En pruebas el molino de viento en Bechara
Al Gobierno le interesa que el público visite el molino.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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Son muchos los que se preguntan de dónde salió el enorme molino que se integró al paisaje capitalino hace varias semanas y cuyas enormes aspas se observan al lado del Museo de Vida Silvestre de San Juan.
La ciudadanía se cuestiona si en efecto éste funciona porque se le ha observado detenido en varias ocasiones.
Algunos han planteado que el viento en el lugar no es suficiente para maximizar su operación. También se preguntan cuánta fue la inversión. Pero más que nada, los puertorriqueños quieren saber si en algo éste sirve para bajar su factura de energía eléctrica.
La realidad es que el molino constituye un proyecto piloto de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA).
Para el Gobierno todavía hay muchas preguntas en el aire sobre la efectividad de este proyecto para reducir el pago de luz de la AEE.
¿Cuántos molinos se necesitarán para ver una baja en la factura de luz? Ese número no existe, pero el arquitecto Fernando Abruña, portavoz de la recién constituida Alianza Eólica para el Desarrollo Sostenible de Puerto Rico, asegura que si el 65 por ciento de las residencias en Puerto Rico tuviesen placas fotovoltaicas se generaría el total de la demanda eléctrica que necesita la Isla.
En medio de lo que a todas luces parece una vorágine de proyectos eólicos, con parques de molinos en construcción en Santa Isabel y otro planificado para Vega Baja, Abruña subraya que hasta que no haya un plan de uso de terrenos aprobado se darán proyectos de energía renovable de una forma desordenada y, posiblemente, no pueda examinarse bien cómo se afectan criterios como la fertilidad de la tierra, la calidad de los suelos, las rutas migratorias de las aves y las repercusiones directas sobre las comunidades aledañas.
“Claramente, en Santa Isabel, vemos cómo chocan la agricultura en una tierra fértil y la necesidad de generar energía limpia. Si hubiese un plan el uso del terreno, estaría definido y esta controversia no se daría”, dijo Abruña en entrevista con este diario.
Respecto al molino solitario en el sector Bechara, éste es el protagonista del proyecto denominado Aerogenerador Bechara en la planta La Paz de la AAA.
Según el director interino de planificación y protección ambiental de la AEE, el ingeniero José Rivera Cacho, el molino, que alcanza los 277 pies de altura, comenzó a funcionar en febrero y tiene una capacidad máxima de 1.3 megavatios.
“Las personas deben entender que en ninguna parte del mundo existe un viento continuo de 24 horas. Ésa es una de las pocas desventajas de los molinos. El funcionamiento depende de las condiciones ambientales y eso es común en todos los parques. En lo que lleva operando tenemos lecturas de picos de generación de hasta 500 kilovatios lo que equivale al 25 por ciento de su capacidad”, explicó el experto.
La AEE asegura que el lugar donde fue instalado el molino desarrollado por la empresa española Gamesa cumple con unos criterios de viento.
“También se tomó en consideración que es un lugar accesible para que personas de colegios y universidades pudieran venir a verlo”, indicó el ingeniero.
Primera Hora visitó el lugar y observó que las aspas del molino estaban detenidas debido a problemas técnicos. “Aquí el viento es bueno. Eso es lo que hemos observado. Aquí el viento es bueno, bastante constante”, señaló, por su parte, el español Isidro Timiraos, empleado de Gamesa, quien estaba en el lugar atendiendo la dificultad de la máquina.
El gallego aseguró que el proyecto piloto es un buen comienzo y que, por ejemplo, en Galicia, el dueño del imperio de las tiendas Zara instaló un molino para abaratar los costos en una de las fábricas de ropa.
Durante los próximos meses se instalará otro similar en Isabela. Ambos representaron una inversión de $10 millones.
Mientras prevalecen las dudas sobre el molino en San Juan y en Santa Isabel se construye el parque eólico de Pattern Energy en tierras fértiles, en Vega Baja, el grupo Vegabajeños Impulsando Desarrollo Ambiental Sustentable (Vidas) ha manifestado serias reservas sobre un parque eólico propuesto para la zona, donde está una pista de aterrizaje en Tortuguero.
Entre las preocupaciones, el portavoz de VIDAS, Ricardo Laureano, detalló la proximidad de dos de los aerogeneradores de 465 pies de altura a los farallones del área y su impacto a especies enlistadas bajo la Ley Federal de Especies en Peligro de Extinción.
“Se requieren estudios más profundos de los cuales figuran en la evaluación ambiental”, aclaró Laureano.
La organización ambiental también exige mayor precisión en cuanto a la información provista por el proponente respecto al sonido de los aerogeneradores y sus efectos sobre comunidades adyacentes.