Tremendo guiso.

El Primer Festival del Fricasé de Pollo, en Naranjito, se distinguió por la confección de este plato, faena que estuvo a cargo por maestros de arte culinario y estudiantes  del Instituto de Banca y Comercio, de este municipio.

De la olla gigantesca se sirvieron entre 500 y 800 platos, dependiendo la porción, de este exquisito menú puertorriqueño.

Para que tengan una idea,  según explicaron los chefs Jonathan Viruet, Clara Narváez y Jorge Pérez, para la preparación del guiso se necesitaron 320 libras de pollo, 140 libras de papas, entre 8 y 10 potes de sal, 6 potes gigantes de sazón con culantro y achiote y 15 libras de salsa de tomate.

"Además, el sofrito fue 'homemade' y lo hicimos con un saco de cebollas, 5 libras de cilantrillo, 2 libras de laurel, 2 libras de orégano, 5 libras de recao, 4 libras de ají dulce y 30 libras de ajo", destacó Narváez al agregar que a la gigantesca olla se le agregaron otros ingredientes.

"Ahh, y no podemos olvidar lo más importante. El gran secreto de todo frícase: el vino", dijo por su parte, Viruet al explicar que se utilizaron 3 botellas de vino tinto.

La confección del frícase se llevó a cabo dentro de una caja conocida entre los cocineros como "el infiernillo", un equipo casero creado por un artesano puertorriqueño para guisos en grandes proporciones.

"Este es un equipo que cuyo sistema corre por una línea de gas que calienta a más de 500 grados. Pero lo interesante es que utiliza un sistema de agua fría para evitar que el caldero gigante se raje a causa del calor", explicó Pérez al agregar que el aparato se ha utilizado en otros festivales como lo fue el de la patita de cerdo, en Guaynabo y el del mondongo, en Camuy.

Una vez se mezclaron todos los ingredientes  en el caldero, los chefs se encargaban de menear el contenido con unos remos que simulaban cucharones.

Luego de poco más de una hora y media en candela, los comensales pudieron degustar del plato que se sirvió gratuitamente entre los invitados al festival.