¿Le teme a su muerte?

Sí.

¿Por qué?

Por la caja...

¿Cómo por la caja?

La posibilidad de que me entierren viva, porque yo lo leí en tantas novelas... y me quedé con eso.

¿Cómo le gustaría morir?

¡Ay, qué pregunta tú me haces!... No, no te sé decir.

¿Ha pensado en su epitafio?

Lo tengo: ‘Servir es don de aquel que en su camino oyó la voz de Dios e hizo el destino’.

La pasada conversación es un extracto del último perfil que le realizó la periodista de Primera Hora Mabel Figueroa en el 2006 a  la defensora de los derechos de los confinados, doña Trina Rivera de Ríos, quien murió hoy , a las 11:20 a.m. en su hogar a los 93 años de edad, a causa de un afección cardíaca.

Y es que así era doña Trina. Una mujer franca que decía lo que pensaba, y que en pocas ocasiones dejaba mostrar su lado más frágil.

Como muchos, le temía a la muerte. Pero sabía que el día de su partida la recordarían como una mujer que siempre defendió sus convicciones, aún cuando en el proceso recibiera criticas.

“Mi recuerdo y lo que aprendí de mami es el respeto... el respeto a los seres humanos, el respeto que le tenía  a sus hijos y a toda persona que tuviera cerca. Era una mujer muy adelantada y aceptaba las diferencias”, expresó  Carmen Amparo Ríos, una de tres hijos que le sobreviven a doña Trina, quien será sepultada en el cementerio de Vega Baja  junto con quien fue el amor de su vida, su esposo Jesús Manuel  Díaz.

Y es que doña Trina -cuyo cuerpo estará expuesto desde mañana en la Funeraria Buxeda, en Hato Rey- se destacó en la Isla por sus arduas luchas a favor de los sectores marginados, entre ellos los confinados.

Su relación con los reos comenzó para el 1928 cuando acompañaba a su papá al trabajo como secretario del Municipio de Río Piedras. Allí cerca, contó, la cárcel se veía por las ventanas y conversaba con ellos. Fue entonces, según dijo, que comenzó a verlos como pares que merecían ser tratados como cualquier otro ser humano.

También tenía posturas detractoras de la Ley 54 de Violencia Doméstica, por entender que la misma es discriminatoria contra los hombres.

“La Ley 54 nos está destruyendo a la familia... es antihombre, que no lo dice casi nadie”, dijo una vez a este diario la mujer que rechazaba ser feminista y que clasificaba como “mito” que existiera el machismo en nuestra sociedad.

Biografía

-Doña Trina Rivera nació el 18 de noviembre de 1917 en Vega Baja, de unos padres que le dieron alas a su libertad y deseos de servir. Se crió rodeada de canciones, de versos y poesía. Era la menor única que vivía de una familia de seis hermanos.

-A los 22 años conoció al que sería su compañero por 60 años, Jesús Manuel Ríos Chico. Ante su pérdida hace 12 años decidió guarder sus trajes coloridos y cambiarlos por telas negras y blancas que reflejaban su eterna presencia en su vida.

-Con su esposo procreó a sus dos hijos de sangre: Carmen y Miguel, y amó como propios a dos hijos de crianza a Benjamín y Guillermo, fallecido hace varios años.

-Fue maestra rural en sus inicios y como trabajadora social, su desempeño la llevó a terminar sus estudios doctorales en Estados Unidos, donde se distinguió y ocupó posiciones de liderazgo.

-En Puerto Rico ocupó la dirección del Negociado de Instituciones y del Comité de Derechos del Ciudadano, entre otros.

-Durante el 1980, fundó el Comité de Amigos y Familiares de Confinados, para velar por los derechos de la población confinada del país.

-Para ella, el respeto a los derechos humanos era universal. Y por eso, luchó durante toda su vida.

-Su espíritu libre la llevó a terminar su doctorado en trabajo social y a lograr otro Honoris Causa en Conducta Humana otorgado por la Universidad Carlos Albizu.

-Por décadas, la doctora Trina Rivera de Ríos se distinguió como mujer trabajadora por su compromiso a favor de los derechos de confinadas y confinados puertorriqueños y el fortalecimiento de las oportunidades de rehabilitación de la ciudadanía.