Sin techo, rutina diaria trastocada y nada de ayudas gubernamentales hasta tanto no se presente el informe del Cuerpo de Bomberos. 

Así se encuentran Julio A. Rolón Méndez, de 37 años de edad y Carmen Méndez, de 64 años, madre e hijo, del barrio Sabana Hoyos, en Vega Alta.

Ambos se quedaron únicamente con la ropa que vestían al momento del siniestro que consumió su residencia el pasado 11 de mayo en la noche (aproximadamente a las 7:30 p.m.).

“Todavía no se sabe la causa del incendio, entendemos que pudo haber sido un corto circuito. Mi mamá estaba en la casa con la nieta, una niña de seis años de edad y ella (la niña), es quien se percata del incendio y le avisó a mi mamá”, describió Julio sobre la casita de madera que comenzó a incendiarse en el cuarto master ubicado en la parte posterior. 

“Ella hizo todo lo posible por apagar el fuego, pero se propagó más rápido que lo que se pudo contrarrestar”, detalló.

Al perder el control del incendio, doña Carmen, enfermera retirada, pidió ayuda y su hija y yerno acudieron de inmediato más no lograron su intensión al pegarle la manguera. 

“No se pudo. Había poca presión de agua; la luz se fue dentro de la casa y prácticamente, se queda la casa en tinieblas. Así que mi mamá, lo que hizo fue que una vez notó que no podían contener el incendio procedió a sacarlos y llamaron a los bomberos”, destacó Julio, quien es estudiante doctoral del Recinto de Ciencias Médicas, y en ese instante, estaba estudiando. 

“Cuando llego cerca de las 8:30 p.m. ya la casa estaba consumida. Los bomberos llegaron como a las 8:10 p.m. y procedieron a apagar lo que quedaba”, contó.

Hoy, ambos pernoctan en la casa de su hermana que los acogió.  “Dormimos en una cama prestada, porque mi hermana no tenía camas adicionales, pero un primo nos prestó la suya, y él duerme, mientras tanto, en un sofá”, aseguró quien a través de la Oficina de Ayuda al Ciudadano del Municipio de Vega Alta consiguió una ayuda económica de la Cruz Roja y están a la espera de los informes de bomberos, sin los cuales no pueden solicitar otras ayudas en lo que retoman sus vidas.

“Hasta tanto ellos no lo entreguen, seguimos, prácticamente, en la calle. Sin ayudas”, explicó.

Quienes al momento de la entrevista con El Norte se preparaban para una cita en el Departamento de Vivienda, destacaron que lo más que lo más que necesitan al momento es alimentos. 

“Estamos en una casa que no es la nuestra y estamos consumiéndole comida a ella; ropa y ropa interior, zapatos. Mi mamá ha recibido ayudas en cuanto a ropa, por los regalos del día de las Madres que se compraron con antelación, pero yo sigo con la misma todavía. Y, al menos, una cama para compartirla con mi mamá”, concluyó Julio.

Si desea ayudar económicamente a esta familia lo puede hacer mediante ATH Móvil al número 787-690-1693, en la cuenta de Doral Bank 4124758727 a nombre de Julio Rolón-Méndez; o a traves de este enlace.