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Rincón.- Con las lluvias y vientos del huracán Fiona en el espejo retrovisor, residentes de varios pueblos del oeste de Puerto Rico encontraron consuelo en la certeza de que, pese a los daños que sufrieron en sus hogares a causa de las inundaciones, los efectos del ciclón no habían alcanzado los niveles de otras regiones del país.

“Prácticamente no recibí daños porque enganché muchas cosas encima de los muebles y bloquecitos, pero el agua está atrapada dentro. No sale porque la vez pasada traté de hacer como una rampita, una trampa de agua (en la entrada), entonces ahora resulta que por la trampa no sale el agua, como llovió con mucho viento”, explicó Evelyn Cámara, residente de la calle 2 de la comunidad Stella, en Rincón.

De acuerdo con el alcalde del municipio costero, Carlos López Bonilla, Stella fue uno de los barrios más afectados por las lluvias que trajo Fiona a Rincón, toda vez que se encuentra en una zona vulnerable a inundaciones, donde la gravedad acumula la precipitación que cae sobre unos cerros hacia el interior del pueblo, al tiempo que está rodeada por una quebrada que, igualmente, se desbordó.

Hasta ayer, asimismo, la carretera PR-115, paralela a la comunidad, estuvo cubierta por agua, si bien hoy, martes, la vía se había despejado y los vehículos transitaban con normalidad.

Cámara, de 61 años, todavía no había podido regresar a su hogar, que al día de hoy permanecía rodeada con cerca de cuatro pulgadas de agua en su interior, por lo que estaba quedándose en casa de su vecina de enfrente.

“Mi vecino perdió todo […] Trataron de resolver manual, pero no pudieron. También hay vecinos en la calle de atrás que perdieron cosas. Cuando pasó el evento, me levanté a las 6:00 a.m. (del domingo) y to estaba dando gracias a Dios de que no había agua. (Pero) en cuestión de minutos me dice mi vecina que ya venía el agua bajando del camino (hacia Stella). En cuestión de segundos ya la casa estaba llena de agua”, relató Cámara.

López Bonilla indicó que entre 20 y 30 casas en Stella, una comunidad cerca de la Playa Córcega, se vieron directamente afectadas por las lluvias. La calle Bastia, por ejemplo, estaba hoy prácticamente intransitable, con cerca de una decena de hogares total o parciamente inundados.

“Los residentes de la calle Bastia los logramos sacar y se fueron a casas de familiares. Ellos no han podido regresar a su casa para luego hacer la inspección de rigor a ver lo que perdieron en sus hogares, Ahora ha bajado el nivel (del agua). Estaba mucho más alto y ha ido bajando”, dijo López Bonilla, precisando que el municipio había instalado unas bombas para expulsar el agua acumulada hacia un caño.

El alcalde popular lamentó el estado en que quedó el estadio de béisbol Fernando “Nando” Sanabria, también en Stella. En una visita con este diario, aún se podía apreciar el nivel del agua, de cerca de un pie, sobre la totalidad del terreno de juego, y una acumulación aún mayor en ambos bancos. López Bonilla sostuvo que el parque cuenta con un seguro privado.

“Nosotros tenemos que sentarnos con FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) para tratar de buscar la forma y manera, un proyecto que se asigne para poder mitigar este problema que siempre que llueve o hay una tormenta pasa”, reconoció López Bonilla.

Además de los daños sobre Stella, López Bonilla sostuvo que Fiona había provocado la pérdida de “parte de una carretera” en el sector Campo Alegre, una cantidad de sustancial de árboles había se habían derrumbado y el tendido eléctrico permanecía en el suelo en varias comunidades. Hasta esta mañana, el municipio completo permanecía sin luz y sin agua, por lo que se contemplaba la habilitación de oasis.

Desborde del río causa estragos en Añasco

En Añasco, en tanto, los principales daños experimentados por residentes se relacionaban con el desborde del Río Grande, cuerpo de agua que al día de hoy ya había regresado a su cauce.

Carlos Solares, residente del barrio Playa, expresó que, si bien el río se encuentra “distante”, su desborde había provocado la acumulación de varios pies de agua en su casa, provocando daños a los enseres que mantenía en el primer piso de la residencia de dos plantas.

“Estamos ahí desde esta mañana sacando baldes de agua. Llego como a tres pies adentro de la casa. Yo tapé y comoquiera se metió. La nevera no puedo subirla porque choca en el techo y la estufa y los gabinetes. La gente pega a pasar con los ‘4x4′ (por la calle) a las millas. Hacen marullo empeora la situación”, dijo Solares, quien recordó que hace cinco años, con el paso del huracán María, el agua en su hogar “pasó la verja que está ahí. Adentro se metieron seis pies de agua”.

“Yo trato de salvar lo más que pueda, pero llega un momento que no sé dónde poner (los enseres), no tengo dónde ponerlo. Yo prefiero salvar la gente que los enseres eléctricos y esas cosas”, agregó el hombre.

También en el barrio Playa, Eddie Avilés dijo que tomó sobre 12 horas antes que comenzara a reducirse el nivel de inundación.

“El alumbrado de la playa y la corriente para el puente, están todas esas cablerías caídas. No entró el agua, pero llegó casi a la parte de atrás de casa. (Fiona) tumbó muchos palos, tuvieron que abrir caminos”, dijo Avilés.

Otra vecina del barrio Playa, María de Jesús, relató otras casas de la comunidad perdieron los techos de zinc. En su casa, de Jesús ya había logrado remover el agua que se introdujo.

“Venía con remolinos, tornados. Se formaban tornados porque se escuchaba algo bien fuerte, como si fuera un ‘truck’, añadió Avilés.

El alcalde de Añasco, Kabir Solares, dijo que, además de Playa, se llegaron a inundar los barrios de Oveja, Cidra, Miraflores y Pozo Hondo. En el día de hoy, personal del municipio se encontraba realizando un censo de las viviendas afectadas, pero ya se habían contabilizado al menos 20, dijo el ejecutivo municipal.

“Gracias a Dios no fue tan malo (como en el huracán María)”, indicó el alcalde.

El alcalde de Moca, Ángel “Beto” Pérez Rodríguez, sostuvo que, en el caso de su municipio, el principal efecto de Fiona era la falta de servicio eléctrico, lo que temía afectara las operaciones de Hospital San Carlos.

“Está sin servicio eléctrico. Sé que personal de LUMA se encuentra en el municipio haciendo reparaciones para poder energizar es parte donde está ubicado el hospital. Ellos tienen un generador, pero tan reciente como el sábado, antes de la tormenta, que no tenía capacidad para mantener todo el hospital con servicio”, dijo Pérez Rodríguez, aclarando que la planta sí alcanza para energizar las áreas donde se atienden pacientes, incluyendo la sala de emergencia.

“Hay personal (de LUMA) aquí y espero que puedan arreglarlo lo más pronto posible”, dijo el ejecutivo municipal en horas de la tarde.

En su portal de emergencias, el gobierno informó que, según LUMA Energy, unos 300,000 cliente de los casi 1.5 millones de abonados de la red contaban con servicio poco antes del mediodía.

Por su parte, el alcalde de Las Marías, Edwin Soto, sostuvo en entrevista con El Nuevo Día que la agricultura llevó la peor parte de los efectos de Fiona en el pueblo.

“Lo primero es que se dañaron los caminos. El café sufre mucho porque al que no le tumba, la brisa, como dicen ellos, lo ‘pilonea’ y le daña el tallo. Las chinas, los plátanos y los guineos ves que están acostaditos. La agricultura sufrió mucho daño”, dijo Soto, quien expresó que el secretario de Agricultura, Ramón González Beiró, visitará el pueblo próximamente.

“La agricultura es de los principales ingresos de nuestro pueblo, en adición a la fábrica y los empleos que genera el municipio”, agregó el alcalde, al asegurar que, si bien el Río Grande de Añasco se había salido de su cauce en jurisdicción de Las Marías, el municipio había logrado abrir casi todas las vías, incluyendo las que transitan hacia Mayagüez, Lares y San Sebastián.