El superintendente de la Policía, Pedro Toledo, aseguró hoy que le negó al Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) un robot especializado y perros amaestrados en detectar explosivos para la escena donde un agente federal mató al líder machetero Filiberto Ojeda Ríos.

Según Toledo, tomó la acción para proteger a los policías estatales.

"Como llamaban y no había contestación, temían que hubiesen explosivos escondidos. Yo sé que los agentes federales tienen canes de explosivos y robots", dijo el Superintendente ante la Comisión de Derechos Civiles (CDC), que investiga el operativo federal contra Ojeda Ríos el 23 de septiembre de 2005.

"Mi pregunta es: ¿Por qué tiene que ser un policía estatal y no un agente federal? ¿Cuál es la diferencia en el valor de la vida humana? Si era peligroso para un agente federal, era peligroso para un policía", añadió Toledo.

Destacó que su decisión molestó "a mucha gente", pero que fue firme en su determinación por su responsabilidad de velar por la seguridad de los policías.

En su ponencia ante la CDC, señaló que entre la noche del 23 de septiembre de 2005 y la madrugada del 24, recibió un requerimiento del FBI para activar el robot y los canes ante el temor de los agentes federales de que hubiera explosivos en la residencia de Ojeda Ríos.

A preguntas del presidente de la Comisión, José Irizarry Yordán, Toledo declaró que en una escena como la de ese operativo se pudo haber utilizado gas lacrimógeno para obligar a salir a la persona que estaba dentro de la casa.

No obstante, reconoció que Ojeda Ríos pudo haber estado preparado con una máscara para que no lo afectara el químico.

A preguntas del comisionado René Pinto Lugo, el Superintendente señaló que él hubiera considerado la posibilidad de llevar a una tercera persona a la negociación entre el FBI y Ojeda Ríos para que el segundo se entregara.

Explicó que en casos como ése, la inclusión de un tercero depende de las circunstancias del operativo y si el oficial negociador entiende que esa persona produciría la entrega del fugitivo.

"Yo hubiese considerado la utilización de Jesús Dávila (periodista que solicitó Ojeda Ríos en la fecha de los hechos) si entendía que podía producir un resultado, una entrega, pero la regla (del FBI) es que no se trae un tercero", dijo el ex agente del FBI.

La Comisión investiga los hechos en que un agente del FBI mató de un tiro a Ojeda Ríos durante un operativo para arrestarlo en su residencia en Hormigueros.

Toledo reiteró que se enteró de que el operativo se estaba realizando a las 4:30 de la tarde del 23 de septiembre cuando lo llamó José Enrique Figueroa Sancha, el subdirector del FBI en Puerto Rico.

Dijo que éste le pidió establecer un perímetro externo en la escena del operativo, pues habían tenido dificultades porque había ocurrido un intercambio de disparos y había un agente del FBI herido.