“Nada, la fe (nos sostiene). Dios es maravilloso. Nosotros somos creyentes del Señor y ver mi nieto (Christian Arroyo Crespo, sobreviviente), yo digo: ´gracias Señor que me dejaste a mi nieto’”, dijo Cabrera con sorprendente fortaleza.

Globos blancos, rosa, dorado y azul acompañaban los ataudes cerrados con los restos mortales de los dos pequeños y su mamá, expuestos en la Iglesia Descanso Eterno en la Funeraria Puerto Rico Memorial, en Santurce. Hasta allí llegaron decenas de familiares  y empleados del municipio de San Juan, quienes son compañeros de trabajo tanto de Cabrera como de Abraham Arroyo, viudo de Iris Joellys para ofrecerle sus condolencias. Incluso, familiares viajaron desde otrasjurisdicciones estadounidenses como Indiana y Orlando para estar en el doloroso momento junto a los suyos.

A Christian, en tanto, se le vio tranquilo y juguetón como todo niño de su edad, quizás un poco enajenado de la realidad. Mientras abuela conversaba con Primera Hora, no titubeó en lanzarse a sus brazos para recibir el cálido apretón de quien asegura es “Tata, el amor de su vida”.

Según Cabrera, actualmente Christian se encuentra bien y recibe ayuda siquiátrica en el Hospital Pediátrico, en Río Piedras. Como resultado del accidente se dislocó un brazo por lo que mantiene un yeso. Para sobrellevar el proceso de la pérdida, lo han ido guiando hacia  la sanación.

“Él preguntaba primero por su mamá y nosotros le fuimos diciendo que se había ido al cielo y está tranquilo porque todo el tiempo mi hija le decía, papito Juan (su abuelo) está en el cielo, pues él entiende que su mamá se fue con papito Juan al cielo y sus hermanos y sí tiene momentos que va y viene”, indicó.

“Si está mirando arriba dice ‘adiós mamá’ y lo hemos llevado, pero tenemos que ver lo que pasa después porque ahora ha estado rodeado de sus amiguitos, de sus compañeros de tantas personas”, añadió.

Tanto Cabrera como Christian y demás familiares, vestían la camisa de la Fundación del Hospital Pediátrico y el Hospital del Niño en una acción de reciprocidad al apoyo recibido durante su estadía en el hospital en el Centro Médico en Río Piedras. Cabrera instó a las personas a cooperar y donar a la Fundación para que así otros niños se puedan seguir beneficiando.

La joven madre Iris Joellys Crespo Cabrera y dos de sus hijos, Abrianys Zahiris Arroyo Crespo y Yeriel Abjuan Arroyo Crespo, fallecieron luego de sufrir un aparatoso accidente de tránsito en la avenida Jesús T. Piñero, en San Juan, la mañana del 20 de diciembre de 2019. El velatorio se llevó a cabo el 26 de diciembre en la Funeraria Puerto Rico Memorial, en Santurce.

Rememorando el día del accidente, Cabrera, en tanto, sostiene que Iris Joellys se quedó dormida de camino a llevar los nenes a casa del abuelo paterno Carmelo Arroyo donde los cuidarían.

“Al día de hoy he escuchado muchas cosas. Yo personalmente entiendo que ella se quedó dormida, porque ella venía de un turno, buscó sus nenes e iba para otro turno y el cuerpo le hizo shutdown. Ya el cuerpo no aguantaba más nada”, aseguró.

Iris Joellys trabajaba como enfermera en diferentes cuidos de ancianos de 7:00 de la mañana a 7:00 de la noche.

“Cómo lo hacía no me preguntes. Ella trabajaba toda la noche, toda la madrugada, yo no sé cómo ella lo hacía. Yo entiendo que ella en el turno de la madrugada, ella dormía al lado de la persona, porque en algún momento tenía que dormir. Llevaba meses así”, apuntó.

Incluso, Cabrera, indicó, que tampoco dejó de cuidar a los suyos, tanto a sus hijos como a su suegra que la semana antes había sufrido un infarto.

“Cuando mi cuñada caía en el hospital, ella dejaba a alguien cuidando a sus personas (viejitos) y ella se iba para el hospital. La semana antes a su suegra le dio un infarto y ella la cuidó también”, indicó.

Con “sus viejos” como les decía a los pacientes que cuidaba, según Cabrera, se desbordaba en cariño y detalles para mejorar su calidad de vida. “Ella les pintaba hasta las uñas”, dijo.

Manifestó que Iris tenía sus tres trabajos porque “todos tenemos necesidades". "Ella quería darle una mejor calidad de vida a sus hijos y pues es la realidad que vivimos”, dijo.

Abuelo cree que no se quedó dormida

Carmelo Arroyo, suegro de Iris Joellys, por su parte, se mostró agradecido por las oraciones del pueblo que asegura son las que sostienen a la familia en este momento de dolor.

“Los hermanos de la Iglesia, las oraciones me han apoyado de una manera extraordinaria, sino es con la fortaleza de Dios no hubiéramos tenido la manera de soportar esto. Si no fuera por las personas, personas que uno ni conoce dándole es pésame a uno”, manifestó.

Ante la fragilidad de la vida, invitó a las familias a abrazarse y no esperar al día de mañana para profesarles el amor. “Nosotros tenemos que abrazar nuestros familiares, uno no sabe lo que es un mañana, uno tiene que expresar el amor todos los días porque uno no sabe si uno amanece al otro día, eso es lo que yo siempre he dicho. Hay que siempre ser agradecido, no esperar al Día de (Acción de) Gracias o esperar las navidades; todos los días para mí es día de fiesta y hay que siempre estar abrazando y amando a su prójimo”, indicó.

Mientras, para él, Iris Joellys no se quedó dormida. “Ella no se quedó dormida, ella había salido de descansar, me había llamado porque iba para casa. Una persona que tenga sueño, no monta a sus hijos, los amarra a los tres y solamente dos salen expulsados y el otro no. Los otros eran traviesos, inquietos, se soltaban, la nena nunca estaba tranquila, el nene siempre era curioso en todo. El nene siempre estaba montado en algo, eso yo lo dudo que fue porque ella se durmió”, puntualizó.

El accidente ocurrió el pasado viernes cuando Iris Joellys conducía su Toyota Corolla por la avenida Jesús T. Piñero, a la altura del estacionamiento de ROTC de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en dirección hacia Carolina, cuando súbitamente se trasladó del carril izquierdo al derecho, impactando primero una verja y luego un poste de cemento que cedió con el impacto. Según reportó la Policía, para entonces, en el lugar no se encontraron marcas de freno y tampoco se descarta que el carro haya sufrido desperfectos mecánicos.

“Se dice que una muchacha vio que le cortaron y ella parece que cogió miedo y en vez de frenar parece que aceleró porque uno nunca sabe. Nadie puede decir nada a menos que tu tuviste dentro del carro. Ella tiró para el lado y ella para evitarlo lo tiró para el lado y ahí fue que chocó el muro porque no hay otra manera de explicarlo. Si fuera que se quedó dormida el carro no hubiese quedado de esa manera”, teorizó Arroyo.

Pasado el mediodía, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, llegó hasta la funeraria para acompañar a los familiares y se confundió en un abrazo con el viudo Abraham Arroyo, quien trabaja para las brigadas de Impacto del municipio. A Arroyo el dolor de la pérdida no le permitió emitir comentarios. Sin embargo, compartió con la alcaldesa que prefirió no entrar hasta donde se encontraban los ataúdes para mantener vivo el recuerdo tanto de sus hijos y su esposa cuando salieron de su residencia el viernes.

Por otro lado, Cruz pidió al pueblo a no juzgar, a raíz de los comentarios que han surgido en las redes sociales al trascender que los pequeños iban en el auto sin asientos protectores y cinturones de seguridad.

 “Me tomo la libertad de hacerle una petición al pueblo de Puerto Rico, esto es un momento de ayudar, no de juzgar porque hay muchos comentarios en las redes sociales de ¿por qué pasó, quien fue responsable? Ninguna madre quiere esto para sus hijos, ningún padre quiere esto para sus hijos, yo creo que en un momento como este también tenemos que reflexionar todo lo que tiene que hacer un ser humano para ganarse la vida. El que tiene dos o tres trabajos no los tiene porque quiere, los tiene porque los necesita y lo que tenemos que pensar es cómo construimos un país diferente donde la gente con un trabajo pueda mantener a sus hijos, pero es muy doloroso para esta familia perder a esos seres queridos y estar escuchando las teorías en las redes sociales”, sostuvo.

 “Si usted quiere ayudar, ore, si usted quiere ayudar, venga aquí, si usted quiere ayudar, abrace a sus seres queridos, dígale que los quiere. Haga todo lo que pueda por ellos, pero no juzgue ni a una mujer ni a una familia porque hace más profundo el dolor de la pérdida y recordemos que hay un niño todavía vivo que lee y escucha lo que nosotros  los adultos decimos, así que para nosotros la familia del municipio de San Juan hay muchos parientes que trabajan en el municipio de San Juan y para nosotros es un momento doloroso y un momento de ayudar y apoyar a todos y a todas”, añadió.

Los cuerpos de Iris Joellys y sus dos pequeños, estarán en capilla ardiente desde hoy hasta mañana viernes a las 11:00 p.m. Mientras el entierro será el sábado, saliendo de la funeraria a las 12:00 del mediodía hacia el cementerio de la Capital.