"Si a un carro, eso (el polvo de cemento) es capaz de llevarle la pintura de esa manera, pues ¿cómo estarán los pulmones de nosotros?".

Así lo cuestionó Linnette Minneti, una madre de tres niños que vive en la urbanización La Providencia en Ponce, cerca de la planta Cementos Mexicanos (Cemex), en un documental producido por la organización ambiental Acción Ponceña Comunitaria por un Ambiente Sano (APCAS) y presentado en la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

Mientras ella hablaba, la cámara enfocaba el techo de un automóvil rojo cuya pintura estaba más allá del deterioro, como cuando el salitre se come la carrocería.

Las dos hijas de Minneti han estado hospitalizadas con bronconeumonía y su niño menor padece catarros. "Yo a cada rato estoy enferma", aseguró.

En la parte superior de su horno de microondas no cabe un pote más de medicinas para los problemas respiratorios de toda la familia.

"Las ventanas tienen que estar cerradas, cuando se lavan las ventanas, se tienen que lavar con vinagre", enfatizó.

El caso de Minneti es uno de más de una decena reseñados en el documental "Mi vecino me enferma", filmado en febrero y presentado la noche del martes en la Escuela de Derecho de la UPR.

Ochenta y un ponceños y la organización ambiental Acción Ponceña Comunitaria por un Ambiente Sano (APCAS) han impugnado un proceso de permisos de la Junta de Calidad Ambiental (JCA) con el cual Cemex ha comenzado esta semana a quemar gomas para usarlas como combustible en su planta del sur.

Los vecinos alegan que la JCA no tomó en cuenta el "historial" de violaciones ambientales de Cemex, señalado por esa misma agencia y por la Agencia federal de Protección Ambiental (EPA, en inglés). Las últimas dos notificaciones de violación ambiental son del 22 de febrero y del 7 de marzo de 2008.

Carlos Jacks, presidente de Cemex en Puerto Rico, sostuvo el lunes en rueda de prensa que no existe prueba científica de que la actividad de ninguna de las 1,000 cementeras que hay en el mundo enferme a las personas.

Un estudio que hizo la Escuela de Salud Pública de la UPR, de julio de 2007, señala que un 66.4% de las personas en las comunidades analizadas alrededor de la cementera en Ponce "informaron que habían padecido al menos una de las enfermedades respiratorias: asma, bronquitis, rinitis, laringitis y sinusitis".

Jacks alegó que la "mayoría de la comunidad" está representada en un grupo llamado Enlace que se reúne mensualmente con Cemex, y que APCAS es un "grupo muy pequeño" que no a accedido a reunirse con la cementera.

Angel Lugo, presidente de APCAS, dijo a la AP que Enlace fue un grupo creado por Cemex cuando se configuró el movimiento de oposición. "Les hemos dicho (a Cemex) que no tenemos interés en reunirnos como lo hacen con el grupo Enlace".

Jacks afirmó que los filtros nuevos instalados en junio de 2007 son "99% efectivos" al atrapar el polvo fugitivo y los gases generados por la operación.

Sin embargo, un documento de la empresa que aparentemente suplió esos filtros a Cemex, FLS Airtech, y que la cementera sometió durante el proceso de permisos, menciona que "esta tecnología de filtros no tendrá efectos en las emisiones más allá de una reducción en el material particulado".

Algunas de las personas entrevistadas como parte del documental dijeron que su situación de salud se ha agravado en los últimos dos años.

Declararon que el polvo de cemento también daña las aspas de sus acondicionadores de aire y no se pueden reparar.

Antonia Vázquez, de la urbanización San Antonio, señaló que su nieto fue operado de un tumor cerebral en 2005 en el hospital de la Universidad de Nueva York (NYU).

Afirmó que, durante la evaluación a su nieto, Leonardo López, ahora de 13 años, "una enfermera me preguntó si el niño vivía cerca de una cementera". El niño también fue operado por adenoides. "Tengo una carta (médica) que dice que mi nieto no resiste la quema de gomas", dijo Vázquez en el documental y a la AP.

William Alméstica, de la barriada Cangrejos, mostró a la cámara cómo el polvo del cemento que se acumula en su techo de zinc se endurece con el tiempo y adquiere la forma ondulada de las planchas de zinc.

Yanina Moreno, de 34 años, dijo en el documental que, tras su neumólogo cambiarle el medicamento varias veces le preguntó dónde vivía. Al enterarse que vivía en la urbanización Las Delicias, el neumólogo le comentó: ¿"Tú sabes cuántos casos yo tengo de allí con cosas similares?".