Enfrentados por el plan con la basura

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 18 años.
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La crisis que enfrenta Puerto Rico con la disposición de la basura es de tal gravedad que ahora el Gobierno está empeñado en quemarla.
La Agencia federal de Protección Ambiental (EPA) apoyó ayer un ambicioso plan del Gobierno de Puerto Rico para disponer de la basura mediante la construcción de dos incineradoras de conversión de energía, eje de una caldeada controversia entre grupos ambientalistas y el Gobierno federal.
Las diferencias en torno a las plantas, que queman basura para producir electricidad, se hicieron evidentes en una conferencia de la EPA sobre la transformación de desperdicios en energía que se llevó a cabo ayer en el recinto metropolitano de la Universidad Interamericana y que culminó con ataques directos de algunos activistas a funcionarios estatales y federales.
El administrador regional de la EPA para Puerto Rico, Alan J. Steinberg, subrayó que la mayoría de las plantas que operan en Estados Unidos cumplen con las regulaciones federales de aire limpio al contener o secuestrar las emisiones de bióxido de carbono. El gas acelera el calentamiento global, fenómeno responsable de los drásticos y alarmantes cambios climáticos que experimenta la Tierra, aunque se considera 20 veces menos dañino que el metano emitido por los vertederos.
Pero, para muchos activistas ambientales y profesores universitarios que se dieron cita en la conferencia, Steinberg, un designado político del presidente George W. Bush, defiende una propuesta que podría resultar desastrosa para los recursos naturales de Puerto Rico y que desaprovecha la cantidad de basura que se podría reciclar.
“Realmente no sé cuál es la agenda de la EPA, pero están tratando de apoyar estas incineradoras que no han dado resultado en Estados Unidos”, sostuvo Alín Blanchet, representante del Club Sierra, la organización ambiental más antigua de Estados Unidos, con cerca de 800,000 miembros.
Para el Gobierno de Puerto Rico, la construcción de las polémicas plantas ya parece haber sido decidida.
Todo planchado
Un plan desarrollado por la Autoridad de Desperdicios Sólidos (ADS), que debería pasar por el cedazo de la Legislatura, incluye la construcción de dos plantas, posiblemente en Caguas, Arecibo, Añasco, u otros pueblos cercanos, que se ocuparían de quemar cerca del 25 por ciento de la basura generada por los puertorriqueños.
Las dos instalaciones producirían a su vez la electricidad que actualmente genera una pequeña planta de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
El plan de 10 años de ADS también pretende reciclar el 35 por ciento de la basura y destinar otro 40 por ciento a los vertederos que el Gobierno federal intenta clausurar como parte de un compromiso programático del Gobierno federal.
La crisis que enfrenta el país en torno a la disposición de los desperdicios sólidos forzó a la EPA a ordenar el cierre de cinco de los 32 vertederos que hay en el país. La agencia federal dio un plazo de tres años a los operadores de los basureros para clausurar sus instalaciones.
Pero, el problema con la disposición de la basura en Puerto Rico es de tal magnitud que para el 2015 apenas habrá 13 vertederos abiertos, ya que el resto se tendrá que cerrar por haber alcanzado su vida útil.
La agencia estatal estima que los puertorriqueños generan 10,000 toneladas de basura al día, pero que apenas el 13 por ciento de esta cantidad es desviada de los basureros mediante el reciclaje o la venta de desperdicios para su exportación o su procesamiento para otros fines económicos.
Actualmente en Puerto Rico hay alrededor de 100 empresas que procesan basura, pero sólo 23 de ellas terminan el ciclo completo de reciclaje para la producción de un material.
“Realmente nosotros estamos reacios a aceptar estas nuevas tecnologías de las plantas porque históricamente han terminado por contaminar más nuestro ambiente”, sostuvo la ambientalista Rosa Hilda Ramos, quien por años cabildeó en contra en las emisiones nocivas de las plantas de generación de la AEE.
Algunos activistas objetaron que la conferencia se centrara en las plantas que han resultado ser rechazadas en distintas comunidades de Estados Unidos.
Ante el dilema de quemar y disponer de la basura en los vertederos, la EPA favorece la primera opción al ser considerada menos dañina para el ambiente. De hecho, Steinberg dijo que las emisiones de las plantas son “amigables” para la atmósfera.
“Requerimos de un plan integrado para atender este problema. No hay sólo una solución”, dijo el funcionario.