Experto presentará hallazgos de estudio sobre demencia en población boricua
Las personas de 85 años o más constituyen el segmento poblacional de mayor crecimiento en los Estados Unidos y Puerto Rico.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
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El psicólogo y epidemiólogo José Carrión Baralt presentará este miércoles los hallazgos de los estudios que ha hecho sobre el Alzheimer y otros desórdenes cognitivos de demencia geriátrica en la población puertorriqueña, comparada con la de octogenarios de Nueva York.
Este Catedrático del Programa Gerontología del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, que realizó un estudio auspiciado por los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, hará su presentación a las 6:30 de la tarde en el salón de conferencias de la Cooperativa de Seguros Múltiples, en Río Piedras.
La actividad forma parte del programa de conferencias mensuales auspiciado por la Asociación de Alzheimer y Desórdenes Relacionados de Puerto Rico.
“A pesar de la vasta cantidad de investigación neuropsicológica y cognitiva hecha a la población mayor en las últimas dos décadas, poco se sabe sobre los cambios de la función cerebral que ocurren de forma normal en este grupo (de 85 años)”, señaló Carrión Baralt en un estudio publicado en el 2009 en la revista especializada "Dementia and Geriatric Cognitive Disorder".
El experto subrayó la importancia de distinguir entre los cambios normales de la edad y los que son causados por enfermedad a fin de detectar las anomalías en una etapa temprana para que los tratamientos sean de más beneficiosas y extender las funciones del cuerpo por el mayor tiempo posible.
Las personas de 85 años o más constituyen el segmento poblacional de mayor crecimiento en los Estados Unidos y Puerto Rico.
Carrión Baralt encontró que en 10 de cada 13 estudios neuropsicológicos administrados a pacientes, el nivel de educación fue un pronosticador significativo del desempeño, lo cual es consistente con otros estudios. En ese sentido, después de tomar en cuenta la educación y el dominio del idioma, no hubo diferencias mayores entre la muestra de Puerto Rico y la de Nueva York.
El trabajo fue realizado en conjunto con otros estudiosos para el Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina Monte Sinaí, de la ciudad de Nueva York.
Entre otras cosas, Carrión Baralt apuntó que casi no se hacen estudios de la población caucásica norteamericana de 90 años o más, menos aún se conoce de los más ancianos de origen hispano, a pesar de que representan 35.3 millones, o un 12.5% de los 281 millones de población estadounidense, según el censo del 2000.
Apuntó que el mismo Censo registró que más del 40% de los hispanos de 65 años o más dijeron que no hablaban bien o nada de inglés, de manera que urgen unas normas neuropsicológicas que tomen en cuenta esto para la población hispanoparlante.
La Asociación de Alzheimer de Estados Unidos ha concluido que “existe un déficit significativo” de información y datos sobre grupos étnicos y culturales en la mayoría de las áreas de estudio de esta enfermedad.
Desde la década del 90 se han publicado artículos de especialistas apuntando que la falta de una normativa en la recopilación de datos sobre este importante grupo minoritario de Estados Unidos puede contribuir a un diagnóstico equivocado de la función cognitiva en las investigaciones y pruebas clínicas.
El anterior estudio tomó una muestra de personas sin demencia, de 90 a 98 años de edad, de Puerto Rico, y la comparó con otra muestra similar de nonagenarios blancos cuya lengua materna era el inglés, todos del área metropolitana de Nueva York.