“La música es el alma de un pueblo”, dice un conocido refrán que cobra un sentido especial en la Fundación Musical Indo Enrique Echevarría, en Arroyo, establecida a finales de los 90 con la misión de facilitar el proceso de aprendizaje y desarrollo de jóvenes estudiantes de música.

“Mi hijo era saxofonista y director de la orquesta de salsa Primera Clase y, cuando vivíamos en San Juan, él le daba clases gratis a los muchachitos que querían aprender a tocar. Eso es lo que me inspiró a crear la fundación que lleva su nombre de Indo. El propósito es ayudar a aquellos jóvenes que deseen aprender a tocar cualquier instrumento a que lo logren”, dijo el fundador de la entidad sin fines de lucro, Justo Echevarría Figueroa.

Una de las iniciativas del ente se enfoca en prestar instrumentos musicales a estudiantes de escasos recursos, “que demuestren interés genuino por desarrollarse como músicos”.

“Muchas personas nos han donado instrumentos que nosotros cuidamos y les damos mantenimiento. Son esos mismos instrumentos los que tenemos disponibles para este propósito, si así entendemos que tienen un uso correcto. Aquí en Arroyo saben que, si tienen algún instrumento que no usan, pues nosotros lo tomamos y le damos uso con el fin de lograr los sueños de muchos muchachitos que de corazón desean ser músicos”, destacó Echevarría Figueroa.

Asimismo, la fundación ofrece talleres y conferencias con músicos profesionales quienes comparten sus conocimientos con los jóvenes participantes. “Hacemos lo que podemos. Esta es una institución familiar donde los recursos económicos son escasos, pero siempre buscamos la manera de aportar a la educación y crecimiento de los músicos del pueblo”, puntualizó.

Al recordar algunos de los logros de la fundación, don Justo menciona la contribución al desarrollo musical de figuras como Darwin Cosme, quien funge en la actualidad como profesor en el Conservatorio de Música de Puerto Rico y los músicos profesionales Omar Lugo y Glenn Díaz. “Es una cosa increíble, porque yo no toco ni palitos, pero tengo dos hijas que saben de música y mi nieto; el hijo de Indo que canta en el Orfeón San Juan Bautista”, expresó Echevarría Figueroa quien laboró como maestro de teatro en varios planteles de Arroyo y que en la actualidad se desempeña como secretario del Centro Cultural del municipio.

A pesar de los retos económicos, y como parte de su labor filantrópica, la fundación ofrece un premio de $500 a un estudiante graduado de cuarto año que sobresalga en la música.

Entre los logros de la fundación, don Justo destaca la creación del festival ‘Sancocho Jazz’, el cual lleva siete ediciones con la colaboración de grandes exponentes de la música instrumental de la isla e internacional y en el cual “se hace un sancocho para 500 personas que asistan al malecón y se hace al frente de todos en el mismo lugar. Esta actividad la hacemos en agosto y es muy esperada por la gente del pueblo y de aquellos que saben la calidad de los exponentes que allí se presentan”, declaró.

“Esa actividad cuenta con el respaldo de varias instituciones importantes como El Conservatorio de Música, la Universidad Interamericana, la Escuela Libre de Música y los profesores quienes hacen talleres. Además, aportan sus conocimientos músicos profesionales como el trombonista de Cultura Profética y anterior músico para Ricky Martin, Víctor Vázquez y otros muchos que vienen y colaboran en esta experiencia que es bien recibida por los estudiantes de música y todos los que participan de esta actividad”, destacó el secretario del Centro Cultural de Arroyo.