La Fundación Nacional de Ciencias (NFS, por sus siglas en inglés) dijo el viernes que la limpieza de los escombros del Radiotelescopio de Arecibo, que colapsó el año pasado, podría costar hasta $50 millones en Puerto Rico. Además, informó que las investigaciones sobre la causa por la que fallaron los cables todavía están en curso.

La actualización es parte de un informe que la agencia federal, propietaria del telescopio, tuvo que presentar al Congreso mientras continúa la investigación sobre el telescopio de Arecibo. Hasta hace poco era el radiotelescopio más grande del mundo y se utilizaba para estudiar púlsares, detectar ondas gravitacionales, buscar hidrógeno neutro y detectar planetas habitables, entre otras cosas.

La NSF señaló que los resultados de las evaluaciones forenses realizadas por empresas de ingeniería, incluido el mapeo de la distribución de escombros, no estarán listos hasta finales de este año. Además, la NSF dijo que pidió a las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina que realizaran un estudio independiente y acelerado sobre las causas del colapso del telescopio.

“Garantizar la seguridad ha seguido siendo la máxima prioridad de la NSF”, afirmó el informe. “Esto incluye no solo la seguridad del personal en el sitio, sino también la seguridad del medio ambiente en el área y la necesidad de abordar las preocupaciones sobre la preservación histórica y cultural”.

Los costos estimados de limpieza oscilan entre $30 millones y $50 millones, y al momento, los equipos toman muestras del suelo y excavan áreas contaminadas por aceite hidráulico. El telescopio está ubicado en la región kárstica de Puerto Rico, que sirve como una importante fuente de agua y contiene la biodiversidad más rica de la Isla.

La NSF dijo que los funcionarios también planean analizar el suelo y el agua, y evitar que los sedimentos y los contaminantes migren a otras áreas.

Mientras tanto, la Universidad de Florida Central, que administra el telescopio, está encargada de examinar los escombros para identificar cualquier equipo que pueda reutilizarse o posiblemente exhibirse en el sitio o en otro museo.

“Se está salvando toda la infraestructura científica que se puede utilizar”, dijo la NSF.

La agencia federal dijo que aún está evaluando si se puede reparar cualquier tecnología dañada que pueda salvarse. Algunas tecnologías todavía están en uso, incluidas dos instalaciones LIDAR utilizadas para la investigación de la atmósfera superior e ionosférica, como el análisis de la cobertura de nubes y los datos de precipitación.

El plato se dañó en agosto, cuando un cable auxiliar se rompió y provocó un corte de 100 pies que rompió alrededor de 250 de los 40,000 paneles reflectores de aluminio de la estructura y dañando la plataforma del receptor que colgaba sobre él.

Luego, a principios de noviembre, se rompió un cable principal, y los ingenieros advirtieron que una falla adicional del cable probablemente sería catastrófica.

Un mes después, la plataforma receptora de 900 toneladas del telescopio y la cúpula gregoriana, una estructura tan alta como un edificio de cuatro pisos que alberga reflectores secundarios, cayeron a más de 400 pies sobre el plato.

Fue un evento devastador para los científicos de todo el mundo que habían estado usando el telescopio durante casi seis décadas.