PONCE El hospital San Lucas, uno de los más antiguos edificios hospitalarios de la ciudad, fue finalmente cerrado ayer para dar paso a un año de remodelación.

Lourdes Colón, oficial de mercadeo de la Corporación Servicios Episcopales, informó que varios pacientes fueron trasladados a lo que fue el Hospital Regional, que también pertenece a la corporación, en la avenida Tito Castro de Ponce.

Tras haber despedido a 540 empleados de enfermería y mantenimiento del hospital, Colón mantuvo que se ofreció empleo a un 86 por ciento de éstos, los que en su gran mayoría, dijo, aceptaron la propuesta.

“Tenemos un 14 por ciento de esos empleados que recibieron sus cartas de cesantía… si las necesidades de servicio requirieran de más empleados éstos serían considerados”, dijo Colón.

Sin embargo, reconoció que aún los que tenían mayor veteranía deberán empezar con un nuevo contrato. Pese a ello, recalcó que se respetarán sus beneficios adquiridos y el salario que devengaban hasta diciembre en la cerrada institución.

Tablones de madera evidenciaban el fin de labores que concluiría una vez dos pacientes de la unidad de intensivo recibieran sus tratamientos.

“El lunes ya teníamos un promedio de 30 pacientes, el grueso de ellos han sido dados de alta”, dijo.

Colón mencionó que el llamado San Lucas I será convertido en un centro de cuidado diestro de enfermería y rehabilitación, que será administrado por una nueva corporación formada dentro de la entidad episcopal.

Afirmó que aún se evalúan los planos de su remodelación interna, por lo que esperan tenerlo listo en un año aproximadamente.

Entretanto, la portavoz sostuvo que se inaugurará la Torre Médica y el Centro Cardiovascular a donde varios pacientes ya han sido transferidos.

Colón aseguró, además, que pese a los traslados de pacientes no se ha sobrepasado la capacidad del llamado también San Lucas II.

“La torre cardiovascular no únicamente tiene una unidad de intensivo, también tiene dos pisos adicionales de camas”, dijo Colón.

Allí, además, la mayoría de los médicos que arrendaban locales en el antiguo edificio han comprado nuevas oficinas. Sólo quedan unos cinco médicos que, dijo, también se mudarán.