“Yo quiero que piensen en mí, como la mujer que tomó prestada la valentía de pasadas y presentes guerreras.
Ese escalón diario que me inspira a creer que donde hay ovarios, hay más fuerza para seguir adelante.
Mujer trabajadora, jamás vencida.
Luz infinita que ilumina, ese ocaso que pinta la flor
más incolora.
Yo, soy parte de ese ejército donde sólo hay cabida
Para armas valerosas,
Pero con lápiz labial”

La pasada estrofa es un fragmento de un emotivo poema que el día antes de su asesinato Suliani Calderón Nieves –una de 25 víctimas mortales de violencia de género registradas este año en Puerto Rico, más del doble de lo reportado en el 2017– le leyó a su mamá, Sonia Nieves, a quien le confesó que había dedicado años a plasmar en versos las experiencias que la habían marcado como mujer.

Se trata de una compilación de poesías que retratan de manera contundente, y como un grito a la conciencia, el calvario que Suliani y ellas -las asesinadas y maltratadas- experimentan en un mundo de abominación. Las líricas –muchas descubiertas en una computadora después de la muerte de Suliani– podrían ser publicadas en un libro que su progenitora quiere dar a conocer como parte de una campaña educativa que busca contar la historia de esta valerosa mujer.

Suliani fue la séptima víctima de violencia de género que hubo este año.

Al cierre de esta edición, se habían registrado 23 muertes de mujeres a manos de sus parejas, o exparejas; y 2 hombres.

A Suliani la asesinaron el pasado 18 de mayo, frente al condominio La Floresta, en la carretera PR-831 en Bayamón.

El verdugo fue su expareja, José Vega Nieves, de 41 años, quien le tendió una trampa explotando una de las gomas de su auto.

El incidente obligó a Suliani, quien viajaba con sus hijos de 14 y 11 años,  a detenerse a la orilla de la carretera.

Allí, el hombre, quien viajaba en un auto alquilado, la interceptó y le disparó en varias ocasiones,  frente a sus niños; luego se suicidó.

Pero esta historia de terror, según relató Sonia, comenzó hace 15 años cuando su hija se casó con Vega Nieves, de quien se separó en dos ocasiones.

“Pero, lamentablemente, la manipulación de él y de su familia influyó mucho en mi hija, quien siempre regresaba (con él) por amor a sus hijos… al yo desconocer muchas cosas, incluso, de cómo podía ayudarla, es que esto llegó a dónde llegó”, dijo Sonia.

Expresó que la manipulación y el maltrato llegaron al extremo de que casi no tenía comunicación con su hija.

El agresor cerró las redes sociales de ella, “ni Facebook, ni WhatsApp, ni Instagram, hasta le quitó el carro. La única manera que tenía para comunicarme con mi hija era por celular o desde el teléfono de su trabajo. Ella todo el tiempo actuó tratando de proteger a los nenes y ese fue el error que, sin saberlo, ella tal vez cometió”.

Agregó que hubo una tercera separación. Esta vez fue definitiva y ocurrió antes del paso del huracán María.

Suliani estaba decidida a comenzar una nueva vida,  consiguió un empleo como supervisora de un hospicio y logró alquilar un apartamento en el que se sentía segura.

Según Sonia, el  hombre no aceptaba ese punto final en la relación y la acosaba.

 Suliani recurrió al tribunal para buscar una orden de protección contra su exmarido, de quien logró divorciarse.

“Hubo un periodo que, debido a la orden, él se alejó un poco,  creo que fue la temporada en que mejor la vi. Ella estaba feliz. Era otra. Incluso, pudo viajar con sus niños en un crucero en abril pasadol”, dijo.

Pero la virazón llegó casi un año después cuando el tribunal declinó darle una nueva orden de protección a Suliani.

“Ahí comienza nuevamente a hostigarla, a seguirla a todas partes, aumentó por completo el patrón de acoso”, asegura Sonia.

Semanas antes de la tragedia, Sonia notó que su hija estaba todo el tiempo nerviosa y a la expectativa de que algo le podía ocurrir.

 “Yo le hice dos preguntas a ella. Le dije: ‘¿Suliani, tú le tienes miedo a él?’ Los ojos de ella me lo dijeron todo. Ella empezó a temblar. Luego le pregunté: ‘¿te amenazó de muerte?’. El silencio me lo dijo todo. Hay cosas que tú no las tienes que contestar, porque son obvias. Lo único que ella me decía era: ‘mami, los nenes, los nenes’”, relató Sonia.

Dijo que aun así, su hija, quien se graduaba alto honor  de administración de hospitales en junio pasado,  tenía planes de aceptar una oferta de empleo que le hicieron sus jefes en el estado de la Florida.

Suliani le contó sobre las expectativas que tenía aquella misma noche en el que le leyó el poema con el que comienza este reportaje.

“Creo que ese día, sin saberlo, se despidió de nosotros cuando leyó ese poema… es una poesía hermosa que empodera a cualquier mujer y es lo que nos ha inspirado a utilizar como lema de la campaña educativa que estoy haciendo como: ‘A mal tiempo, labios rojos’”, detalló.

Sonia y su familia han sido muy valientes en el proceso de recuperación tras el asesinato de Suliani. Han tratado de elevar la tragedia a un proceso de concienciación tratando de impactar a otras mujeres y familiares de víctimas de violencia de género.

“Hay muchísima ignorancia sobre este tema. Aquí hay mujeres que ni saben siquiera cómo empezar a salir de esto. Otras, simplemente, dicen para qué voy a salir, si luego voy a volver. Y es porque falta esa educación. Pero tiene que ser una educación que involucre a los varones desde que son niños. Enseñarles sobre la equidad. Que entiendan que no estamos peleando con ellos, ni somos sus enemigas. Sino que comprendan que somos seres humanos, que tenemos que ser respetadas y que entiendan que cuando una relación se acaba, se acabó… también es importante que si tienen problemas como agresor, busquen ayuda. Y las familias también tienen que entender que los agresores son potenciales asesinos y tienen que encarar estos hechos por más que amen a sus hijos”, indicó.

Si usted está en una situación de riesgo, puede llamar al cuartel de la policía más cercano, o al 9-1-1. También puede comunicarse a la línea de Primera Ayuda Psicosocial (PAS) al 1-800-981-0023, o al número de ayuda de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres al 787-722-2977.