La población del pelícano pardo ha ido en aumento en los últimos años en Puerto Rico y Estados Unidos, situación que ha llevado a proponer su salida de la lista de animales en peligro de extinción.

En cambio, la población de la cotorra puertorriqueña cada día disminuye más, al igual que la planta “cordia pelonia”, dijo Marilisa Rivera, coordinadora del Programa de Especies en Peligro de Extinción del Servicio federal de Pesca y Vida Silvestre en Puerto Rico y el Caribe.

“Estamos proponiendo remover al pelícano pardo de la lista en peligro de extinción, ya que a nivel de las poblaciones de todos los Estados Unidos —que incluye a Puerto Rico— es bien abundante”, indicó durante una entrevista radial (WPUC).

“Tenemos 60,000 parejas en Estados Unidos y 1,000 individuos aquí. Aunque la de Puerto Rico es más pequeña, no cambia el estatus de la especie”, añadió la funcionaria federal.

Rivera precisó que el pelícano pardo habita en las costas, en especial en La Parguera en Lajas, en las bahías de Guánica y Mayagüez, y en diversos lagos, entre otros lugares.

“La única especie de animal que nosotros tenemos clasificada que, de no hacer nada, puede desaparecer en un momento cercano es la cotorra puertorriqueña”, advirtió.

De igual manera, dijo que se colocó a la “cordia pelonia” en decrecimiento porque el Bosque de Susúa, en Sabana Grande, “se está cerrando” y esta planta es una “de margen, que necesita áreas abiertas”.

El Servicio de Pesca y Vida Silvestre federal tiene injerencia sobre las especies en peligro de extinción en Puerto Rico desde 1973.

Rivera explicó que, desde 1983, la agencia federal tiene un acuerdo con el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales por el que trabajan conjuntamente para la protección de las especies en peligro de extinción y que, por razones de “criterio”, el número local es mayor al federal.

Explicó que los criterios utilizados son “que el hábitat esté amenazado o esté siendo destruido, que la especie esté afectada por enfermedades o depredación, una sobreutilización de la misma para propósitos comerciales, científicos o educativos, que no hayan mecanismos legales apropiados para proteger la especie y cualquier factor natural o creado por el hombre que amenace la especie”.