La comunidad científica nacional e internacional destacó las aportaciones del famoso astrónomo puertorriqueño Víctor Manuel Blanco, cuyas destrezas políticas y gerenciales fueron clave para la construcción del Observatorio Interamericano de Cerro Tololo, en Chile, el cual abrió los ojos del mundo al cosmo sur.

Por este doctor en Astrofísica es que fue nombrado el cúmulo estelar Blanco 1, descubierto por él en 1959. El boricua fue el segundo Director del Observatorio de Cerro Tololo y  hoy el gran telescopio de cuatro metros lleva su nombre.

El astrofísico Blanco nació en Guayama en 1918 y murió el pasado 8 de marzo, a los 92 años de edad, en una localidad de Vero Beach, Florida.

“La Junta Directiva de la Sociedad de Astronomía de Puerto Rico, Inc. lamentan la pérdida de tan importante e ilustre persona puertorriqueña”, expresó la organización, al instar la amplia divulgación de la importancia de este científico criollo.

Blanco será siempre recordado porque fue instrumental en convencer, en 1970, al presidente Salvador Allende que era noble el plan de los norteamericanos para construir en el tope de una montaña el más grande telescopio de aquel tiempo, con 158 pulgadas de diámetro, para observar el hemisferio sur. Esto resultó dar las imágenes más reveladoras, incluyendo el centro de la Vía Láctea.

Cuando el gobierno de Allende fue derrocado por la junta militar, y en medio de escuadrones de la muerte, desaparecidos y escasez, Blanco fue despachado tres años después para hablar con el general Augusto Pinochet, quien no sólo quiso visitar el observatorio, sino que pidió la lista de los empleados y sus afiliaciones políticas. Blanco respondió que sería inapropiado inmiscuirse en la política interna chilena. 

El relato figura en un artículo que él mismo publicó en The Annual Review of Astronomy and Astrophysics (septiembre 2001). “El General Pinochet visitó Cerro Tololo como quiera y nosotros mantuvimos a los empleados que sabíamos habían sido pro Allende”.

Blanco comenzó el relato de su vida así:

“Yo nací y me crié en Puerto Rico y tenía 21 años cuando abandoné la isla en 1939 para estudiar en los Estados Unidos. Mis sueños de niño de convertirme en astrónomo, generalmente no se consideraban prudentes ni realistas en la isla si uno esperaba asegurarse un modo de vida razonable. Esto era especialmente cierto para niños de familias grandes. De 12 niños que tuvo mi madre, nueve sobrevivieron a la infancia; yo era el tercer más joven de los nueve. Proveer para nuestras necesidades requería esfuerzos cooperativos de todos los hermanos para suplementar el ingreso de mi padre policía. Yo mayormente ayudaba atendiendo las vacas que mi padre mantenía en una pequeña finca al lado de nuestra casa. Para gastos incidentales personales criaba cerdos y, para satisfacer los sueños astronómicos, les daba nombres como Ceres, Vesta y Ganymede. En la escuela intermedia aprendí ebanistería y fui suficientemente experto para mantener un trabajo a medio tiempo haciendo muebles. Desde entonces la ebanistería ha sido mi pasatiempo.”

Aportaciones astronómicas

“Con intenso pesar y un profundo respeto es que escribo estas palabras para reconocer los aportes de Víctor a CTIO (Cerro Tololo Inter-American Observatory), estos se hicieron extensivos a las generaciones de astrónomos que han pasado por Tololo como miembros de planta o usuarios de las instalaciones”, escribió Chris Smith, director actual del Observatorio, en una página en memoria de Blanco.

“Su liderazgo llevó a CTIO a un sitial de primera importancia en la astronomía mundial, tanto en los éxitos tecnológicos como en su arraigado trabajar en equipo y el tradicional orgullo del trabajo realizado. Ese liderazgo, combinado con una percepción paternal por el staff, es lo que estableció el entorno familiar que persiste hasta hoy en CTIO”, destacó Smith.

Blanco, quien se retiró de CTIO en 1993, se convirtió en un ícono en la comunidad chilena, relató Smith.

“Más allá de las fronteras Chilenas su impacto en la astronomía se incrementó cuando los jóvenes astrónomos que él trajo para trabajar en Tololo se dispersaron por el mundo, muchos de ellos reconocidos líderes internacionales. El legado de Víctor, en la formación de CTIO y las personas a quienes afectar tocó es un tributo imperecedero al hombre que instituyó el corazón y alma de este observatorio”, concluyó el Director del Observatorio.

Cerro Tololo, en el norte chileno, fue fundado en 1961 como una colaboración de la Fundación Nacional de la Ciencia, un consorcio de universidades dedicadas a la investigación astronómica, y la Universidad de Chile.