Con esperanzas de recibir una educación en línea digna se encontraban los niños de la Casa Familiar Virgilio Dávila, en Bayamón, luego de que la organización recibiera el pasado lunes, 19 de octubre, una donación de más de $10 mil en equipos tecnológicos y educativos gracias a la Asociación de Ejecutivos de Cooperativas de Puerto Rico (ASEC), la Liga de Cooperativas de Puerto Rico (LIGA) y otras 18 entidades del sector cooperativo en la isla.

Luego de identificar 42 estudiantes que no tenían acceso a sus clases en línea por la falta de recursos educativos, la presidenta de la junta de directores de la Casa Familiar Virgilio Dávila, Keyshla Molina Zayas, se comunicó con el presidente de la ASEC, Eddie Alice Sáez, informándole la necesidad de computadoras que tenía la organización para que los jóvenes pudieran conectarse a sus cursos y realizar sus asignaciones.

“Al ver que muchos de nuestros niños no están ni siquiera asistiendo a las clases virtuales decidimos crear este programa que también impacte por el día para que ellos puedan venir. Además, ayudaría a jóvenes universitarios del residencial que no tienen internet o computadora”, expresó Molina Zayas.

A pesar de que son muchos estudiantes en la comunidad de Virgilio Dávila, la junta de directores de la Casa Familiar, denominada cariñosamente como “La Casita”, trazó un plan de trabajo para impactar a la mayor cantidad posible.

“Son niños que no tenían nada y ahora, por lo menos, van a poder conectarse a sus clases”, añadió Molina Zayas.

Además de servir como centro para que los jóvenes tomen sus cursos en línea, la organización sin fines de lucro cuenta con cuatro tutores que asisten a grupos de hasta 15 estudiantes, con sus clases y asignaturas, ya que muchos de estos niños no cuentan con el apoyo y herramientas necesarias para estudiar.

Fundada en 1983 por las hermanas Ana María y Verónica López, la misión de la organización es proveer servicios académicos, emocionales y deportivos a niños y niñas para prevenir la deserción escolar, embarazos precoces y alejarlos de las drogas.

“Nuestro gran reto no fueron los terremotos, no es el COVID-19, son los propios padres de estos niños, y es aquí la importancia de esta casita y muchas fundaciones como las nuestras. El 85% de estos padres solo cursaron hasta sexto grado. Muchos de ellos no tienen el conocimiento, ni las ganas de sentarse a estudiar con sus hijos”, afirmó Molina Zayas.

Una de las madres que ha estado presente apoyando a sus cinco hijos y en la entrega de donaciones es Marylissa González González, quien describió que el cambio a clases en línea no ha sido fácil debido a la falta de equipo tecnológico. “En mi casa son cinco estudiantes y es bien difícil porque no tenemos cinco computadoras o cinco teléfonos, más el internet”, sostuvo.

Su hija agradeció a los representantes de las cooperativas por la donación que ayudará a estos niños a construir un mejor futuro. “Estas donaciones van a ayudarnos mucho en los estudios a los niños que lo necesitaban y no pueden comprar las cosas en sus casas. Gracias a ustedes van a poder estudiar y coger las clases online. Aunque vengamos de abajo, podemos soñar y ser grandes”, dijo Aryan Torres González.

Finalmente, Eddie Alicea Saéz, presidente de ASEC, indicó que en octubre la entidad celebra el mes del cooperativismo y entendían que la mejor manera de celebrarlo era apadrinar una obra de interés social.