La enseñanza de distintos renglones de la artesanía, además del emprendimiento y exaltación del trabajo que realizan los obreros del arte popular, dieron base a la creación de un proyecto que promueve la cultura puertorriqueña a través de una decena de talleres.

Se trata de la Escuela de Artesanos Municipal de Guaynabo, un espacio inspirado en la dinámica impulsada por la Compañía de Fomento Industrial en el centro comercial Plaza de Caribe en Ponce, donde se han capacitado a cientos de personas en la labor artesanal.

De acuerdo con el director de la Oficina de Arte y Cultura, Carlos Santiago Santana, “el proyecto comenzó en agosto de 2022 y las clases en septiembre de ese año. Para lograrlo desarrollamos diez cursos en distintas ramas de la artesanía, ofreciendo trabajo como instructores a reconocidos artesanos de la zona. Fomento nos colabora con cinco talleres y nosotros costeamos los otros cinco”.

Entre los talleres que ofrecen en el primer nivel de la Escuela de Bellas Artes de la calle Carazo, se encuentran macramé, hamacas, repujado en metal, bordado básico, soles de Naranjito, pirograbado, máscaras en coco, papel y alambre y, papel maché.

La profesora Brendalis Rodríguez Torres dicta el taller de macramé, uno de los más concurridos por féminas en la escuela.
La profesora Brendalis Rodríguez Torres dicta el taller de macramé, uno de los más concurridos por féminas en la escuela. (Xavier Garcia)

Además, se enseña talla de santos, güiros, maracas, panderos, cestería, tejido, dibujo y pintura a personas adultas; todo en clases que se imparten de lunes a viernes, libre de costo. Cabe destacar que la novedad ha atraído a ciudadanos no tan solo de Guaynabo, sino de pueblos como Toa Baja, Bayamón, Naranjito e incluso, Humacao.

“En este primer año tuvimos 180 participantes, de los cuales 68 se lograron certificar como artesanos. En este segundo año se matricularon 260 personas. El límite por taller depende de su complejidad”, dijo por su parte la coordinadora de la escuela, Aleyda Núñez Rodríguez. La fémina destacó que el perfil general del estudiantado apunta a “jubilados, personas de la tercera edad, jóvenes en busca de emprendimiento o que están en universidad y quieren ser artesanos”.

“En los talleres de macramé y tejido, la matrícula es mayormente mujeres de todas las edades. Mientras que en güiro, maraca, pirograbado, barro y máscaras tenemos de los dos géneros”, resaltó la también artesana del tejido.

“Esta es una forma de enseñar un oficio. Aquí tenemos la oportunidad de enseñar parte de la cultura de nuestro pueblo. Además de promover que valoricen el trabajo del artesano y aquí ya se ve. Algunos llegaron por curiosidad y otros como un pasatiempo, pero ya tenemos estudiantes que se han certificado como artesanos”, insistió Núñez.

Por su parte, María Pérez Ortiz, una residente de Toa Baja que participó del primer grupo de estudiantes, ya alcanzó la certificación como artesana tras aprobar el taller Soles de Naranjito, una labor de aguja que se confecciona con hilo de algodón, sobre un pequeño cojín o almohadilla.

“Logré mi certificación en agosto, pero continúo tomando otros cursos para perfeccionar la técnica. Estaba buscando un lugar donde pudiera desarrollar artesanías y ocupar mi tiempo. Quería aprender todo lo que sea trabajo de aguja”, abundó María que es una educadora jubilada.

Al explicar su trabajo, inspirado en la bandera puertorriqueña, Pérez Ortiz relató que, “me tomó cerca de cuatro días en realizarla, por la complejidad del detalle de enhebrar los colores. Primero se hace una franja de un color y la estrellita es aparte. No es pegado, hay que zurcirlo”.

Mientras que el taller de pirograbado es otro de los favoritos del estudiantado, según su matrícula que alcanza casi una veintena de participantes. Allí, el maestro Carlos Diaz León comparte las estrategias para la realización de dibujos en papel que luego son estampados sobre la madera.

“Ellos diseñan el dibujo y yo les doy una idea. Lo pasamos a madera para quemarlo con un pirograbado; un instrumento que emite calor por la punta y luego se le da color con acrílico, mencionó el maestro mientras mostraba los trabajos de los estudiantes”, concluyó.

Para detalles: 787-307-9866.