Al menos 18 personas sin hogar que deambulan en el casco urbano de Río Piedras han recibido por los pasados días un bocado de alimentos, la oportunidad de ducharse con agua limpia, vestir ropa en buenas condiciones y descansar -como hace mucho no lo hacían- sobre una cama y bajo una cobija caliente gracias a un nuevo proyecto de rescate mediante una unidad móvil que servirá como albergue de emergencia para miembros de esta población.

La iniciativa sociocomunitaria inició esta semana, justo en el momento en que han surgido múltiples denuncias de residentes y comerciantes de zonas turísticas que alegan un incremento en la crisis de deambulancia en la capital.

En entrevista con Primera Hora la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, reaccionó a las críticas y esbozó junto a parte del equipo de trabajo del Departamento para el Desarrollo Social Comunitario las gestiones que se realizan en el municipio para atajar el problema social y de salubridad que rodea a las personas que viven en la calle.

La última de las estrategias es un tráiler equipado con ocho camas, duchas y baños que se trasladará a los lugares de mayor incidencia de deambulantes en la capital y permanecerá en esa zona durante una semana. Una vez instalado, un equipo compuesto por trabajadores sociales y auxiliares de hogar irán a la calle a hablarles sobre el servicio a las personas en la calle. Lo interesante del proyecto es que dentro del grupo habrá también exdeambulantes que servirán de enlace en el proceso de rescate.

Cruz explicó que el modelo de intervención -único en su clase en Puerto Rico y Estados Unidos- se ofrecerá por una semana y se llevará a cabo sin restricciones, por lo que no se le requerirá documentación a los participantes.

“Ellos podrán pernoctar aquí, ducharse, cambiarse, ingerir desayunos, almuerzos y cenas. Todo eso mientras también se ofrece apoyo social y de salud mental. Es una dinámica multidisciplinaria que incluye también servicios de enfermería”, dijo al agregar que el proyecto se lleva a cabo con una inversión de $374 millones obtenidos de una propuesta federal.

En su primer día, el proyecto impactó con el programa de nutrición a 18 personas que pudieron disfrutar de sus tres comidas diarias. Mientras, María Luisa Rivera, directora de la División de Personas Sin Hogar del municipio, detalló que de estos dos fueron referidos al Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Río Piedras para tratar condiciones de salud por desnutrición y deshidratación. Asimismo 7 hombres y una mujer optaron por pernoctar en la unidad móvil que, actualmente, está ubicado en el estacionamiento del centro hospitalario. Allí permanecerá hasta el 15 de agosto. 

Posteriormente, la unidad móvil se moverá a Condado, Viejo San Juan, Santurce (parada 15), Barrio Obrero y la 65 de Infantería, entre otros sectores, y se repetirá nuevamente el ciclo. 

“Ninguno (de los deambulantes) aceptó ingresar a algún programa de rehabilitación, pero eso es algo que se va madurando. Es un proceso de confianza. Lo más fácil sería que digan que sí, pero la realidad con esta población es otra y no podemos obligarlos. El estado de derecho en Puerto Rico es que ellos tienen que acceder de forma voluntaria”, dijo Rivera a Primera Hora al añadir que el proceso de convencimiento puede conllevar incluso años.

De hecho, datos recopilados por el municipio -y basados en las rondas e intervenciones que se ofrecen por personal de los diversos programas de impacto a esta población en los lugares de alta incidencia de deambulancia- indican que de 139 visitas, sólo 92 personas sin hogar aceptaron los servicios.

Perfil de deambulantes 

Según el más reciente Conteo de Personas Sin Hogar que realiza cada dos años el Departamento de la Familia (DF), para enero de 2017 en Puerto Rico habían 3,501 personas sin techo y de éstos el 31% eran con deambulismo crónico. El estudio indicó que entre los municipios con más alta incidencia se destacan San Juan con 26.2%, Ponce con 6.3%, Arecibo con 6%, Caguas con 5.3% y Mayaguez con 4.7%.

Datos del Departamento para el Desarrollo Social Comunitario de san Juan, afirman que los primeros servicios a personas sin hogar en la capital se iniciaron en 1988. Para esa fecha la incidencia era de 368 personas sin techo. Tres décadas después ese número casi se ha triplicado pues, según el último Conteo de Personas Sin Hogar realizado por el Departamento de la Familia en 2017, en San Juan hay alrededor de 877 personas sin hogar. Y ojo, ese número pudo haber aumentado potencialmente luego del impacto de los huracanes Irma y María.

Una mirada al perfil demográfico de las personas sin hogar en la capital indica que la mediana en edad de esta población es de 48 años en hombres y 43 en mujeres. Un dato que llama la atención en el conteo del DF es que más del 50% tienen estudios universitarios y que el 35% de los hombres y el 25% de las mujeres dijo haber reincidido (vuelto a la calle después de intentos infructuosos de reinserción social) en más de cuatro ocasiones. 

Las razones por las que deambulan son variadas ocupando el primer lugar el abuso de drogas (30.6%), los problemas familiares (22.4%) y los problemas financieros o económicos (15.0%). Otros problemas mencionados son el desempleo, problemas de salud mental, violencia de género, desahucios o la falta de apoyos al salir de prisión.

Dando un vistazo a la data recopilada, la alcaldesa asegura estar consciente del drama humanitario y la tragedia que hay detrás de cada persona que vive en las calles.

 “Es una realidad social que hay que atender… y esto va más allá de que estén sin techo. Definitivamente, es un problema mucho más complejo que no tiene que ver con una sola raza, género o condición social. Y el rescate de estas personas requiere un esfuerzo multisectorial. Ojalá sea tan fácil como ir a buscarlos… y lo más que me preocupa es que esto se va a agravar cuando las ejecuciones (hipotecarias) empiecen a aumentar en Puerto Rico”, dice la ejecutiva municipal.

Actualmente, además del servicio de unidad móvil, hay nueve programas de impacto para la población sintecho en San Juan. Entre ellos se destaca el Centro Acogida que dirige Carmen Ortiz, quien expresó que son múltiples las razones por las que ha aumentado la población de deambulantes en la capital, entre estas que muchos emigran de otros pueblos pues en sus zonas no hay diversidad de servicios ambulatorios como los que se reciben en el área metropolitana.

“También vemos que si hay actividades especiales como las Fiestas de la Calle San Sebastián ellos se mueven porque es un atractivo… igual ocurre cuando llegan cruceros y vemos que se mueven al área del Viejo San Juan. Y, ojo, no necesariamente van a pedir dinero, también lo hacen para vender cosas que hacen con pencas de palmas, o piden algo por velar un estacionamiento”, dijo.

Para ejemplificar la emigración de deambulantes a la capital, el municipio realizó una encuesta a las 196 personas nuevas que han ingresado a algunos de los programas de albergues de emergencia en el periodo de enero a junio de 2018. De éstos, sólo 93 afirmaron ser de San Juan. Mientras 16 son de Bayamón, 14 de Carolina, 6 de Trujillo Alto, 4 de Toa Baja, 5 de C aguas, 5 de Guaynabo y 8 de Estados Unidos. 

Darle visibilidad a la problemática de personas sin hogar es uno de los esfuerzos que pretende impulsar el municipio de San Juan a través de dinámicas de exhortación a la ciudadanía para que se unan a las gestiones de rescate.

“Criticamos el problema pero, ¿qué estamos haciendo? necesitamos que la sociedad colabore y lo puede hacer con algo tan simple como llamando al 787-444-9492, una línea telefónica que tenemos 24 horas al día, siete días a la semana para atender cualquier situación con esta población. Si lo únicos que hacemos es pasarles por el lado y ni siquiera somos capaces de marcar esos 10 número para que otra persona intervenga, somos nosotros los que les estamos fallando a la sociedad y no las personas sin hogar”, dijo la alcaldesa.

De otra parte, el equipo de trabajo del Departamento de Desarrollo Social Comunitario, destaca otros obstáculos que interfieren en el rescate de deambulantes en Puerto Rico.

Por ejemplo, mencionan que los requisitos de admisión a los programas están condicionados a la entrega de documentos que muchas veces no tienen los participantes. Asimismo, hay organizaciones que limitan los horarios de servicios sólo de lunes a viernes y hasta las 5:00 de la tarde. Además, a muchos alcaldes se le dificulta ayudar a las personas sin hogar, ante la falta de servicios para pacientes de salud mental en sus zonas. La ausencia de albergues de emergencia, es otro escollo en el escenario.