Tener una mano amiga en momentos de necesidad, y más cuando se trata de la salud de nuestros niños, ha sido un alivio indescriptible para miles de padres en las tres décadas que la Fundación Infantil Ronald McDonald ha ofrecido servicios en Puerto Rico.

Por ello, la organización lanzó una campaña de concienciación para dar a conocer el trabajo que realizan día a día, proveyendo servicios esenciales a familias puertorriqueñas para cumplir con los tratamientos y servicios de salud que necesitan sus niños. En el 2019, esta fundación asistió a 13,699 niños y sus familias, mediante los programas Visitas de Amistad, la Casa Ronald McDonald (San Juan), Sala Familiar Ronald McDonald (Aibonito y Ponce) y, Niños ConSentidos, que es una clínica que ofrece pruebas de cernimiento gratuitas de visión y audiología.

“Esta campaña ‘30 Años de Gracias’, tiene el propósito de que esas familias le den las gracias a esos individuos que les han permitido recibir los servicios de la fundación. Queremos que más personas conozcan de la fundación. Nuestra razón de ser son familias y lo que nosotros hacemos es posible porque individuos y corporaciones lo hacen posible”, dijo Mariela Jorge, directora ejecutiva de la fundación.

Mariela Jorge, directora ejecutiva de la fundación.
Mariela Jorge, directora ejecutiva de la fundación. (Suministrada)

Adriana Maldonado, Alondra I. Martínez, Yadier Y. Roldán y Ambar Poupart son cuatro ejemplos de que estos programas hacen la diferencia en la vida de muchas familias puertorriqueñas. Estos menores, en momentos donde sus condiciones de salud requirieron de hospitalización por tratamientos o cirugías, tuvieron un espacio para que sus padres pudieran hospedarse cerca de ellos sin preocuparse por los gastos adicionales.

Tranquilidad en medio de tiempos difíciles

A sus 19 años, Adriana recuerda con mucho agradecimiento la ayuda que recibieron ella y sus padres cuando fue diagnosticada con lupus.

En aquel entonces, cuando tenía 15 años, la joven estuvo hospitalizada de manera intermitente por varios meses y asegura que el contar con un hospedaje para sus padres en la Casa Ronald McDonald fue determinante para su tranquilidad en el duro proceso.

Adriana Maldonado
Adriana Maldonado (Suministrada)

“Estuve de marzo a octubre de 2018 casi corrido en el hospital y nosotros somos de Isabela, que se nos hacían difíciles esos viajes. Ahí nos enteramos de lo que era la Fundación Ronald McDonald. Al yo estar sin una fecha de salida (del hospital), mi mamá no me iba a dejar sola allí. (Al poder hospedarse) podía quedarse conmigo y mi papá no se tenía que quedar en el carro y si necesitaba traer a mi hermano, podía hacerlo sin tener que hacer tantos viajes desde Isabela hasta el área metro”, compartió la adolescente.

Añade que ese proceso “fue bien difícil, porque fueron muchas pruebas en lo que se descubría lo que era y, gracias a Dios, nos quedábamos más tranquilas sabiendo que él no estaba en el estacionamiento”, aseguró la joven, quien hoy día se encuentra estable de su condición y cursa su segundo año de bachillerato de biología en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Aguadilla.

“Es un alivio”

En el caso de Alondra, actualmente tiene nueve años, pero a sus 16 días de nacida le diagnosticaron con atresia biliar, una condición donde el paciente nace sin conductos biliares, los cuales son responsables de conectar el hígado al intestino para eliminar desechos.

La familia de Alondra es de Adjuntas, por lo que su madre, Isa Nolasco, estaba preocupada porque quería contar con la ayuda de su esposo en el proceso y esto fue posible gracias a la ayuda provista por la fundación.

Alondra I. Martínez
Alondra I. Martínez (Suministrada)

“Para mí fue bien difícil, porque yo necesitaba el apoyo de papá y ¿cómo íbamos a hacerlo estando tan lejos? La Casa Ronald McDonald fue una bendición. Era un alivio tan y tan grande porque era como estar en mi casa. Tiene todo lo que uno necesita: las comodidades, la comida, el poder descansar, baño privado. Eso alivianó todo y nos ayudó para tener las fuerzas necesarias.

Alondra fue operada y todo el proceso yo estuve en la Casa Ronald McDonald. Estoy agradecida con la casa”, relató Nolasco. En esa primera ocasión, la familia de Alondra estuvo 30 días en el hospedaje debido a que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente y, luego de seis meses, tuvieron que regresar al hospital por una recaída de la menor. En esa segunda ocasión, la familia recibió nuevamente el servicio.

Actualmente, Alondra, quien cursa el cuarto grado en la Academia San Joaquín en Adjuntas “está totalmente estable”.

“Ayuda en todos los aspectos”

A la familia de Yadier Yahir Roldán, la Casa Ronald McDonald’s le abrió sus puertas cuando más lo necesitaron, cuando su hijo, quien ahora tiene 10 años, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en el 2018. Yadier fue diagnosticado con apnea del sueño a los seis añitos y ese desorden severo interrumpía su respiración mientras dormía.

“Después de varios estudios salió que tenía apnea y fue referido para una cirugía. El mismo día le operaron las tres áreas: oídos, nariz y garganta. Estuvimos en el área metropolitana 10 días en la Casa Ronald McDonald”, expresó Ana Ubiñas, madre de Yadier.

Yadier Y. Roldán
Yadier Y. Roldán (Suministrada)

Ambos padres afirmaron que, el poder contar con ese hospedaje les ayudó “en todos los aspectos”, ya que son del pueblo de Aguadilla y viajar diariamente a San Juan se les iba a hacer “muy difícil”. “Gracias a la Fundación pudimos pasar ese proceso de estar 10 días allá en San Juan. Gracias a Dios tenemos a nuestro hijo sano y saludable”, comentó Giomar Roldán, menor.

“Era como estar en familia, tenía cuartos con baños privado, nos ofrecían talleres de reflexiones. Le agradezco enormemente a la fundación”, dijo la madre de Yadier, quien cursa el quinto grado y juega como cátcher, jardinero y todas las posiciones que hagan falta en su equipo de pelota, los Bravos de Aguadilla.

“Lo mejor que me ha pasado”

A su corta edad de dos años y medio, Ambar Poupart ha enfrentado tres operaciones debido a una condición cardiaca congénita, de la cual tenían sospechas desde que su madre, Mirnaly Torres, estaba embarazada. Es por eso que desde que nace, Ambar tuvo que quedarse en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal (NICU, en inglés), donde le hicieron varios estudios que confirmaron que padecía de tetralogía de Fallot, una condición cardiaca.

“Ha tenido tres operaciones, en esta última que fue tan reciente como en octubre (2021) hubo que ponerle marcapaso”, explicó su madre, quien es de Maunabo y desde esa primera hospitalización pudo mantenerse cerca de su bebé gracias a su estadía en la Casa Ronald McDonald.

Mirnaly Torres, madre de Ambar Poupart
Mirnaly Torres, madre de Ambar Poupart (Suministrada)

“Fue lo mejor que me ha pasado en mi vida. De las mejores experiencias que he tenido fue estar en la casita. He estado allí en dos ocasiones. Ella (Ambar) nació en julio de 2019 y estuve allí otra vez en noviembre del 2019 porque hubo que adelantar una cirugía, ya que se me puso malita en mi casa. Fue un proceso bien fuerte, pero tuve esos ángeles en la casita que me apoyaron. Siempre tenían sus palabras bonitas, sus talleres, yoga, bingo para tener la mente preocupada dentro del proceso. Fue una experiencia bien bonita y gracias a Dios Ambar está aquí”, dijo la madre muy conmovida.

La exhortación de Mirnaly y de todas las familias que han sido beneficiadas con estos servicios, es a que los individuos y las empresas sigan ayudando a la Fundación Ronald McDonald para que otras familias puertorriqueñas puedan tener la misma oportunidad. “Ojalá siga llegando mucha ayuda para que sigan brindando ese calor humano y que puedan bendecir a todos los que necesitamos y recibimos su servicio”, concluyó Torres.