Grito de auxilio en Guánica: “Somos seres humanos”
Un deslizamiento amenaza a la comunidad entera de Alturas de Bélgica, quienes piden respuestas en medio de la emergencia.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Guánica. Una pareja recién casada, residente de la calle Las Flores de la comunidad montañosa de Alturas de Bélgica, en Guánica, cumplió hace varios meses el sueño de cualquier matrimonio: ser dueños de su propio hogar.
El fruto de su sacrificio, sin embargo, les fue arrebatado, pues un deslizamiento de tierra, que ha creado un gigantesco socavón y amenaza a los cerca de 35 residentes de la comunidad, los ha obligado a abandonar su nueva casa, dejándolos en la incógnita de dónde continuarán construyendo su futuro.
“Les dije, ‘mira, los admiro y esto que te está pasando son piedras, no pidas a Dios que te las quite, (sino) que te dé fuerzas en las piernas para que las brinque’”, narró María Andino, quien es vecina de la pareja, pero cuya casa no se afectó directamente por el deslizamiento.
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El derrumbe fue reportado el 25 de mayo, cuando fuertes lluvias ocasionaron el derrumbe de tierra, agravado aún más por las grietas en la carretera y el terreno.
En menos de dos semanas, es evidente que la tierra continúa derribándose y las grietas son más grandes de lo que principalmente se reportó.
Al momento, el área está acordonada con cintas amarillas que leen “prohibido”, ya que caminar por el área es un riesgo al bienestar físico. Cada pisada en la zona afectada evidencia lo inestable de la superficie. Tal si se estuviera andando sobre tierra movediza, las piedras y el suelo se hunden al pisar sobre ella. Un resbalón o caída en una de las grietas podría poner en peligro la vida.
“Ha ido empeorando la situación. Uno viene de un día a otro y uno ve la diferencia monumental de lo que se encontró el día antes al otro día”, comentó a Primera Hora el alcalde Ismael “Titi” Rodríguez Ramos.
El día que se registró el evento, unas 15 personas de la comunidad acudieron al refugio en la Escuela María Luisa McDougall. Hoy día, permanecen 13 refugiados en el albergue, quienes aún están en la espera para que el Departamento de la Vivienda les haga un ofrecimiento de residencia a corto plazo en lo que se resuelve la situación, tanto de vivienda pública como un vale de Sección 8. Dos personas están pernoctando en sus vehículos en la entrada de la calle afectada.
“Principalmente, lo que estamos pidiendo es más agilidad de parte del Departamento de la Vivienda en alternativas, especialmente en alternativas de viviendas a corto plazo para estas personas, ya sea de Sección 8, ya sea a través de vivienda pública, porque no es fácil estar refugiado en una escuela. El calor está sumamente extremo, comienza la desesperación, que lo entendemos. A nadie le gusta estar fuera de su hogar y lo que queremos en esta etapa es, mientras tanto por lo menos, (que) esas personas estén en una vivienda digna en lo que tenemos las recomendaciones de lo que debe hacer el gobierno, ya sea municipal, estatal o federal en este caso y actuar de ahí pa’ lante”, señaló el funcionario.
Por su parte, el secretario de la Vivienda, William Rodríguez Rodríguez, afirmó que ya personal de su agencia completó el estudio socioeconómico. Aseguró a este diario que, para esta semana, se les estará haciendo el ofrecimiento a los afectados de las opciones de vivienda.
“Ahora vamos a estar visitando para hacer la oferta de vivienda pública y Sección 8 y también vamos a estar trabajando con ayuda permanente”, afirmó.
Los residentes, por su parte, se sienten enajenados y sin respuestas claras de parte del gobierno estatal, al punto que le cuestionaron a este diario cuál era el panorama que enfrentaban. Andino aseguró escuchar que personal de Vivienda le dijo al matrimonio que perdió su hogar a que “estuvieran pendientes a la prensa” para recibir respuestas a sus preguntas.
“¿Qué se va a hacer con ellas (las personas refugiadas)?”, cuestionó Andino. “Esperando que Vivienda les de ‘voucher’ para Sección 8. Mira, la gente que tienen voucher de Sección 8, que no tienen nada que ver con esto, no consiguen dónde vivir. Esto que fue de emergencia, ¿qué va a hacer esta gente? Nosotros lo que queremos (son) respuestas. Somos dos o tres, pero nosotros contamos. Somos seres humanos. La salud mental se está afectando. No es fácil”, agregó la guaniqueña, quien contó que se le dificulta moverse de lugar, no porque se rehúsa en hacerlo, sino porque no cuenta con el erario suficiente para así hacerlo y por sus distintos padecimientos de salud.
Los que han respondido y los ausentes
Además de Vivienda, el alcalde señaló que ha sido lenta la continuidad de algunas de las agencias estatales que deberían responder para garantizar la calidad de vida de sus constituyentes.
Especificó que quedó insatisfecho con el estudio de los geólogos del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), por cuanto únicamente ofrecieron recomendaciones básicas para afrontar la situación y el informe carecía de un análisis exhaustivo de lo que provocó el deslizamiento.
Es por esto que firmará una propuesta para contratar a geólogos, de su parte, para entender la situación de manera más completa. El costo de esta inversión aún la desconoce.
Mientras, sostuvo que el Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP) lo “defraudó”, porque se rehusaron en tratar el asunto, ya que “no es su jurisdicción, porque es una carretera municipal”. Esperaba, además, que el DTOP le brindara los resultados de un informe que se efectuó en el 2020 de estudios geológicos del área.
“Estamos pidiendo, ¿ese informe existe? ¿No existe? Si lo hicieron, ¿dónde está? Pero, ellos no han dado ningún tipo de interés, porque es carretera municipal y uno se pregunta a veces ‘caramba, pero cuando es una carretera estatal y nosotros tenemos que resolver. Nosotros no preguntamos si es estatal o municipal. Nosotros resolvemos’”, lamentó.
Rodríguez Ramos hizo la salvedad de que el Negociado para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (NMEAD), en especial su comisionado Nino Correa Filomeno, y la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) han estado trabajando junto a su equipo mano a mano para mitigar la situación.
“En gran parte, no puedo ser injusto con las agencias del gobierno estatal cuando mencionas gobierno estatal, pero sí me hubiera gustado ver más atención y más urgencia del gobierno estatal en esta área”, reiteró.
“Nosotros no esperamos. Ante la falta de, a lo mejor, urgencia del gobierno estatal, nosotros no nos quedamos con los brazos cruzados e identificamos los recursos del municipio, lo que tengamos que hacer”, manifestó.
¿Se van?
Aún no está claro si los residentes que aún permanecen en los hogares que ubican en los predios del derrumbe podrán continuar viviendo de manera segura en el lugar. Pero, no es tan sencillo simplemente reubicarse. En la comunidad hay varios encamados, residentes de la tercera edad y personas de bajos recursos.
“Yo no me voy hasta que yo vea que mi vida está en peligro”, dijo José Alves, quien ha vivido por los pasados dos años en la penúltima casa de la calle Flamboyán que colinda con la calle Las Flores.
Y es que, a falta del estudio geológico para explicar la verdadera peligrosidad o la posibilidad de reconstruir en el área, permanecerá la duda si, verdaderamente, toda la comunidad debe desalojar el área.
“Si la recomendación es que podemos hacer algún tipo de trabajo, y que las personas puedan regresar a sus casas, pues bien. Si la recomendación es que hay que reubicar a las personas, que este suelo no es apto para construcción y que tengamos personas viviendo en esta área, pues tenemos que trabajar en la reubicación buscar las alternativas dignas a esta gente que estaba viviendo en esta área”, repitió el líder municipal.
¿Qué fue lo que pasó?
Varios de quienes viven en el área que conversaron con Primera Hora aseguraron que la inestabilidad de la tierra comenzó con trabajos de la AAA al instalar tubería subterránea. Esta tubería presentó “problemas” hace más de 20 años y, ahora, solo se exacerbó.
Por su parte, la agencia cortó el suplido de agua potable para descartar si el derrumbe fue provocado por un salidero o manantial, por lo que cuando este medio visitó la comunidad, ya llevaban seis días sin el servicio.
Un área comprometida
Mientras, el profesor del Departamento de Geología del Recinto Universitario en Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico (RUM-UPR), Stephen Hughes, explicó que esta comunidad ubica en la Formación Juana Díaz, lecho de rocas calizas que corre desde Cabo Rojo hasta Juana Díaz, la cual se distingue por sus deslizamientos grandes y profundas.
En este lugar, que ya “está naturalmente dispuesto o predispuesto a tener este tipo de movimiento”, la saturación de suelos y los movimientos telúricos fomentan los derrumbes.
Su observación proviene de su profundo conocimiento y de estudios similares que ha llevado a cabo en áreas aledañas, aunque solo visitó la comunidad con sus estudiantes y no está trabajando directamente con este evento.
“No (estoy) seguro de dónde proviene el agua (que saturó esta comunidad). Parece bastante agua para un lugar notoriamente seco”, acotó al recomendar que se podrían instalar sistemas de monitoreo con GPS y monitores sensitivos para descartar que sea resultado de microseísmos.
Más aún, su exhortación a la ciudadanía es que se muevan del lugar, ya que “no hay ningún muro de contención, drenaje” que detenga este tipo de deslizamiento.
“Básicamente, cualquier casa que se vea afectada, (la recomendación es) simplemente vete”, dijo al confirmar que un evento como el derrumbe de Mameyes, en 1985 en Ponce, podría repetirse aquí, aseveración que la comunidad rechaza.