Una constelación de espectadores presenció el desplazamiento laborioso del transbordador espacial Endeavour, que a veces se detenía y reanudaba su marcha por las calles de la urbe mientras pasaba frente a tiendas, escuelas, iglesias y patios de las casas.

Tras 25 misiones espaciales, el Endeavour recorría lentamente el sábado las calles de zonas de clase trabajadora en el sur de Los Ángeles rumbo a su morada final. En un instante, esta travesía se convirtió en un acontecimiento histórico.

Mientras cubría su trayecto de 19,3 kilómetros (12 millas), este portento de la ingeniería maravillaba a la gente. Algunas personas gritaban para señalar que el Endeavour estaba a punto de chocar con algún poste de luz. Otros se preguntaban si sería posible apresurar el traslado de la nave a su destino.

La muchedumbre se reunió desde antes de la salida del sol frente a la Secundaria de Inglewood para presenciar el paso del Endeavour a una velocidad de 3,2 kilómetros (dos millas) por hora. Numerosas personas estaban bien arropadas y tomaban café.

Por la tarde, unas 30.000 personas inundaban el trayecto final de la travesía, según cálculos del departamento de bomberos.

Dean Martínez, que vive en Los Angeles pero trabaja en Inglewood, vino con su esposa y su hija de nueve años.

"Esto es grandioso para la ciudad en general. Nos hace sentirnos orgullosos", dijo Martínez, director de proyectos de una organización sin fines de lucro. Los integrantes de esta familia se prestaron la cámara para sacarse varias fotos al paso lento de la nave.

Su esposa, Marcia, dijo: "Este suceso es grandioso en especial para este vecindario". "Es importante ser testigos de la historia y que nuestros hijos tengan esta experiencia", agregó.

El Endeavour tiene programada su llegada para la noche al Centro de Ciencias de California, donde será puesto en exhibición permanente.

A diferencia de otros acontecimientos llamativos como la Entrega de los Premios Oscar o el Desfile de las Rosas, el transcurso de la nave abarcó algunos de los sectores más afectados económicamente y más problemáticos en la ciudad.

El transbordador pasó por varios lugares llenos de arena y donde había muchos negocios cerrados, y cruzó muchas calles que hace dos décadas, en 1992, fueron escenario de disturbios debido al caso de Rodney King.

"El paso del transbordador por esa zona de alta pobreza es definitivamente algo bueno para la comunidad", dijo Damian Pipkins, voluntario en la librería Eso Won Books.