El sacerdote católico, Pedro Rafael Ortiz, hizo un llamamiento a apartarse de acciones corruptas en el entorno familiar, laboral, religioso y gubernamental, pero también a ser firmes en la denuncia de aquellos que las cometen.

La liturgia dominical en la capilla San Francisco Javier en el barrio Navarro en Gurabo, giró ayer en torno a la impunidad ante la corrupción y como ello propende a una sociedad injusta. 

El religioso aclaró que este tema lo seleccionó en agosto pasado el grupo encargado de las liturgias, y que no respondía al arresto la semana pasada del alcalde de Gurabo, Víctor Ortiz Díaz, por extorsión y solicitar soborno a un contratista.

“Nosotros como cristianos no podemos aceptar y validar ningún tipo de gestión que dañe la vida de este pueblo”, afirmó Ortiz, al consignar que “Jesús no transó con el pecado” y que por tanto lo que procede es la denuncia de las prácticas corruptas.

El sacerdote puntualizó que no solamente los políticos son corruptos, sino que hay mucha gente por ahí cometiendo irregularidades.

“En nuestra casa y nuestra familia tenemos gente con manejos inadecuados. ¿O acaso usted no se da cuenta de la cantidad de viejitos solos que hay por ahí que reciben el cheque de seguro social y sus hijos y nietos se lo administran, se lo roban? Eso es pecado grave y eso es un mal de la corrupción”, aseveró.

Ortiz agregó que la esfera religiosa no está exenta, pues “el mal manejo de las finanzas en las iglesias es una aberración y los robos que se han dado en las parroquias de parte de laicos y clérigos es increíble”.

Citando una reflexión del papa Francisco, Ortiz señaló que “el corrupto no se da cuenta de la corrupción, no la percibe”, pues “es como el mal aliento”. 

“Son los otros los que se dan cuenta y deben decírselo. Difícilmente el corrupto podrá salir de su estado grave a través de su propia conciencia. Y el papa añade que tenemos que tener mucho cuidado porque no solo debemos advertirle a la persona cuando vemos que está haciendo las cosas mal, sino incluso debemos tener en cuenta que esa es una situación que hay que erradicar más que perdonar”, manifestó.

Además, el líder religioso repudió que personas convictas por corrupción en Puerto Rico que ya salieron de prisión no hayan devuelto el dinero que robaron. 

“Hay esperanza, lo que no puede haber es complicidad de parte de nosotros con el pecado y la maldad”, dijo.