Utuado.- El bachillerato en Artes en Agricultura Sustentable que, desde el 2017, ofrece la Universidad de Puerto Rico en Utuado (UPRU) es único en este sistema de universidades y en todo el Caribe. Este programa del Departamento de Tecnología Agrícola, no tan solo se enfoca en la agricultura, sino que busca formar profesionales conscientes del impacto económico, social y ambiental que involucra el concepto de la sustentabilidad.

“El estudiante aprende a ser un líder en el campo que sea”, expresó el profesor Javier Lugo, ecólogo de plantas y catedrático asociado de la institución universitaria.

Sin embargo, no se puede hablar sobre la sustentabilidad, que se entiende como la gestión y uso responsable de los recursos naturales, sociales y económicos para asegurar la viabilidad a largo plazo del medio ambiente, sin mencionar el cambio climático, ya que según el también profesor del curso El ser Humano y su Medio Ambiente, “el cambio climático ya está ocurriendo”.

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Por tal razón Lugo, junto a tres de sus estudiantes, están desarrollando proyectos dirigidos a ayudar a mitigar este problema ambiental.

Naishka Rodríguez, quien cursa su cuarto año del bachillerato en Artes en Agricultura Sustentable, lidera el proyecto que consiste en la plantación de un sistema agroforestal en los predios del recinto.

Naishka Rodríguez Rojas trabaja en desarrollar un proyecto agroforestal.
Naishka Rodríguez Rojas trabaja en desarrollar un proyecto agroforestal. (Xavier Garcia)

La idea para desarrollar los proyectos agroforestales nace luego de que el ecólogo descubriera, mediante una investigación a los cafetales del interior de la Isla, la cantidad de dióxido de carbono que se almacenan en una finca sin árboles.

“Si tenemos que la mitad de los cafetales en Puerto Rico no tienen árboles, y si yo incorporo árboles yo puedo triplicar la cantidad de [dióxido de] carbono que secuestro. ¿Imagínate la cantidad de carbono que se puede secuestrar en Puerto Rico si esa otra mitad de cafetales trata de incorporar árboles, o el sistema agroforestal, como una práctica de manejo?”, expuso el doctor Lugo.

Este compuesto de carbono y oxígeno es uno de los principales gases de efecto invernadero, una de las causas fundamentales del cambio climático causado por el calentamiento global.

El árbol que utilizarán para desarrollar el sistema agroforestal será la teca, un árbol cuya madera es de alto valor económico. El profesor y la estudiante buscan establecer esta plantación para, además de manejar el dióxido de carbono, “mostrar que en las fincas puedes tener la integración de árboles en conjunto a la producción de cultivos”. Que los árboles también pueden ser utilizados para brindar nutrientes adicionales al terreno, según explicó la estudiante que aspira a completar una maestría en Agronomía una vez termine sus estudios subgraduados.

Los cultivos que acompañarán el plantío serán el ñame y maíz, para de esta forma observar cómo estos se comportan junto a la plantación de teca y qué impacto puede tener el sistema a largo plazo.

La siembra de los árboles comenzará en diciembre, pero el desarrollo del proyecto está siendo trabajado en colaboración con el Centro para la Conservación del Paisaje, una organización sin fines de lucro dedicada a promover este tipo de iniciativas centradas en la conservación ambiental.

En las etapas más tempranas del proyecto, la organización ayudó con la visualización y a trazar las metas. Actualmente, personal del Centro para la Conservación del Paisaje son quienes les proveen a Lugo y Rodríguez las semillas y el presupuesto para la compra de los materiales que necesitarán para su ejecución.

Darisag De Jesús Laboy participa de un internado con el Servicio de Conservación de Recursos Naturales federal.
Darisag De Jesús Laboy participa de un internado con el Servicio de Conservación de Recursos Naturales federal. (Xavier Garcia)

Por otro lado, al igual que Naishka, el estudiante Darisag De Jesús está a cargo del proyecto llamado “Inventario de dióxido de carbono en la finca”.

Similar al sistema agroforestal, con este proyecto buscan identificar tres parcelas dentro de las aproximadamente 80 cuerdas de terreno que son utilizadas para fines agrícolas en el recinto para estudiar cuánto dióxido de carbono se secuestra al presente. De esta manera, aplicarán el protocolo para hacer muestreo de vida silvestre, que incluye medidas de carbono que establece el Servicio Forestal de los Estados Unidos, agencia federal junto a la que desarrollan el proyecto.

Según indicó el estudiante, que completa el bachillerato centrado en la agricultura sustentable, “dentro de esas parcelas se van a realizar unas mediciones con GPS, brújula […] y se va a tomar la medida y la altura del árbol. Con eso se saca un promedio de la cantidad de carbono que ese árbol ha adquirido o secuestrado”.

De esta forma, buscan determinar qué tanto carbono se almacena en los terrenos de la UPR en Utuado para así evidenciar cuál es el impacto ambiental que tiene la institución.

“Nuestro recinto está buscando moverse a una manera ecoamigable o sustentable”, afirmó De Jesús quien participa de un internado con el Servicio de Conservación de Recursos Naturales (NRCS, por sus siglas en inglés) que forma parte del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.

Una vez completado el proyecto, publicarán los resultados para dar a conocer más sobre esta “manera de mitigar el cambio climático”, según el joven de 21 años.

Ambas iniciativas son parte de los proyectos de grado que los 88 estudiantes matriculados en el Bachillerato en Artes en Agricultura Sustentable deben completar para graduarse.

Asimismo, para lograr convertir a la UPRU en una institución sustentable, el profesor Lugo junto a una estudiante del curso El ser Humano y su Medio Ambiente -y en colaboración con la red de universidades que establece la organización sin fines de lucro “Second Nature”-, están trabajando en el “inventario de gases de invernadero”. Esto consiste en crear una base de datos que evidencie las emisiones de carbono de la UPR en Utuado para así crear estrategias para reducirlas, según explicó el catedrático asociado.

“Yo creo que podemos ser un modelo para otras unidades del sistema UPR o, incluso, de otras universidades en Puerto Rico o del Caribe. Para que todas empecemos a tomar consciencia de cuántos gases de invernadero emitimos y cómo podemos reducir eso. El compromiso de las instituciones de educación superior ya no es solamente educar líderes, sino también dar el ejemplo”, puntualizó el Dr. Javier Lugo.

Uno de los cursos que enseña el profesor Javier Lugo es el de El ser Humano y su Medio Ambiente.
Uno de los cursos que enseña el profesor Javier Lugo es el de El ser Humano y su Medio Ambiente. (Xavier Garcia)