Aunque les resulte “tedioso” y “complicado” ponerse a verificar si los comensales están vacunados o cuentan con una prueba negativa del COVID-19 realizada 48 horas antes de entrar a sus negocios, en momentos en que dicen estar corto de personal, los propietarios de restaurantes y chinchorros en la Isla reconocen que estas medidas tomadas por el gobernador Pedro Pierluisi y que entran en vigor hoy, lunes, son necesarias y les brinda confianza para continuar operando en medio de este grave repunte de casos.

Según afirmó Juan González, propietario de los restaurantes Ladi’s, localizados en el Viejo San Juan, Salinas y Palmas del Mar, poder exigirles a sus clientes cumplir con protocolos del COVID-19 “me da tranquilidad”.

“Yo tengo empleados y mi familia metida en esto, y si se afectan mis empleados, me afecto yo y nos afectamos todos”, afirmó el comerciante, quien dijo enviar a sus empleados cada cinco días a realizarse la prueba del COVID-19.

Además, González comentó que no habrá mucha diferencia en lo que hace meses ponía en vigor, de solicitar a sus comensales la prueba de vacunación o la prueba de COVID-19 realizada en un periodo menor a 72 horas. Destacó que el impacto mayor sería para el cliente no vacunado, que tendría que hacerse una prueba a menos de 48 horas de ir a sus restaurantes.

El cambio, introducido en una orden ejecutiva firmada por Pierluisi el pasado 20 de diciembre, estipula que desde hoy se reforzarían las medidas anticovid en lugares donde se consumen alimentos y bebidas.

Según la orden ejecutiva OE-2021-081, “es imprescindible exigir a los restaurantes, barras, chinchorros, cafetines, “sport bars”, cines, centres comunales o de actividades, casinos y cualquier otro local que expenda bebida o comida preparada a que IIeven a cabo obligatoriamente el cernimiento para detectar el COVID-19 en los visitantes. Asimismo, es necesario eliminar la posibilidad de que estos comercios puedan limitar el aforo a un 50% cuando no cumplan con el requerimiento de realizar el cernimiento a sus visitantes. En esos casos, solo tendran disponible funcionar en modo de entrega (“delivery”), servicarro o recogido (“curbside pickup” o “pickup”). Estas medidas permitiran detectar a las personas que están infectadas par el virus previo a que puedan propagarlo y evitar que personas infectadas puedan acudir a lugares sensitivos en los cuales la propagación del virus pueda darse en mayor tendencia”.

El presidente electo de la Asociación de Restaurantes (ASORE) y dueño de las panaderías Sobao by Los Cidrines, Mateo Cidre, afirmó que la industria está lista para aportar en esta lucha contra el COVID-19.

Dijo que, ante el alza de casos positivos, amerita imponer controles. Esto, aun cuando los restaurantes atraviesan por problemas para lograr atraer empleados, así como bajas por contagios.

“Estamos al tanto de la situación y el repunte de casos de COVID 19 en la Isla. Sin embargo, la culpa de los repuntes no es de un sector en específico. Sabemos que hay que hacer ajustes por el bien de todos, pero no deben ser en un solo sector, sino en todos para evitar que los contagios sigan en aumento”, señaló.

“Desde que se desató la pandemia en marzo 2020, los restaurantes hemos sido firmes en mantener los más altos estándares de seguridad salubrista en el mercado y continuar operando con estrictos protocolos para garantizar la seguridad de nuestros clientes y empleados. Como hemos dicho en múltiples ocasiones, la industria de restaurantes ha sido y es un aliado importante en la lucha contra la pandemia, por lo que seguiremos reforzando nuestro compromiso y exhortamos a todo dueño de restaurante a que continúe operando responsablemente como lo hemos hecho durante toda la pandemia”, añadió el líder de los restoranteros.

De cara al mandato

Primera Hora realizó un censo con varios propietarios de restaurantes y chinchorros sobre estas medidas. Encontró que en muchos lugares se decretó un receso hasta el 10 de diciembre por vacaciones navideñas, según alegaron.

Los que indicaron que permanecerían abiertos no dieron indicios de una preocupación mayor ante la alta incidencia de casos de COVID-19, que no fuera el hecho de que sus empleados se contagiaran y tuvieran que cesar operaciones.

A Gilberto Torres, dueño del negocio El Caldero Del Fogón, en Guavate, Cayey, dijo que lo que le preocupa son esos clientes malcriados que llegan con ganas de discutir.

Hay muchas mentalidades. El ser humano empieza a discutir por todo. Pero, si no tiene negativa de 48 horas, tengo que darle comida ‘to go’ y no dejarle entrar”, indicó sobre la solución que tendría para aquellos que no cumplen con los requisitos establecidos.

Defendió la orden de Pierluisi, al establecer que obligaría a todo el mundo a vacunarse.

“Vacunación total masiva”, abogó.

Por su parte, Tatiana Martínez, propietaria de la Lechonera Guavate en Río Piedras, se quejó de que estas medidas anticovid los “vuelve un trajín. Tras que tienes que estar pendiente a las ventas, también hay que estar pendiente a la seguridad, a los empleados, es bastante tedioso”.

Es que Martínez dijo que no encuentra personal para trabajar.

Estamos corto de personal y tenemos que estar pendiente que los empleados estén en regla y no nos lleguen enfermos”, sostuvo.

Por su parte, Emilio Bencosme, dueño del Emidian Restaurant, localizado en la Plaza del Mercado de Bayamón, señaló que tiene la ventaja de que el personal del municipio se encarga de que todo el que entre a la localidad cumpla con las ordenanzas ejecutivas y “son bien estrictos”. Si tuviese que hacerse cargo, aceptó que se le haría difícil, ya que no consigue empleados.

“Está difícil la empleomanía. Como le están dando dinero a la gente y dicen ‘por qué voy a trabajar’, se ha hecho bien difícil. Yo trabajo como si fuera un empleado”, indicó, al detallar que su esposa es la chef del negocio.

Aun cuando no tiene que estar pendiente a las identificaciones de los comensales, apoyó la iniciativa. Pero, expuso que también deben prohibir los conciertos, los que a su juicio son los que han provocaron el repunte.

“Uno tiene que cuidarse y nosotros que estamos expuesto a tanto cliente, que uno sabe quién es el que tiene el virus”, comentó Bencosme.

Leonor Alvarado, gerente de Oscar’s Restaurant en Bayamón, apoyó que se hayan restricciones, aun cuando pudiera provocar la pérdida de clientela.

“Entiendo que tenemos que tomar conciencia”, expresó.

Alvarado reconoció que los comensales no vacunados no irán a hacerse la prueba solo para entrar a un restaurante. Dijo que las filas están “kilométricas”.

“He pensado desde que empezó este problema, antes y después de Bad Bunny, y mi forma de pensar es que desde hace tiempo el contagio en la calle ya existía, lo que sucede es que la gente no se estaba haciendo la prueba. La gente lo achaca a los conciertos, pero realmente como pueblo habíamos bajado la guardia. Lo otro es que tenemos que aprender a vivir con el COVID como un virus más o una plaga. Tenemos que preocuparnos por la salud personal, comer saludable y cuidarnos como seres humanos”, recomendó.

Por último, Yanira Segarra, administradora del restaurante El Dorado, en Salinas, manifestó que ya es momento de que la ciudadanía tome conciencia y coopera para batallar contra el COVID-19.

“Nadie está exento. Hay que cooperar por la salud”, concluyó.