Asumir la realidad es algo que todavía  se le hace difícil a Eduardo Ferrer, a un año de la partida del expresidente del Partido Popular Democrático, Héctor Ferrer Ríos, tras una larga batalla contra el cáncer en el esófago.

Lo extraña a diario, pues compartían jornada como abogados. Son las conversaciones, las constantes llamadas que le hacía y los gestos de hermandad los que aun añora Ferrer de su hermano. Suplica al tiempo que le permita a él y a su familia sanar.

El exrepresentante murió el pasado 5 de noviembre de 2018 a sus 48 años de edad. Fue para septiembre del 2015 que anunció su diagnóstico de cáncer en el esófago y para entonces logró vencerlo. Sin embargo, en septiembre de 2018, Ferrer Ríos recayó luego que le practicaran una operación en el sistema digestivo.

“Yo lo recuerdo todos los días de mi vida. Todavía se me hace difícil asumir la realidad. Yo creo que el tiempo sanará esta pérdida y el sufrimiento que uno lleva ante la pérdida de un hermano, esa es nuestra súplica. Que tengamos la paz interior para sobrepasar la pérdida”, dijo compungido Ferrer.

Para recordar la vida del líder de la Pava, la familia realizará hoy  una misa en la Parroquia Stella Maris en Condado, a partir de las 6:00 p.m. 

Según relató Ferrer, su mamá, María Elisa Ríos, peticiona esta misa en su honor todos los días 5 de cada mes. 

“Ha sido un año sumamente difícil para mí y para mis padres. Obviamente, la pérdida de un ser humano, de un hijo y un hermano es dolorosa bajo las circunstancias del cáncer de una persona joven, atlética que tenía un porvenir grande para su persona y para el pueblo de Puerto Rico”, señaló.

Agarrados de la fe, Ferrer dijo que continúan aprendiendo a vivir con la sorpresiva partida del líder popular y fiel defensor de los deportes. En su carrera política como legislador, Ferrer Ríos desarrolló más de una centena de leyes como la que creó el Centro Comprensivo de Cáncer de la Universidad de Puerto Rico, para ayudar a investigar y combatir la enfermedad que le arrebató la vida.

“Entiendo que para mis padres ha sido bien fuerte la pérdida. De verdad se han agarrado a la fe católica, pero se sufre mucho. La pérdida de Héctor ha cambiado nuestras vidas, así que no es fácil pero tenemos que aprender a vivir ante la pérdida día a día y echar pa’lante como familia”, sostuvo el abogado.

“Héctor y yo teníamos  una relación que era  bien cercana. Trabajábamos en la misma oficina también, nos veíamos a diario, compartíamos muchas cosas juntos”, dijo.