El perchero que ubica justo en la entrada de Terrace Laundromat siempre estaba lleno de ropa. Pero hace casi dos meses apenas sostiene algunas piezas aisladas.

Las máquinas lavadoras no suenan y el espacio donde se acomodaban las bolsas llenas de ropa para ser lavadas también está vacío.

La huelga que por 54 días mantuvo el recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico no solo afectó las clases, también impactó de manera directa el comercio de la zona, especialmente en aquellos negocios que le brindaban servicios directos a la población estudiantil.

“La huelga nos afectó tremendamente. Cuando no hay estudiantes, aquí no hay taller. Ese perchero se llena a diario. Y esas piezas que vez ahí es que no han venido a recoger”, dijo Pedro Pizzini Martínez, encargado de Terrace Laundromat, que está enclavado en una zona residencial, entre hospedajes. 

“Cuando llega el tsunami, -como llaman a la época en que inicia el semestre y más clientes tienen- aquí la fila llega a la parte de afuera del negocio. En un día pueden entrar más de 100 estudiantes, especialmente los fines de semana. Pero ya vez como está esto, vacío”, agregó. 

Los establecimientos de venta de artículos escolares y de oficina, fotocopiadoras, centros de servicios y establecimientos de comida y bebida son algunos de los más afectados por la huelga.

Algunos restaurantes cerraron durante la huelga y otros tuvieron que hacer cambios en el horario y rotación de empleados para evitar más gastos. 

La huelga finalizó el martes, 30 de mayo luego que los propios estudiantes acordaran en asamblea abrir los portones. El jueves, 1 de junio finalmente se reanudaron las clases.

Por eso, Jesús Román, de Copy Ave., se levantó ese día más contento que en los pasados dos meses, a la espera de que poco a poco su negocio regresara a la normalidad.

“Durante ese tiempo esto estuvo muerto. Un día bueno aquí podía ser de 200 personas y de momento bajó a 40 personas. Fue un hueco grande. Yo te diría que se afectó el 75% de la venta del negocio”, manifestó Román, cuyo establecimiento, ubicado en Mayagüez Town Center, ofrecía servicios de copiadoras, planos, cruza calles y otros.

“Aquí todos los comerciantes dependían de los estudiantes, desde los que venían a desayunar aquí hasta los que venían a sacar copias”, destacó.

Para Yamil Ríos, el golpe fue doble. El copropietario del establecimiento TeckServe Express, que se dedica a la reparación de computadoras, teléfonos y la venta de accesorios, es también estudiante de ingeniería civil del Colegio y contaba con las ventas de su negocio para terminar sus estudios. 

“Yo apoyaba la huelga porque entendía que había que enviar un mensaje, pero a la vez, me afectó por los dos lados, porque me afectó mi progreso académico y me afectó en el negocio. Al final, creo que era necesaria levantarla ya... quizás desde mucho antes”, dijo Ruiz. 

“Tuvimos todo este tiempo bien preocupados ya que apenas teníamos clientes. En contratos para reparaciones fácilmente conseguíamos cinco diarios y en este tiempo a veces veíamos solo uno al día. En ventas se redujo a la mitad”, destacó.

Con el regreso de los estudiantes al recinto y la extensión del calendario académico, los comerciantes esperan recuperar algo de lo perdido.

“Por lo que tengo entendido, van a dar clases los fines de semana y las van a extender hasta el verano, así que yo espero más movimiento. Nos hace falta”, concluyó Pizzini Martínez.