Consideró ser médico y sacerdote antes de ser periodista

Orocovis. Con el campo de escenario en su natal pueblo de Orocovis, el experimentado periodista Enrique “Kike” Cruz se siente más que orgulloso de sus raíces, porque a través de ellas tuvo una crianza matizada por la sencillez, el amor, los valores y la unión familiar.

Esa base forjada por sus padres ya fallecidos, Carmelo Cruz (comerciante) y Berta Díaz (ama de casa), es la que lo ayudó a convertirse en un hombre de bien y en un profesional comprometido con sus responsabilidades, lo que ha demostrado en su desempeño como director de Noticentro y vicepresidente del Departamento de Noticias de Wapa Televisión por tres décadas.

Su pasión por su pueblo es tanta que, a pesar de que lleva residiendo en el área metropolitana aproximadamente 40 años, construyó una casa en el campo, en una finca de varias cuerdas de terreno, lo que representa para él su refugio, donde recarga el alma de energía y libera el estrés.

El comunicador, quien en diciembre cumple 61 años, comparte las bendiciones que goza a nivel personal y profesional con su esposa Ligia Serrallés y con sus hijos María Margarita (34), José Enrique (23) y Jorge Juan (13).

José Enrique Cruz Díaz, su nombre completo, con un bachillerato en estudios generales de la Universidad de Puerto Rico, inició su carrera en el campo de las comunicaciones en la década del setenta, cuando debutó, sin experiencia, como locutor de noticias en la emisora radial WIAC. Luego pasó a trabajar a WKAQ y después a 11Q.

En 1976, llegó a Wapa por una recomendación de Alfred D. Herger a Evelio Otero, quien era el director del noticiario, donde se destacó como reportero ancla y luego como vicepresidente de programación hasta obtener su posición actual.

“Comencé a trabajar en la radio y eso ha sido el mayor regalo que Dios me ha dado, porque tan pronto conocí la radio, conocí los medios de comunicación y me enamoré de esto, y hasta el sol de hoy”, sostiene en entrevista con Primera Hora.

Agregó que “soy una persona que ha logrado unas metas, soy una persona feliz, creo que he contribuido al desarrollo de los medios, lo digo humildemente, y lo he hecho con mucha entrega, con mucha pasión y de todo corazón, y eso pasa cuando uno hace lo que le gusta”.

¿Cómo describe la vida en Orocovis?

Si yo volviera a nacer, si Dios me diera esa oportunidad, yo volvería a nacer en Orocovis y haría exactamente todo lo que hice hasta que me fui a Río Piedras, a la Universidad de Puerto Rico. Para mí ser orocoveño significa mucho. Yo pasé una niñez y una juventud inigualable con unas experiencias bien significativas para mi futuro. La persona que soy hoy día se la debo a esas vivencias que tuve.

¿Cómo fue su crianza?

Fue bien sencilla, una niñez bien activa de mucha convivencia, de mucho compartir con los niños. En Orocovis no teníamos clases sociales, compartíamos todos sin estar pendiente a ese asunto. En mi casa nos criaron mi papá y mi mamá con mucho amor y con mucho afecto, con mucha disciplina, con muchos principios cristianos. Mi mamá, especialmente, era una devota católica y fue un ejemplo para nosotros. Eso fue lo que nos formó y nos hizo lo que hoy día somos.

De niño, ¿cómo fue?

Yo creo (ríe) que era un niño normal. Si se puede decir, me distinguía por ser diferente a los demás porque era más dedicado a los estudios. Era un poquito más ratoncito de biblioteca. En esa época nosotros no teníamos muchas alternativas aquí, nos divertíamos yendo al río a bañarnos. En los veranos hacíamos caminatas por las salidas del pueblo de Barranquitas y Morovis. Paseábamos en bicicleta hasta Barranquitas (por las curvas) y yo cuento esto y no me lo creen. Era una vida muy sencilla, ingenua y disfrutábamos muchísimo.

¿Cómo describe ese proceso de crecimiento profesional?

Ha sido un proceso intenso y de mucho trabajo, entrega, sacrificio y dedicación. La gente se cree a veces que todo se da fácil y color de rosa, y no es así. Como estoy haciendo lo que me gusta y me pagan por hacerlo, no he tenido mayores problemas. Lo más que me ha impactado durante todos estos años ha sido el desarrollo tecnológico. Cuando yo llegué a Wapa hacíamos los reportajes en fílmico y hoy día los camarógrafos salen a la calle con un disquito digital. Ese desarrollo tecnológico que ha sido bien acelerado me ha sorprendido. No me atrevo a pronosticar cómo va a ser la televisión de aquí a cinco o diez años, porque esto va bien acelerado y con esto de la Internet se ha revolucionado todo.

A nivel global los medios sociales han cambiado. ¿Qué le parece?

La gente y el ciudadano común y corriente tiene más acceso a la información y exige más de nosotros. Antes la gente a la 5:00 de la tarde, por ejemplo, se sentaba a ver televisión. Ya el ciudadano con un teléfono inteligente está siendo bombardeado con información en Facebook, en Twitter y en otras aplicaciones todo el día. Y nosotros en los noticiarios tenemos que ser una alternativa para complementar eso que ya el ciudadano sabe. No es el tipo de periodismo que hacíamos hace cinco o diez años.

¿Siente que esto trae alguna desventaja o ventaja?

Lo veo como que se está complementando todo. No veo la Internet como un enemigo nuestro, lo veo como una evolución que tiene que darse y esto no hay quien lo detenga. Lo importante es estar al día y ser partícipe de esta evolución, porque si no lo haces, y te trancas, te vas a quedar atrás.

¿Cómo es Kike Cruz el jefe?

(Ríe) Bueno, yo siempre he tratado de ser un jefe justo con mis empleados, con las personas que yo superviso. Trato, en la medida en que pueda, de tratar a todos por igual y de ser justo. Trato de no abanderizarme con nadie y trato de darle la oportunidad que pueda, dentro de las circunstancias que me puedan imponer otros a mí. Cuando llegué a Wapa eramos cinco gatos en el Departamento de Noticias y hoy día somos poco más de 100. Me da satisfacción que ese crecimiento se haya logrado estando yo ahí.

Si no fuera periodista, ¿qué le hubiera gustado ejercer?

Tuve la ilusión de ser médico, quería ser psiquiatra. De adolescente quise ser sacerdote, pero ahora mismo me gustaría ser profesor universitario. Si no estuviera trabajando en los medios, me hubiese gustado hacer un doctorado en las artes liberales.

¿Qué suele hacer en su tiempo libre?

Leo mucho, soy un fanático de la música y paso muchas horas grabando música y pasándola a mi iPod. Me paso editando películas en mi casa y tengo mi equipo. Estoy trabajando en una colección de fotos de Orocovis, tengo como mil y pico con personajes típicos del pueblo, y preparé un devedé con música, me piden copias y no lo hago para venderlo. Vengo al campo y comparto con mis amigos de la infancia, Marcos (Meléndez) y Rubén (Rivas).

¿Qué consejo le daría a la nueva generación de periodistas?

Lo más importante para la persona que quiera triunfar en los medios es tener un amplio conocimiento de la tecnología. El periodista tiene que ser una persona culta, no tiene que ser el sabelotodo, pero tiene que ser una persona con un dominio de las diferentes materias. Leí en algún sitio que para ser un buen periodista hay que ser un buen ser humano.