Salvador Gómez Colón tenía solo 15 años en 2017 cuando decidió hacer algo por su comunidad, que como el resto del País había quedado a oscuras tras el paso del huracán María.

Su principal inquietud era ver a sus vecinos con la ropa sucia por cruzar aguas usadas para llegar a sus hogares. La emergencia era tan grande que a Salvador le preocupaba la salubridad de la gente, que estaba en peligro de enfermarse al no poder lavar su vestimenta, por la falta de agua potable. Así que, en vez de lamentarse, pidió a su madre que lo ayudara a aliviar la situación que enfrentaban aquellos que lo vieron crecer.

Así fue que junto con una amiga de su progenitora -que tenía experiencia en energía solar- prepararon un proyecto comunitario para entregar lámparas solares y máquinas manuales de lavar ropa. Para ponerlo en marcha debía recaudar $100,000. Parecía una idea descabellada, pero el sanjuanero se dejó guiar por la empatía y consiguió impactar a unas 3,500 familias en 17 pueblos a través de la fundación Light & Hope, que llegó como rayo de esperanza.

“El proyecto nace al observar las necesidades que veía a mi alrededor, la primera fue la falta de luz, porque la Isla se fue en un blackout entero. Yo estaba con mi familia, pero me sentía solo y la oscuridad de la noche me impactaba; entonces pude imaginar cómo se sentían miles de puertorriqueños que estaban en peores condiciones que yo, que habían perdido sus techos, que perdieron sus pertenencias e incluso familiares”, recordó el joven, quien ahora tiene 19 años.

“Lo de las máquinas de lavar manuales fue porque por mi casa encontré a vecinos que llegaban con su ropa mojada, curtida, sucia y me decían que tuvieron que pasar por dos pies de aguas negras porque las alcantarillas no estaban drenando y no tenían ni agua ni electricidad para echar a lavar. En ese momento, vi que la ropa no era un asunto de comodidad sino de dignidad, pero también de salubridad, porque las aguas estaban contaminadas. Al ver esas dos necesidades decidí impulsar el proyecto más allá”.

El estudiante de historia y economía de la Universidad de Yale, destacó que el primer pueblo que visitó fue Loíza y luego Morovis, que no tenían electricidad desde el impacto del huracán Irma, que pasó antes que María.

“La iniciativa creció mucho más de lo que yo me esperaba, porque empezó por recaudar $100,000 para comprar mil lámparas solares y mil lavadoras manuales para una comunidad en Loíza. Logramos recaudar casi $175 mil y llegamos a 3,500 hogares en 17 municipios”, sostuvo.

El trayecto para llevar un alivio a tantas familias estuvo repleto de retos, desde recaudar una cifra de dinero jamás pensada para el entonces estudiante de noveno grado al problema de la avalancha de furgones varados en el puerto, donde permanecieron sus pedidos durante dos meses.

“Nunca pensé que podía lograr eso. El primer día recaudamos $6,000 y la mayoría de los donantes eran de Estados Unidos e internacionales... de Hong Kong, India, China, Londres, Alemania, países latinoamericanos… fue una iniciativa global donde el 83% de las donaciones vinieron de individuos, solo el 17% vino de corporaciones”, sostuvo.

Cuando distribuyeron las lámparas en Loíza había una fila de carros con familias de Humacao, Fajardo, Canóvanas y Utuado, entre otros pueblos, que llegaron para solicitar una lámpara solar; pero el inventario se agotó al suplir la necesidad de la comunidad loiceña.

Así que, nuevamente, Salvador trazó un plan para visitar a otros barrios todos los sábados con la colaboración de voluntarios adultos. Al esfuerzo se unió el creador de la lavadora manual, que viajó desde Holanda para ser parte de este acto de amor en Naranjito.

“Fueron 5,500 lámparas y como 2,200 lavadoras desde diciembre de 2017 hasta agosto de 2018. También ayudamos a los damnificados del huracán Dorian en Las Bahamas en 2019 y durante los terremotos del 2020 en el suroeste. Estamos siempre listos para ayudar”, puntualizó.

Pero la historia de Salvador empezaba a escribirse ya que su mentor, un autor bien reconocido en Estados Unidos, lo estuvo entrevistando varios meses sobre su odisea y luego lo sorprendió al decirle que la editorial Norton estaba interesada en publicar un libro con su experiencia.

De esa manera, el joven filántropo escribió un libro titulado “Hurricane, My Story of Resilience”. La publicación salió a finales de octubre de 2021.

“El libro cubre mi experiencia durante el huracán María y el proceso de crear la iniciativa. Salió a fines de octubre y está disponible en las tiendas al por mayor, todos los sitios populares de libros y la librería El Laberinto en el Viejo San Juan. Estamos trabajando con librerías como Norberto”, detalló.

“El mensaje del libro es que en la vida nos suceden muchas situaciones de las cuales no tenemos control, pero lo que sí podemos controlar es cómo respondemos. No importa lo que pase, esa energía la podemos usar ayudando a otros y eso surge de la empatía, que es lo que puede guiar cambios en la comunidad”, expuso.