A pesar de las múltiples opciones de pegarse en la Lotería Electrónica, muchos yabucoeños prefieren quedarse con la fórmula ganadora que les ha dejado buen dinero en sus bolsillos a través de los juegos Pega 3 y Pega 4.

Tampoco cambian sus combinaciones con tanta facilidad y, cuando llegan a la Farmacia La Rampla de Yabucoa no tienen que llenar la boleta, pues las empleadas saben de memoria cuáles números van a jugar.

Así lo constató el propietario del establecimiento farmacéutico, Edwin Gómez Martínez, al mencionar varias anécdotas y costumbres de los clientes que, durante años, acuden al lugar en busca de una receta que cambie su suerte.

“Aquí la gente juega como es… después que el Powerball está alto, hacen fila para jugar. Los más que juegan son los adultos mayores, incluyéndome a mí. Bueno, cuando está bien alto el Powerball y el Loto, yo le tiro a matar, le juego sobre $100 y hay gente que juega $100 los miércoles y los viernes que vienen por ahí, tanto de Pega 3 como en la Loto”, confesó don Edwin, de 70 años.

“Algunos ya llevan papeles, a otros les gusta que les hagamos el favor y se los llenamos, como son gente viejita, pues los ayudamos. Los clientes son locos con las empleadas de nosotros, como son mujeres todas y como tratan bien a los viejos, pues…”, agregó Gómez Martínez, quien completó un bachillerato en Contabilidad de la Universidad de Puerto Rico.

De hecho, la farmacia se ha convertido en el sitio favorito de los yabucoeños para tentar el destino y por eso, invierten tiempo y dinero porque allí hay muchos que se han llevado varios premios.

“Lo que pasa es que la farmacia está en un lugar accesible; es el primer negocio de la calle Cristóbal Colón. Aquí se juega mucho y eso es a diario. Yo abro los siete días de la semana, 365 días al año. Bueno, todavía hay un señor que llega fielmente a jugar desde 1995, ya tiene 70 años. No falla”, expuso Gómez Martínez.

“Bueno, siempre estamos entre los primeros dos negocios que más vendemos Lotería Electrónica. Pero nos fuimos por encima en la pandemia, porque nosotros teníamos la farmacia abierta y los demás negocios estaban cerrados, pues eso nos colocó en primer lugar en ventas”, asintió.

Sin embargo, algunos se quedan calladitos cuando se pegan, aunque no tardan tanto en regresar a jugar.

“Aquí el premio mayor que se ha vendido aquí es de $25 mil en Loto. También se han vendido varios premios del Powerball, lo que pasa es que se pegan y no lo dicen. Hace poco vendimos el Pega 4 y se pegaron con $50 mil; sabemos que fue una pareja porque siempre juegan los mismos números y ya las empleadas saben, porque ellos le meten más de $30 al mismo número”, resaltó.

“Se desparecieron por dos semanas para que nadie se diera cuenta, pero como las empleadas saben, le dicen: ‘Sé que te pegaste y no lo dices’, y se empiezan a reír. En Raspa Raspa se pegan mucho. Eso Raspa Raspa lo juegan como avión (se van volando). Pero lo más que se vende es Pega 3 y Pega 4, aunque yo sigo jugando Loto, porque me pego más, aunque sea con premios chiquitos”, acotó.

Pero los empleados también alcahuetean a la gente, porque hasta le anotan los numeritos por teléfono cuando no pueden llegar a tiempo al local.

“Hay gente que llama por teléfono para que les guarden sus números antes de que cierre la máquina… que vienen por ahí. Pero aquí hay toda clase de cliente, vienen muchas mujeres también, de mediana edad y jóvenes. Hay gente exigente y también hay el que es humilde y coge su tiempo para esperar que lo llamen para el turno para jugar”, argumentó Gómez, quien adquirió la farmacia en febrero de 1995, mientras trabajaba en la empresa Johnson & Johnson.

“Nosotros inauguramos el 11 de octubre de 1995; teníamos ya el Pega 3 y la Loto en la farmacia, ya estaba la licencia que lo que hicimos fue ir a la Lotería e hicimos un traspaso. Pero la experiencia ha sido muy buena, estoy en los primeros dos que más vendo en Yabucoa”, expuso al destacar que la ubicación de la farmacia favorece el flujo de clientela.

Así que don Edwin conoce tanto a sus clientes que no ha vacilado en fiar una que otra jugada para que no se queden fuera del sorteo.

“Yo le voy a ser honesto, como son personas que son clientes de la farmacia, no solo de Loto, algunas veces nos han dicho que le fiemos y vienen y pagan enseguida, o por la tarde o al otro día. Claro, son clientes selectos, no lo hacen todas las semanas sino una que otra ocasión”, advirtió.

En tanto, don Edwin y su esposa Lucy Villegas se gozan con las ocurrencias de la gente que a diario adquiere su jugada preferida, mientras cruzan los dedos añorando que llegue “el día de mi suerte”.