Amahia Márquez Sánchez, la niña que fue ingresada hace dos semanas al hospital con un cuadro sospechoso de hepatitis aguda de origen desconocido, falleció anoche, confirmó su familia.

“Estamos destruidos. Se me murió mi niña a las 9:40 de anoche”, indicó a Primera Hora la tía-madrina de Amahia y portavoz de la familia de la paciente, Neida Roldán.

Los parientes de la niña hacían gestiones del velatorio esta mañana en la Funeraria Cayey Memorial, mientras reclamaban que “ningún personal del Departamento de Salud se ha comunicado con nosotros”.

“Nadie ha llamado”, dijo Roldán al afirmar que durante las dos semanas que la pequeña estuvo ingresada en el hospital, los médicos “siempre” le dijeron que la niña presentaba un cuadro de hepatitis aguda de origen desconocido. “De hecho, se le hicieron análisis para enviarlos a los CDC, pero después nadie nos dijo más nada”, acotó.

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La menor, de dos años, se convirtió en la primera paciente pediátrica en Puerto Rico que estaba bajo investigación del Departamento de Salud y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) con el cuadro de hepatitis aguda o inflamación del hígado.

Esta condición mantiene en ascuas a la comunidad científica de todo el mundo, y desde el 15 de abril la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una alerta advirtiendo sobre casos entre niños del Reino Unido. En cambio, se han ido notificando más casos con el pasar de los días, incluyendo 109 pacientes reportados en los Estados Unidos. En esas cifras está el caso de Amahia. Al momento, se han asociado cinco muertes al brote mundial que ha afectado a cerca de 450 menores en más de 20 países.

Amahia Márquez Sánchez falleció anoche.
Amahia Márquez Sánchez falleció anoche. (Suministrada)

La notificación del caso de Amahia le llegó al Departamento de Salud la primera semana de mayo, explicó en una entrevista radial la infectóloga y Primera Oficial Médico de la agencia, Iris Cardona.

Roldán, en entrevista previa con Primera Hora, confirmó que la pequeña llegó al hospital el 1 de mayo con un cuadro grave de ictericia (coloración amarilla de la piel y ojos). Los niveles de amonia en el cuerpito de Amahia estaban sobre 200 y su bilirrubina estaba sumamente elevada.

“Llegué con ella al hospital a las 8:00 de la mañana. La bebé no se podía parar de su cuna. Tuve que cogerla porque no tenía el ánimo ni de levantar los brazos”, detalló la pariente de la menor, que estuvo hospitalizada en una clínica de San Juan.

“Todo ha pasado muy rápido. Ella empezó con esa conjuntivitis alérgica el 12 de abril y le dieron unas gotitas. Después para el veintipico de abril le dio la alergia en el cuerpo y le dieron medicamentos, pero no se le quitaba. Hasta sábila le poníamos. Y al par de días se fue poniendo peor y amarillita, con mucha debilidad. De verdad que tenemos 20 mil preguntas sin responder. Los médicos mismos no tienen explicación porque ella ha salido bien en todos los análisis que le han hecho. Y Amahia era una niña saludable. Esta es su primera hospitalización”, sostuvo ayer la mujer ayer tratando de contener el llanto ante la impotencia de ver cómo la salud de la niña fue empeorando.

Actualmente, tanto la OMS como los CDC han dicho que, con base a la información actual, la mayoría de los casos de niños afectados no recibió la vacuna contra el COVID-19, por lo que por el momento se descarta que estén relacionados al proceso de vacunación. En el caso de Amahia, no tiene edad para vacunarse por lo que esta teoría, en su cuadro clínico, también se descartó.

Aunque las organizaciones de salud han dicho que en algunos casos se ha detectado la presencia del virus SARS-CoV-2, en el caso de la paciente puertorriqueña esta tampoco ha sido una vía a considerar, pues nunca tuvo el virus. Al menos, no se le diagnosticó durante su crisis de salud.

Otra de las sospechas de las autoridades sanitarias está vinculada al adenovirus, un virus bastante común y que ha sido detectado en algunos de los pacientes afectados a nivel mundial.

“A nuestra niña también le hicieron las pruebas de adenovirus F41 y salió negativo. Realmente, los médicos han hecho de todo, no solo por sanarla, sino por saber qué está ocasionando todo esto. Pero ni ellos pueden detectar el origen. Lo que sabemos es que es un caso de hepatitis aguda de origen desconocido. Por eso queremos dar a conocer a través de medios como ustedes el caso de Amaia. Queremos que los padres estén pendientes a los síntomas por más sencillo que les parezcan. Nuestra niña empezó con un ojo rojito y mira cómo está ahora mismo. Esto es bien triste”, afirmó Roldán sobre la niña a la que se le hizo un trasplante de riñón el pasado 6 de mayo pero, lamentablemente, su cuerpo lo rechazó pasadas las 24 horas de la intervención quirúrgica.

En Puerto Rico, el secretario de Salud estableció un sistema de vigilancia, como manera preventiva, para detectar posibles casos de esta enfermedad. Hizo públicas las guías para que los hospitales y cualquier proveedor de servicios de salud reporten pacientes con sospecha de hepatitis.

Mellado precisó que los síntomas detectados en los casos identificados globalmente son la inflamación del hígado, diarrea, vómitos, dolor abdominal y niveles altos de enzimas hepáticas.

El secretario recordó que existen vacunas para prevenir la hepatitis A y B, mientras que para la hepatitis C existe un tratamiento.

“Preliminarmente, se ha asociado la nueva enfermedad con un virus que se transmite respiratoriamente, por lo que una medida de prevención es cubrirse la boca al toser y el lavado frecuente de manos, similar a las medidas que estamos utilizando para prevenir el coronavirus. Sin embargo, se sigue identificando otras potenciales causas”, expresó entonces Mellado en declaraciones escritas.

Al momento, el Departamento de Salud no ha emitido declaraciones alusivas al fallecimiento de la pequeña.