Es un gigante dormido entre las montañas puertorriqueñas que promete despertar hechizantes experiencias a todo aquel que se le acerca.

Basta con adentrarse en su despampanante silueta a donde el frío se impregna en medio de tanta belleza.

Así es la “Suiza de Puerto Rico”, un paraíso asentado en la zona central que se caracteriza por tener la temperatura más baja en este suelo tropical. Además, sus abundantes aguas, el verdor de sus montes y la hospitalidad de su gente hacen de Adjuntas uno de los destinos ideales para volver a explorar.

Parador Villas Sotomayor

En una visita de familiarización convocada por la Compañía de Turismo en la región Porta Cordillera, se constató la variedad de ofrecimientos que tiene ese pueblo, entre estos, una acogedora hospedería que invita a grandes y a pequeños.

Se trata del Parador Villas Sotomayor, un complejo ecoturístico de 34 habitaciones con sus respectivas comodidades, sin dejar las hamacas que permiten el contacto directo con la naturaleza, rodeado de árboles, flores, aves, mariposas y libélulas.

Allí se puede cabalgar, acampar y admirar una variedad de animales adquiridos por su propietario, Jesús “Jun” Ramos, entre los que se destacan venados, ovejos, patos, conejos y un burrito llamado Pancho Villa.

“Como estamos en el campo, buscamos la manera de que la gente viva la experiencia del campo y tenemos muchas cosas educativas, entre estos el programa Contacto Verde donde recibimos estudiantes, y viven ese contacto con la naturaleza durante seis horas”, explicó Ramos en una visita guiada por las instalaciones del parador, que cuenta también con piscina, miniparque infantil, gimnasio, canchas para voleibol de grama y arena, entre otras atracciones.

Uno de los ofrecimientos que distingue el lugar es su restaurante, cuyo menú se confecciona con decenas de productos cosechados en la misma finca. 

“Los productos que servimos en el restaurante son de la Hacienda Don Jun. No hay una hospedería ni un restaurante en Puerto Rico que logre servir 70 productos de su propia siembra, eso era antes de María; y ahora tenemos 46, pero tenemos la meta el año que viene tener 80 productos, 10 más de lo que teníamos”, aseguró Ramos, quien adquirió la hospedería luego del paso del huracán Georges en 1998.

El parador emplea a 46 personas actualmente, ya que el huracán redujo la oferta de trabajo que era de 62. 

Aun así, continúan el desarrollo de actividades corporativas, institucionales y familiares, como bodas, quinceañeros y el emblemático Festival del Frío, el cual atrae a miles de visitantes durante el último fin de semana de febrero desde hace una década.

Allí también se coordinan excursiones a varios puntos de interés turístico, entre estos la Cascada Garzas, que baja en tres niveles para culminar en el charco ataúd, con unos 20 pies de profundidad. 

Asimismo, más adelante se encuentra el embalse Garzas a donde se hacían paseos en kayak.

“Adjuntas tenía 19,493 habitantes según el Censo 2010. Sin embargo, es un pueblo donde la gente tiene mayor longevidad. Tenemos gente de 117 años y aparte de eso, somos el pueblo más alto sobre el nivel del mar. Somos el pueblo que más agua produce en Puerto Rico y… era o es el mayor productor de café en Puerto Rico. El 32% del café que se toma en la isla se producía en Adjuntas”, explicó Jun Ramos a los visitantes.

Recorrido inigualable

Para continuar con el paseo, el visitante puede llegar al Puente Hamaca que cruza el lago Garzas, en una experiencia repleta de emociones y pura adrenalina. Se recomienda llevar ropa cómoda y suficiente agua para mantenerse hidratado, pues la caminata dura unos 15 minutos, en un camino que por ocasiones se torna empinado.

Luego de eso, el viaje continuó por el monte hasta bajar al pueblo a donde se encuentra Casa Pueblo, un proyecto de autogestión comunitaria que incluye cine solar, mariposario, escuela de música comunitaria y el delicioso café Madre Isla, el cual envasan manualmente desde la emblemática estructura.

Durante la visita, nos recibió la educadora Tinti Deyá, una de las fundadoras de este proyecto comunitario que se ha caracterizado por sus históricas victorias contra la explotación minera que comenzó en la década del 80, y más reciente contra el Gasoducto. 

Además, la entidad maneja el Bosque del Pueblo y el Bosque la Olimpia, conocido como el Bosque Escuela Ariel Massol Deyá.

“Parte del bosque pertenece a Recursos Naturales y 150 cuerdas pertenecen a nosotros. Ese bosque es una escuela, tiene sus salones al aire libre, las paredes son los árboles y el techo es el cielo. Se dan clases de hongos, calidad de agua, temperatura, hay una cascada preciosa, pueden probar verdaderamente lo que es el agua pura”, señaló la matriarca de Casa Pueblo.

“Nosotros no dependemos ni del municipio ni del Gobierno, nosotros hacemos café de alta calidad, la tienda artesanal y donativos, que son los que sostienen el proyecto y nos permite hablar con voz propia”, enfatizó Tinti Deyá.

Al finalizar el recorrido por Casa Pueblo, el visitante no debe perder la oportunidad de llegar hasta la plaza adjunteña y probar las delicias gastronómicas que desde allí se observan.

Finalmente, un paseo por la Hacienda Don Jun y la degustación de los manjares campesinos que su tierra produce y se confeccionan en el restaurante del parador completan la experiencia, además de cabalgar por el paisaje ensoñador.