Arecibo. Entre cánticos y sollozos, piden fuerza para la familia del pequeño Ariel Zaid.

La aflicción era evidente en las caras de las decenas de compañeros de trabajo de Eva Roche, madre del bebito que el miércoles, el mismo día que cumplía seis meses de edad, murió asfixiado luego que su padre olvidara llevarlo al cuido y lo dejara encerrado en el carro.

Conmovidos por la trágica situación que le ha tocado vivir a su compañera y amiga, varios maestros y miembros de la facultad en la escuela elemental Factor 5, en Arecibo, se reunieron ayer, jueves, en un salón de clases para elevar una oración al cielo y pedirle al Ser supremo que le dé fuerzas a la pareja para superar la tragedia de perder al hijo que tanto había anhelado.

“Sabemos la gran madre que es ella, la gran esposa que es, la buena familia que ella constituye y nuestro dolor más grande es pensar por la experiencia tan dolorosa que van a enfrentar ahora”, comenzó diciendo Monserrate Pérez, maestra de inglés.

“Sabiendo el dolor que esto representa para nuestra compañera y su esposo, nuestras oraciones más fuertes son para darle fortaleza y pedirle al país que tenga sensibilidad; que nuestro sistema judicial tenga sensibilidad para este tipo de situaciones; que no nos olvidemos que todos somos seres humanos y que situaciones como esta les pueden pasar a un juez, a un fiscal, a un doctor, a una ama de casa y a cualquiera”, recalcó.

Katherine Torres, compañera de Eva, también se mostró consternada ante la tragedia, que acabó con la vida del infante, al cual quería como si fuera parte de su familia.

“Cuando nació (Ariel), ella lo trajo a la escuela... el bebé estaba hermoso, precioso, todos aquí decíamos que era nuestro sobrino”, manifestó la mujer que, al igual que Eva, se desempeña como maestra de educación especial.

“El embarazo de ella fue una felicidad para todos nosotros porque era nuestra compañera y lo celebramos aquí, y él (el papá) estaba bien emocionado porque era un bebé bien deseado”, sostuvo.

Torres, que conoce a los padres de Ariel Zaid desde hace tres años, reconoció que la pareja tenía una excelente relación y que era muy atenta con la criatura.

Sobre el padre del infante, Miguel Gutiérrez Serrano, dijo que “es un ser humano extraordinario, muy buena persona, un muchachito bien sano y responsable”.

Por otro lado, la directora interina del plantel escolar, Oneyda Vilella, lamentó que el centro de cuido al que llevaban a Ariel no devolviera una llamada de cortesía para preguntar por qué el niño no había sido llevado al centro ese día.

Vilella señaló que Eva estaba completando los trámites para cambiar el lugar de cuido de Ariel, que estaba a solo minutos de su residencia, por uno bajo la administración del Departamento de Educación, que brinda este servicio a un costo reducido para maestros del sistema de educación.

La principal destacó que, durante estos dos días, la facultad ha estado participando de charlas y talleres sobre cómo manejar la pérdida de una vida, y los cursos serán ofrecidos la semana que viene a los niños, especialmente a los alumnos de Eva.

“Se les va a explicar lo sucedido porque para ellos también ha sido muy difícil, fueron niños que vieron crecer a ese bebé desde que estaba en gestación”, afirmó.

Continúa la investigación

El fiscal Luis Otilio Martínez señaló que, por el momento, la muerte del menor está siendo investigada como un homicidio involuntario, pero que las entrevistas a los testigos y, más importante aún, lo que revelen los análisis patológicos del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) serán factores determinantes para una posible radiación de cargos.

“Científicamente, nosotros tenemos que probar que la causa directa de la muerte fue el olvido (del padre) y que las altas temperaturas que sufrió el bebé allí fueron lo que, finalmente, provocó la muerte del infante”, dijo, por su parte el fiscal de distrito interino, Edwin López.

“Hasta que no esté el protocolo de autopsia, nosotros no vamos a hacer una determinación oficial”, sostuvo.

Los fiscales explicaron que, al amparo del Artículo 96 del nuevo Código Penal, “toda persona que ocasione la muerte a otra por negligencia” incurrirá en un delito menos grave y se le impondrá una pena fija de tres años, que pueden ser satisfechos bajo probatoria, según la discreción del juez. López aclaró que, según los atenuantes o agravantes del caso, la pena impuesta podría ser diferente.

No obstante, Martínez advirtió que, dependiendo de los resultados que puedan reunir de las pruebas, se podrían cargos por asesinato.

En este caso en particular, en el inciso B del Artículo 93, denominado Felony Murder Rule, están pormenorizados una serie de delitos -entre los que se encuentran el abandono de un menor- que no constituyen un asesinato per se, pero, de demostrarse que sí hubo una intención por parte del padre en desamparar al menor, automáticamente pasaría a ser un asesinato estatutario.

De ser así, dijo, “el ministerio público no tiene que probar la intención específica del asesinato, de querer matar. Lo que se tiene que probar es la intención de cometer cualquiera de los delitos detallados en el Artículo 93”.

“Todo va a depender de lo que obtengamos de las entrevistas y el resultado de la autopsia”, recalcó.

Martínez inició ayer el proceso de entrevista a más de una decena de testigos que podrían definir el rumbo en la posible radicación de cargos en contra de Gutiérrez Serrano.

Entre los testigos citados y que estarán siendo entrevistados durante los próximos días se encuentran varios compañeros de trabajo de Gutiérrez Serrano, la doctora que atendió al bebé al llegar al hospital, los dos agentes que trasladaron al padre y al menor hasta el Hospital Metropolitano Dr. Susoni y un teniente de la Policía.

Según la investigación preliminar, Gutiérrez Serrano llegó en la mañana del miércoles a su trabajo en un concesionario de autos en el barrio Santana de Arecibo, olvidando dejar a su bebé en un centro de cuido cercano a su hogar y dejándolo encerrado en el carro por casi cuatro horas, lo que provocó la muerte del menor.

Identifican el cuerpo

Los padres de Ariel Zaid acudieron ayer al mediodía, acompañados por tíos del infante, a identificar el cadáver a través de fotos en la oficina regional que opera el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) en Mayagüez.

El golpe fue desgarrador para la familia, por lo que el técnico forense Aníbal Miranda tuvo que acudir a una oficina anexa donde opera el Sistema de Emergencias Médicas para que atendieran a los padres, que sufrieron un ataque de histeria en el momento de la identificación del pequeño.

La familia estaba visiblemente desencajada y no emitió expresiones a la prensa al abordar un vehículo compacto pequeño azul marino con los cristales oscuros en el que regresaría a la Villa del Capitán Correa, donde reside.