La familia Alvarado goza de lo lindo montando la recreación del cerro La Guaira, donde hay unas 80 casitas, figuras de animales, una funeraria, el cuartel de la Policía y hasta el cementerio del pueblo.

Por supuesto, no puede faltar la estampa del nacimiento del niño Jesús y la llegada de los Reyes Magos a adorarlo.

La familia orocoveña, compuesta por 14 hermanos -tres ya fallecidos-, celebra el 30 aniversario de la iniciativa que inició en el 1988.

Uno de los que trabaja en preparar las casitas frente a su vivienda en la salida hacia Corozal, en la carretera PR568, es Natividad Alvarado.

El hombre dijo a Primera Hora que la iniciativa “es un recordatorio que le hacemos a los que vivían en el cerro La Guaira, que fueron movidos -hace años- a otro sitio por razones de seguridad”.

“Mi hermana empezó con cuatro casitas y a la gente le gustó y dijimos: ‘vamos a seguir haciendo casitas’, y donde más casitas habían juntas era en el cerro La Guaira, y ya llevamos 30 años”, indicó al mencionar.

Esta vez las casitas fueron trabajadas en PVC para sustituir las de madera.

Sus otros hermanos “las pintan, las acomodan y ponen las luces. Se une toda la familia”, dijo al mencionar que se tardan tres meses en prepararlo todo.

La matriarca de esta prole, doña Matilde Pedroza Santiago, de 87 años, recordó que “pa’ ese tiempo llovió mucho; de allá se derrumbó algo, cayó una parte de tierra ahí, se hizo como un cerrito y mi hija me dijo: ‘mami, eso como que está bueno para poner unas casitas’, y enseguida se puso a inventarlas a mano, de cartón y con pega; le puso ventanas, cortinas, escaleras... pero después se fue para afuera (Estados Unidos) y los otros hermanos seguían haciendo más casitas”.

La inversión, que asciende a $3,000, la hace la familia, pero este año, Natividad confesó que “me atreví a buscar auspiciadores”.

“Las casitas que tienen tarjetas de presentación son de los que aportaron, y hay una cajita amarilla para el que quiera hacer alguna donación para colectar para (el pago de) la luz”, añadió.

Del Municipio le ofrecieron una ayuda pero, según dijo, aun no ha llegado.

El encendido oficial fue el pasado Día Acción de Gracias, donde hicieron tremendo fiestón, “con orquesta y todo”. 

Las luces las encienden a eso de las 5:30 p.m. y las apagan cuando se va la última persona.

Allí los conductores se bajan en la zona, se toman selfies y algunos hasta transmiten en vivo a través de sus celulares.

Una de las estructuras que llama la atención es el cementerio, donde las cruces tienen nombre reales.

“Es de la gente que ya ha fallecido y vivía en el cerro. Ahí está la gente buena, la gente mala, las más reconocidas”, mencionó el orocoveño.