenos premios”.

Con expresión relajada, Jorgito, como le conocen los vecinos de la urbanización Las Vegas, donde ubica el comercio de provisiones, dijo que su pasión es servir a su gente.

“La gente viene a comprar y, si le sobra un par de pesitos, los juegan. Pero vienen muchos directamente a jugar…”, expresó.

“Vendí un premio de la lotería de $604 mil. Eso fue un grupo de empleados del Departamento de la Vivienda que hicieron un pote de como 30 personas y se pegaron aquí”, agregó.

Preguntado sobre el método preferido de juego de sus clientes, Olivero Cardona explicó que “casi todos los números son escogidos. Son pocos los que vienen y piden un Pega 4 combina’o o en la automática de la máquina. Es curioso, pero vienen muchos a jugar el triple cero (000) en Pega 3 y el triple uno (111) y salen. Mucha gente les mete mucho dinero a esos números y se ha pegado. Entonces en el Pega 4 juegan mucho los cuatro siete (7777) y los cuatro cuatros (4444)”.

Con emoción evidente el vendedor de Lotería Electrónica celebra cada premio como si fuera propio, “porque así es la suerte”, aseguró.

Abiertos los 7 días de la semana, en horario de de 6:00 a.m. a 7:00 p.m., y equipado con provisiones, carnes, vegetales y de todo en alimentos enlatados, productos para la higiene y bebidas, el local posee su encanto de pueblo que no se desvanece por generaciones. Tiene todo menos la libreta del fiao.

“Estamos aquí desde 1970, cuando mi abuelo -Jorge Pérez- comenzó esto hace 53 años y él sí tenía la libreta del fiao, pero había mucho dinero en la calle para cobrar. Años después, cuando mi hermano Francisco se hizo cargo del negocio, él también heredó la libreta y, al tiempo, cuando me hago socio con mi hermano, hasta cuando él fallece en el 2000, la libreta seguía con nosotros, pero ya no existe. Hace un tiempo la fui eliminando, porque el negocio pequeño no puede vivir fiando”, expresó quien por 23 años en Pérez Mini Market, se ha mantenido como administrador, cajero y gondolero del comercio.

“Esto hay que trabajarlo. El que tiene negocio sabe que es sacrificado. Yo lo hago con mucho gusto. Esta es mi vida y me disfruto mucho esto que hago. Estoy echando pa’lante a mi hijo que está estudiando ingeniería en Mayagüez y me siento muy contento, porque no me llevo luchas ajenas y tampoco las que no sean solo para servir a los demás”, concluyó.